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Narras Tú:

Tu: Maldición –dije enojada.

Me puse de pie y busque en los cajones de la habitación a un lado de la sala. Encontré las cosas que necesitaba, pero debía darme prisa si quería que Rubén siguiera vivo. Sí, así de grave era su herida; Mortal.

Me acerque, prepare una inyección para aliviar el dolor. Cuando voltee para inyectar a Rubén lo vi sosteniendo un cuchillo en alto, *De donde saco el cuchillo?* Pensé. Cerca de mí, a punto de clavarme ese cuchillo en la espalda. Yo ya sabía que quería matarme, y esta vez el Rubén tierno y amigable que yo conozco no estaba ahí.

Atrás de mí estaba un psicópata, tratando de matarme. De un manotazo tire el cuchillo. Él se desplomo en el piso, lo arrastre para recargarlo contra la pared. Trato de volver a tomar el cuchillo. Pero yo lo aleje más.

Lo inyecte. Y vi una expresión de alivio en su rostro, sabía que aún le dolía la herida, pero estaba segura de que ya no le dolía tanto como antes, tenía que actuar rápido, la herida era muy grande, Rubén estaba perdiendo mucha sangre. Suspire y empecé a curarlo, el me daba manotazos y me impedía curarlo, pero estaba débil, así que difícilmente seguí intentando curarlo, me di prisa lo más rápido que pude, pero los bruscos movimientos de Rubén, su actitud negativa ante mi ayuda y el hecho de que una de mis manos no me ayudaba mucho provoco que me tardara más de lo esperado. Por un momento creí que no sería lo suficientemente rápida y que Rubén moriría. Eso me puso demasiado triste. Unas cuantas lágrimas cayeron por mi rostro, pero ese no era el momento para llorar, limpie bruscamente mis lágrimas y seguí intentando curar la herida.

Después de unos minutos logre que mejorara y después de otros minutos logre que la herida fuero lo suficientemente "buena" y así me asegure y me repetí a mí misma que no había ninguna posibilidad de que Rubén muriera después de cómo había curado la herida yo. Levante un poco más su remera y le puse una venda alrededor del estómago. Rubén seguía moviéndose y fue difícil terminar de ponerle la venda, decía maldiciones entre dientes. Tome algodón y empecé a desinfectar unos pequeños rasguños que le habían quedado ahí. Limpie la sangre que estaba en su abdomen y manos. Le tuve que quitar la remera para poder limpiarlo. Cuando estaba terminando él me dijo...

El Psicópata (Rubius y tu)[Adaptada]||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora