"La Mayor Prueba de Mi Amor"

Capítulo Decimocuarto

Inés no podía creer lo que veían sus ojos, Diana María estaba sin ropa en el despacho de Victoriano. Ella sacudió la cabeza, como pensando que podría despertarse de esa pesadilla, pero ahí seguía. Parada frente a ella, miró a Victoriano quien la observaba con ansiedad, la culpa cruzaba su rostro,

- ¿Qué significa esto? 

- Inés.... No es lo que parece...

- ¿Ah no? ¿Y entonces? - Inés empezaba a enfurecerse, - Y tu... Mi amiga... ¿Qué te pasa? - Diana Elisa levantó la barbilla con expresión de "me vale lo que pienses" 

- Inés... Yo puedo explicarte - él se acercó a ella y le tomó de los brazos, pero ella se deshizo, Diana María se puso el vestido

- Sueltame... ¿Estás acostándote con ella?

- Claro que no. 

- ¿Y entonces? 

- Lo que no es capaz de decir tu marido es que me desea - Diana Elisa se acercó por detras a Ines- y bueno no puedes culparme, Victoriano es un hombre, muy pero muy deseable 

Inés se dio la vuelta y la abofeteó con fuerza, tanta que Diana María tropezó cayó al suelo. 

- ¡Eres una zorra! Te creí mi amiga - Inés hizo una muecs de dolor - me traicionaste.

- Cuando está de por medio un hombre como Victoriano, las amistades no valen, tu deberías saberlo mejor que nadie. 

- Yo jamas traicioné a Diana María. Lárgate ahora mismo de mi casa - Inés puso su mano en su abdomen acariciándolo 

- Quizás deberías considerar que esta traición es de ambos... Victoriano es tan culpable como yo. 

- Deja de decir estupideces. Y lárgate ahora mismo. 

- Cuentale a Inés la erección fabulosa que tuviste por mí. - Ines volteó a ver a Victoriano y el la observó con arrepentimiento en el rostro. 

- Mi amor... 

- ¿La deseas? - Inés lo dijo con voz temblorosa. 

- No... Mi amor eso fue - Inés se deshizo de nuevo de sus manos - 

- Así que mientras yo estaba de reposo, tu te liabas con esta... ¿Cómo pudiste? - Inés se acercó a él con los puños apretados y comenzó a golpearlo entre lágrimas - TE ODIO, OJALA NUNCA TE HUBIERA CONOCIDO.

Victoriano la sostenía mientras se desahogaba, pero de pronto la sintió tensarse y un charco de líquido cayó a sus pies, mientras ella soltaba un grito de dolor. 

- ¿Inés? Inés... Dios mio

- No.... No.... Todavía no es tiempo - Inés lloraba asustada - Victoriano... No están listos 

Victoriano tomó su teléfono sin soltarla y llamó al doctor Robles quién le sugirió ir a la emergencia sin esperar la tardanza de la ambulancia. Cassandra, Constanza y Emiliano escuchaban los gritos pero no se atrevieron a entrar, al ver salir a su padre con Inés en brazos, todos corrieron y se movilizaron. Loreto iba llegando a buscar a Emiliano

- ¿Qué sucede? 

- Apartate de mi camino... - Victoriano subió a Inés en la camioneta y no esperó, la arrancó suplicando al cielo, nada le sucediera a su esposa. Inés se retorcía del dolor y las lágrimas corrían por sus mejillas, Victoriano temblaba. - Resiste Inés... Ya pronto vamos a llegar. 

Al llegar al hospital, la cargó y el Dr. Robles ya estaba esperándolos, les pidió entraran a una sala de exámenes, y luego le pidió a Victoriano que esperara fuera