.9 (A veces las cosas no salen como quieres)

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Nunca sabrá cuándo se salió de control. Él sólo quería unas vacaciones. Una historia normal. Un amor casi imposible con el hombre que siempre había deseado en este mundo lleno de sucesos extraños. Esto ocurrió después de que... ÉL y Derek tuvieran una mañana perfecta. Le había besado para poder despertarle.

—¡WOW! —grita mientras conducen el Camaro a toda velocidad en la orilla de la playa. Se supone que está prohibido, pero en este momento no importa demasiado.

—¡Stiles! —le llama Derek desde su asiento, en el piloto.

Pero no hace caso, sigue en este mundo, con su botella de cerveza en la mano derecha y sus brazos abiertos como si no hubiera mañana. Es California en los malditos Angeles. Merece estás vacaciones. Merece estar ebrio una vez más.

—Stiles —habla de nuevo, mientras vira de forma brusca y le sacude, la cerveza casi cae de sus manos.

—¡Derek! —grita ahora con todo el aire de sus pulmones.

—Vamos al hotel ¡¿No crees que es muy tarde?! —avisa, aunque suena un poco preocupado.

—Claro que no. Apenas llevo seis cervezas, no quiero terminar la diversión tan rápido Derek —reclama metiéndome de nuevo al coche.

—Mírate, estas por completo borracho Stiles —repite, ya lo ha dicho al menos dos veces antes.

—No estoy para regaños Hale, son mis maldita vacaciones —dice mientras con esfuerzo pongo su botella de vidrio vacía en los asientos de atrás.

—Maldita. Son malditas, malditas, no maldita —corrige, él estaba borracho también, pero ya no.

—¿Qué te pasa? Toma otra —le dice mientras acerca una nueva botella a su boca.

—No, Stiles, estoy conduciendo, ¿quieres que choquemos? —pregunta con el ceño fruncido.

—Quiero quitarme la ropa Derek —susurra con un poco de lujuria—. Que los policías nos atrapen Hale. ¿Señor policía quiere me quite la ropa? —señala con un poco más de concupiscencia.

—¡Stiles! —exclama sorprendido mientras salta sobre su asiento.

—Sólo bromeo, tu eres mi policía Derek —le consuela mientras le acaricia el cabello. Está en cuatro sobre el asiento.

—No me provoques Stiles... —Se retuerce, su cuello se dobla un poco antes las cosquillas.

—¡Ya! —exclama, toma el destapador de su bolsillo.

—¡Eres un tramposo Stilinski! —le grita mientras él se sale de nuevo por la ventana, bueno al menos la mitad de mi cuerpo.

—¡Déjame beber! —le reclama mientras la tapita sale volando sobre la arena. Puede ver a un sujeto casi desnudo en un pasillo a un hotel cerca de aquí, estamos frente a una zona de lujo. Empieza a creer que la policía ya les persigue—. ¡Eres muy sexy! —le grita, pero no le escucha.

—Stiles relájate —pide él. Se está enojando.

—¿Porque? —le pregunta, está de nuevo en el coche. Todo parece haberse detenido de un modo extraño, como en pausa.

—No quiero que estés muy borracho —le habla con las manos en la cara, sus grandes, sus velludas manos en su rostro, le dan calor.

—¿Y por qué? —vuelve a cuestionar, con expresión sensible, casi igual que la suya, pero menos grave.

—¿No es obvio? —pregunta—. Pues porque te quiero Stiles. Y no deseo verte vomitar o llorar o algo parecido. Es en serio —asegura mientras se acerca un poco más.

TRELOS (A Temporary Shelter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora