Capítulo Sexto

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Ines durmió esa noche en el cuarto de visitantes. Victoriano hizo varios intentos por hablar de nuevo con ella, pero ella se resistió y él la dejó descansar. La escuchó sollozar y cada lágrima que estaba derramando lo consumía. 

Ines se levantó y se fue a casa de su madre, allí llamo a Diana Elisa. Habían sido amigas por años. 

- Entonces... ¿Victoriano te engaña con mi hermana? 

- No lo sé... Pero me mintió.

- Deberías hablarlo Inés... 

- Yo de estúpida luchando por darle un hijo. 

- Así son los hombres como Victoriano. 

- Mi madre opina igual que tu. Pero Victoriano me ama, lo se Diana Elisa, lo siento. 

- Querida hazme caso. Enfrenta a Victoriano y exígele que te diga si tiene algo con Diana María. Y más pronto que tarde deberías hablarle de tu problema de fertilidad. 

- Lo se... 

- Debo dejarte.... Acaba de llegar alguien con quién quiero hablar. 

- Hablamos...! Gracias por escucharme - Diana Elisa colgó y sonrió seductoramente

- Hola ex-cuñadito... ¿Cómo estás? - Diana Elisa besó en la mejilla a Victoriano

- Hola Diana Elisa, vengó a ver a Diana María. 

- Que interesante... ¿Inés sabe que estás aquí?

- No. 

- Mas interesante aún. 

- ¿Puedes avisarle a Diana María que estoy acá? 

- Por supuesto querido - Diana Elisa paso una mano, acariciando el pectoral de Victoriano, quien se tensó, Diana Elisa siempre se había comportado descaradamente con él. Incluso cuando estaba casado con su hermana. 

Diana María recibió a Victoriano en el estudio. 

- ¿Sucede algo?

- Necesitó que me permitas hablar con Inés...

- ¿Qué pasó?

- Anoche discutimos, y esta furiosa porque le mentí. Necesito decirle la verdad. No puedo engañarla más, te quiero Luna, eres mi amiga, y estoy dispuesto a apoyarte en todo, pero amo a Inés y no quiero perderla. 

- ¿La amas mucho? 

- Mas que a mi vida... 

- Lamento que se pelearan anoche. Está bien. Puedes hablar con ella. De todas formas también tenemos que darle la noticia a Cass y Connie. 

- Lo haremos juntos. Lo prometo. 

- Gracias Victoriano. 




Casa Huerta

- ¿Qué haces aquí Loreto?

- Fui a la Finca y me dijeron que estarías aquí... Ayer me preocupe por como te quedaste... 

- No era necesario que vinieras, estoy bien. 

- No sabes mentir.. 

- ¿Quieres caminar un poco? Recuerdo que estos jardines de tu madre eran muy hermosos..

- Aun lo son... 

- ¿Entonces...?

- Esta bien... 

Conversaron un rato, Ines empezó a relajarse, Loreto se estaba portando como un caballero,... Pasaron un buen rato caminando y conversando. 

- Fue agradable hablar contigo así... Sin presiones, ni rencores. 

- Lo mismo digo...

- Lamento saber que no has podido ser mamá... 

- Yo también... 

- Hay clínicas de fertilidad. 

- Mi ginecólogo es especialista en fertilidad también, así que... Me esta ayudando.

- Ines... Yo estoy aquí... Esperándote pese de los años

- Loreto... 

- Solo quería que lo supieras... - Loreto abrazó a Inés y Victoriano iba llegando. 

- ¿Qué sucede aquí Inés? - Inés y Loreto se separaron. Inés tenía una expresión triste, pero Loreto sonreía con un deje burlón. 

- Victoriano... 

- Hola Victoriano, pasé a saludar a Inés, pero ya me iba. - Miro a Inés y acarició su brazo cariñosamente, cosa que hizo tensar a Victoriano. - Recuerda todo lo que te dije. 

Loreto salió de la casa y Victoriano miró a Inés fijamente, con ojos furiosos. Inés caminó hasta el vivero de su madre y el entró tras ella. Cerró la puerta con fuerza. 

- ¿Desde cuándo tienes encuentros secretos con Loreto en esta casa?  - Ines volteó los ojos y se dio la vuelta para enfrentarlo. 

- No tengo encuentros secretos con Loreto ni con nadie... 

- ¿Qué hacia aquí? ¿Cómo sabía que estabas aquí? 

- No lo sé... Solo llegó y conversamos un rato. 

- ?Es él la causa de todos nuestros problemas? - Victoriano incrementaba su voz a medida que hablaba - ¿Estás queriendo regresar con el? ¿Te acuestas con el? - Ines lo abofeteó

- Como te atreves... - Inés no pudo terminar de discutirle porque la tomó en sus brazos, apretándola contra él con fuerza, la apretó contra la pared y la besó salvajememte 

- Eres mía - Victoriano uso sus labios, su lengua y sus dientes para acallar cualquier protesta de Ines, ella se retorció unos segundos, intentando que la soltara, pero al sentir que su pasión era idéntica a la de él, lo abrazó, lo apretó contra el, el con sus manos apretó tu trasero y la subió, ella enroscó sus piernas en sus caderas, y el frotó su erección contra el centro de placer de Inés. Mientras besaba su cuello. - dilo... Di que eres mía. 

- Lo sabes.. 

- No... Quiero escuchártelo decir... - Las manos de Inés subieron de sus hombros a su cuello y acariciaron el cabello de Victoriano, suspiró rindiéndose. 

- Soy tuya... Siempre... - Victoriano la bajó tan solo para quitarle el pantalón que llevaba y las braguitas, la volvió a subir apretándola contra la pared, haciendo movimientos sensuales, mientras la besaba de nuevo, con una mano se sostuvo en la pared y se abrió el pantalón, sacando su erección y penetrándola sin piedad, Comenzaron las embestidas fuertes, Inés jadeaba excitada al tiempo que se sostenía de sus hombros, - más... No pares Victoriano

- No tengo suficiente de ti... - la voz de Victoriano estaba ronca por la pasión, la embistió unas cuantas veces mas y la sintió tensarse, su vagina se contrajo y el se dejó llevar con un grito de placer puro. Ambos quedaron jadeando, Inés se sostenía de el, casi sin fuerzas, y el la besó dulcemente en su cuello, su oreja, y le dijo al oído - Te amo Inés .. Siempre. 

Inés sonrió y decidió que no valía la pena nada mas que esto... El amor que ambos sentían. 

"La Mayor Prueba de Mi Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora