Capítulo Primero

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Finca Santos

Inés estaba sentada con un calendario haciendo anotaciones, sacando cuentas... Así la encontró Victoriano, concentrada, ni siquiera fue consciente de que el había entrado y la miraba divertido. Al hablarle ella se sobresaltó.

- Que susto me diste... Hola mi amor - Inés se levantó y beso en los labios a su esposo, un beso que pretendía ser fugaz, pero el la sostuvo y lo profundizó. Al separarse ella sonreía - ¿qué haces acá tan temprano?

- ¿Temprano? ¿Has visto la hora que es? - Inés volteó a ver el reloj de la mesa de noche, y marcaba las 10 de la noche, frunció el ceño, no había comido, y había perdido mucho tiempo sentada navegando en internet. - ¿Qué hacías? 

- Nada, solo buscaba una información en internet. - Inés nerviosa recogió todo lo que tenía sobre la cama y cerró la laptop 

- ¿Puedo saber de qué se trata? 

- Cosas de mujeres... 

- Ummm... 

- ¿Cenaste?

- No, tuve una tarde complicada.. 

- Bueno vamos a comer juntos. 

- ¿No has cenado? 

- Me perdí en el tiempo y se me pasó... Vamos estoy hambrienta - Inés le tomó de la mano y juntos bajaron a la cocina. Allí Inés preparó una ensalada, salmón y vino blanco. Victoriano la ayudó y se sentaron a comer, mientras Esteban le hablaba de la nueva linea de productos de la procesadora. Inés entendía muy poco de los asuntos de la empresa, pero lo escuchaba con atención, haciendo preguntas cuando se perdía en la historia. Su mente divagaba una y otra vez, y Victoriano se dio cuenta. 

- ¿Qué sucede querida? Te noto preocupada... ¿Quieres contarme algo? 

- No me pasa nada, solo estoy un poco cansada. - Victoriano asintió después de mirarla con intensidad. - Cassandra fue a verme a la empresa esta tarde...

- ¿Pasó algo malo? 

- Fue a invitarme a su cumpleaños, será en la hacienda.- Inés detuvo el tenedor a medio camino y miró a Victoriano fijamente, se recuperó y carraspeó 

- ¡Que bien!... - Victoriano la vio jugar con la comida y moverse incómoda en la silla. 

- Le dije que iríamos juntos - Inés levantó la cabeza con brusquedad. 

- ¿Qué te dijo? 

- Le pareció bien... - Inés se levantó con su plato y arrojó los restos de su comida a la papelera 

- No me mientas.. Ambos sabemos que Cassandra no me soporta y puedo apostarte que discutieron ¿o no? - Inés lo miró esperando su respuesta. Victoriano se levantó y la tomó de la cintura. 

- No importa si discutimos o no; Ni si a Cassandra le gusta o le disgusta lo nuestro, ya es tiempo suficiente para que ella se de cuenta que te amo. 

- Jamas me ha aceptado como tu mujer... - Inés bajo el rostro derrotada, pero el le tomó de las barbilla y la acarició suavemente. 

- Porque no se ha permitido conocerte, cuando lo haga... Te amará como yo a ti. Mira a Constanza, aunque ser mostró reticente, ahora te quiere. Cassandra lo hará también. - Victoriano la besó dulcemente y ella sonrió. 

- Te amo. 

- Y yo a ti.. Solo a ti. 



Hacienda Las Dianas 

- ¿Donde estuviste toda la tarde hermanita? - Connie estaba pintándose las uñas de sus pies, cuando Cassandra entró a su habitación y se lanzó a la cama. 

- Fui a ver a papá, a invitarlo a la fiesta. 

- ¿y entonces? ¿Por qué esa cara?

- Me dijo que vendría,.. Con Inés

- ¿Y es que contabas con que vendría solo? Ay Cass, de veras no te entiendo... Ya mi papá tiene 10 años con ella... ¿No crees que es injustificado seguirla odiando? Inés es una buena mujer, y ama a papá, solo que tu no te has dedicado a conocerla. 

- ¿Se te olvida que por su culpa nuestra familia se desintegró? 

- ¡Eso no es cierto! Papá y mamá dejaron de quererse. 

- Tu solo vives en tu mundo color de rosa, y no te das cuenta de las cosas, no sabes nada.

- ¿Qué tengo que saber? - Cassandra suspiró enojada - Dime Cassandra.

- Inés era la amante de papá... Por ella se separaron papá y mamá

- Eso no es cierto.

- Pregúntaselo a papá... O a tu querida Inés. 

Cassandra salió enojada de la habitación, dejando a Constanza con la duda revoloteando en su cabeza. 


Finca Santos 

- ¿Qué tanto haces en el baño, mujer? - Victoriano estaba acostado esperando que su esposa saliera del baño y se acostara a su lado, para abrazarla, besarla y hacerle el amor. Inés salió vestida con un pijama poco atractivo, que no resaltaba su figura, Victoriano habría esperado que esa pijama le quitara el deseo que sentía por su mujer pero no fue así, el conocía a su bella Inés como nadie, y un pijama no lo haría olvidar su cuerpo. Ella se metió entre las sabanas, apagó la lamparilla y besó a su esposo en la mejilla, dándose la vuelta en la cama, quedando a espaldas de un Victoriano estupefacto. Sin embargo no se rindió, después de todo tenía el derecho de seducir a su esposa.. La abrazó por detrás, pegándola a el, haciéndole sentir la evidencia de su deseo pegada al trasero. Pero Inés se tensó y le pidió con voz suave. 

- ¿Podemos dejarlo para otra noche? Estoy exhausta. - fue el turno de Victoriano de tensarse. 

- Si estás molesta por lo de Cassandra... 

- No estoy molesta... Solo cansada Victoriano. Por favor... - Inés dejó la suplica en el aire y él como caballero que era la aceptó 

- Bien... Pero si te puedo abrazar o, ¿tampoco puedo.? - Inés rió bajo. 

- Claro que si. - se pegó a el, quien inhalaba su perfume y sentía sus curvas pegadas a su cuerpo, el se durmió enseguida, mientras la mente de Inés no dejaba de torturarla. No fue sino hasta casi amanecer cuando pudo dormir. 

"La Mayor Prueba de Mi Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora