Capítulo cuatro.

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      ●DE RECUERDOS A CLASES●

En el callejón Diagon había una invasión de magos y brujas, las tiendas estaban llenas, Ollivanders atendía a varios jovenes a la vez y Mandame Malkin estaba vuelta loca por la docenas de chicas que se probaban sus túnicas.

Luna y Ginny hicieron amistad enseguida con Sky que parecía una joven muy alegre. Harry, Ron y Hermione se hablaban mucho con un tal Danny y con Bruno que a pesar de su corta edad le tomaba rápido el hilo a la cosas.

-Está demasiado lleno- dijo fastidiada Ginny- ¿por qué no vamos primero a por tu varita?

Los ojos de Sky brillaron y como una bala salió de la tienda de túnicas, directo a Ollivanders.

-Supongo que, pelo de unicornio...- murmuró el anciano al ver a Sky, parecía que hablaba con el mismo- veintiocho centímetros, sí, toma hija, pruebala.

Sky tomó contenta la vara que el hombre le ofreció, recordando películas muggles donde salían hechiceros. Los muggles temen a lo que no entienden, y por ende recurren a su más primitivo instinto, atacar. Presa de los recuerdos de las películas,agitó la varita y Ginny fue impulsada un metro hacia atrás y chocó con unas cajas, Luna fue en su ayuda.

-No, no es- dijo Ollivanders como si nada, fue por otra más larga, negra y de apariencia fuerte- ébano, fibra de corazón de dragón, treinta centímetros, razonablemente flexible- Sky la cogió y sintió un cosquilleo por todo su brazo, una leve brisa le acarició el rostro y sin saber como, supo que la habían elegido.

Después de que todos compraron sus cosas para el nuevo año escolar, Harry, Ginny, Ron, Hermione, Luna, Bruno, Danny y Sky fueron a Florean Fortescue por unos helado y los chicos procedieron a contarle la historia de Voldemort a Sky, Danny y Bruno.

-¿Tan malos somos los muggles?- dijo burlona Sky, Ron río- es decir, es tonto si lo piensan...

-Tú no eres una muggle, ya eres una bruja, tonta- le sonrió Hermione- cualquiera que diga lo contrario está mal.

Sky y los demás siguieron hablando y pasandosela muy bien, de hecho Sky pensó que nunca podría ser más feliz.
La historia del mundo mágico era fantástica y moría por conocerla toda, pero también tenía otras preguntas...

-El chico rubio que me dio su sangre...- dijo Sky- era el único que parecía no querer estar allí.

Los demás se miraron, y Harry tomando aire dijo:

-Se llama Draco Malfoy, y su familia era una de las principales en apoyar a Voldemort, tiene o tenía, no lo sé, la idea de que los magos de sangre pura son mejores, y que los muggles...bueno ya sabes.

-¿Y por qué su familia y él no están en prisión?- cuestionó.

-Al final, en la batalla, se retiraron y no pelelearon de ningún lado, de hecho la madre de Malfoy engañó a Voldemort diciendo que Harry estaba muerto-le contó Hermione- y él mismo escondió nuestra identidad cuando fuimos capturados y llevados a Malfoy Manor.

-Aún así, no parecía nada feliz ahí- dijo Ron, con aspereza- es un tonto, siempre lo ha sido, no te fijes en él Sky.

Sky pensó que si tanto odio se le tenía a algo, no tenía caso querer ayudarlos, sin embargo la mirada de Draco Malfoy no le gustó para nada, se sintió incomoda, y algo tonta, se veía que era alguien difícil, sin embargo decidió seguir disfrutando de sus compras.

Media hora despues Pamela Cook se les unió y fueron a comprar caladeros, ingredientes para pociones, libros y unas cuantas chucherías más.
El día iba muy bien, todo salía perfecto, Sky y Pamela se separaron de los demás para ir a por unas plumas y mientras Pamela pagaba, Sky chocó con un joven negro, de ojos color café y mirada ceñuda.

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