Inhale el humo del cigarrillo mientras miraba a la nada, baje mi brazo con el cigarro para exhalar el humo. Cerré mis ojos mientras mi mente se llenaba de pensamientos, a veces deseaba que fuera más fácil no pensar en Wes pero era algo casi imposible. Mire el cigarrillo que yacía en mi mano para dar una mueca, incluso fumar me recordaba a él pero mandaba todo al carajo.
Hoy enserio necesitaba fumar.
Había decidido que un largo año fuera de Detroit era más que suficiente, era hora de poder olvidar lo que había ocurrido a causa de mi ex pero aún seguía tan presente en mi corazón y podía jurar que este amor no se iría tan fácil.
Sola llevaba una semana aquí y me sentía terrible, no me gustaba como me sentía al estar en esta ciudad pues de inmediato tenía malos recuerdos; el aire me era melancólico, me sentía más sensible a todo, no podrían ni abrazarme por que rompería en llanto. No me gusta sentirme vulnerable aunque sé que lo soy y mucho.
A causa de mi estado, no he dejado de fumar mis marlboros en toda la semana; puedo decir que me he fumado cerca de dos cajetillas tan solo en lo que llevo de esta semana, solo sé que ayuda a liberar todo lo malo y eso basta para mi adicción con estas mierdas
Puse los codos en la barandilla del balcón y le di otra calada a mi cigarrillo, volví a soltar el humo y mis hombros se relajaron. Es tan excitante todo esto, es algo inexplicable que sólo te olvidas de todo cuando fumas, tal vez por eso me es difícil dejarlo.
Mi estadía en Cuba fue demasiado buena, conocí a personas increíbles y lugares increíbles, además perfeccione mi español que es algo maravilloso. Me enamore de Cuba pero era momento de regresar a mi bella ciudad.
— ¡Pequeña, por un momento deja de fumar y ven a comer! —llamó mi hermano mayor, Matt.
— ¡Ya voy! —respondí con calma, le di la última calada antes de tirar el cigarrillo y pisarlo con mi pie derecho.
Baje rápidamente a la primera planta, encontrándome todo como siempre, con el mismo silencio deprimente. Al terminar de bajar por los escalones camine hacia el comedor encontrando a mi hermano sentado en la punta de este. Por un instante el recuerdo de aquella familia que éramos hace años pasó por mi cabeza, imaginé a mi madre a un lado de mi padre y Matt, y a mí riendo entre ellos. No sabía apreciar todo lo bueno que tenia, pero nadie sabe del futuro y que nos espera.
—Te he dicho que dejes de fumar —se dirigió a mí con tono autoritario, pero no respondí y en lugar de eso tome mi tenedor para después comer lo más rápido que pude, no me gustaba que me regañara a la hora de la comida, a nadie probablemente.
Matt a veces —o la mayoría del tiempo— me trata de manera sobreprotectora y sé que se debe a que solo somos nosotros dos, pero quien toma las decisiones siempre soy yo. Él es tan problemático y nunca logra tener estabilidad o algo claro en su vida, tampoco toma las mejores decisiones y no lo culpo, no todos toman las mejores decisiones pero él las toma sin pensar en las consecuencias y no hay ninguna excepción de estas.
Mi mente se mantenía en cualquier lugar menos en las palabras que me decía mi hermano, giraba en torno a los recuerdos melancólicos que pase en esta casa, desde a mis padres hasta a mi ex.
Es tan difícil superar todo cuando tu estado emocional no es el mejor, solo quieres esconderte en esas cuatro paredes seguras donde nadie te pueda molestar.
Últimamente pensaba más en Wes, tuve mucho tiempo para reflexionar y siempre llegaba a la conclusión de querer volver a intentar algo con él, mandaría todo al carajo con tal de obtener un poco de felicidad. He venido decidida a recuperarlo y afrontar de manera positiva todo lo que me encuentre en mi camino, tal como él me había enseñado.
Solo es cuestión de tiempo para que todo se alinee solo y que después actúe de la mejor manera.
—Deberías llamar a las chicas y así pueden venir a visitarte —me sugiere mi hermano al notar que estoy perdida en mis pensamientos —, también creo que podrán divertirse y hacer una noche de chicas, como dicen ustedes. Las vacaciones se acabarán pronto y no tendrás tiempo para hacer que valga la pena.
—Lo estaré pensando pero no estoy segura que las llame, además —llene mi tenedor de comida y lo introduje en mi boca —...si se enteran que estoy aquí será probable que me visiten tan pronto se enteren y me arruinaran la poca paz que puedo mantener.
—Está bien, como quieras —me responde con poca importancia —, pero creo que sería mejor que se enteren que ahora estarás aquí.
Asentí. Él tenía razón, ellas se tienen que enterar, y en algún momento tendrán que hacerlo pero aun no me apetece.
—Después lo haré —conteste resignada refiriéndome a el asunto de llamarlas —. Creo que ya me puedo ir a mi habitación, ¿verdad?
—Sí, esta vez yo limpiare la cocina — dice con una sonrisa y yo solo le correspondí asintiendo, para después subir los escalones e ir a mi habitación. Mire de reojo como él llevaba los platos a la cocina y se perdía allí dentro.
Tarde un par de minutos pensar que haría el resto del dia, la opcion que mas me agrado fue ver una serie en compañía de mi dulce alma, no habría algo más acogedor.
Después de mirar cuatro capítulos de la serie, decidí bajar por algún alimento y tal vez, después considerar salir a trotar por el fraccionamiento.
—Pensé que nunca bajarías —habló Matt después de que yo terminara de bajar por los escalones.
—Aquí estoy bro, ¿me necesitabas?
—No.
Él tenía toda su atención en el juego de béisbol de los Dodgers contra no sé qué equipo, pero con el solo hecho de que Los Ángeles esté jugando yo lo miraría feliz.
— Pensándolo bien... Creo que puedes traerme una cerveza —respondió sin perder la vista del televisor, fui por su cerveza a la cocina.
—Aquí tienes —le dije a Matt al mismo tiempo que le entregaba la cerveza, decidí quedarme mirando el juego pero después de un tiempo este se volvió tedioso por lo cual decidi volver a la cocina para hacerme una ensalada, el hambre había vuelto a mi sistema y por mi mente tuve la loca idea de correr en la noche.
—Bro —lo llame mientras me sentaba a un lado de Matt, en la sala de estar —, probablemente saldré a correr por allí, así que no quiero que me esperes.
El sólo asiente como respuesta bebiendo de su Corona.
Después de terminar mi ensalada subí a mi habitación, me duché por unos largos minutos y elegí mi vestimenta. Un short para ejercitarme, un top, mi pequeño suéter y mis zapatillas; claramente me unté crema, me lave los dientes y en minutos ya estaba lista para salir.
👑👑👑
Seguí corriendo después de unos largos quince minutos.
Me encanta sentir la adrenalina viajando por todo mi cuerpo, amaba la sensación que me provoca el aire cuando choca contra mi rostro, creo que es mi adicción correr.
Después de correr pare en un parque solitario, este se encontraba vacío y en un lugar muy oscuro del fraccionamiento, pero algo logró captar mi atención, a un par de metros más adelante había un pequeño edificio con música y gritos de personas.
De a poco me acerque pero me detuve para verificar que no se encuentre ningún guardia o algún tipo pasado de copas. Entre y me encontré con una gran multitud, todos ellos rodeaban una enorme jaula de metal. Estaba en una pelea clandestina.
Estoy en mi antiguo hogar, solo que me prometí olvidar mi pasado, pero la sensación al estar aquí es lo máximo, la música de fondo, los abucheos y silbidos de apoyo, el descontrol del lugar y lo mejor son las fiestas después de ganar las apuestas.
A la mierda todó, yo me quedo a disfrutar en mi hogar. Hogar, dulce hogar, ya llegue.
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Secretos no tan secretos © [𝐄𝐍 𝐄𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍]
Teen Fiction[𝐁𝐎𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑] "Quiero dejar de recordar todo aquello que me hizo mal" Portada realizada por: @austrova ACLARACION: Esta historia es totalmente mía, ademas de estar inspirada en algunos hechos reales. Puede contener vocabul...