Capítulo 37

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LM: Jade, necesitamos hablar.

Recién despierto y tengo este mensaje, ¿que si como me siento? Estoy aterrada ahora mismo. No se de que carajos se pueda tratar.

El sonido del teléfono notificando el mensaje me hizo despertar de un hermoso sueño, tenía cientos de cuerpo bajo mis pies y sobre ellos un gran asiento en donde me encontraba yo, era la reina, incluso tenía mi corona sobre mi cabeza.

Quisiera que se repitiera pero desperté en mi horrible realidad, Liam hizo que arruinara mi sueño pero por dentro sé que el sueño no podría durar mucho, aunque así lo quisiera.

Me incorporo en la cama y tallo mis ojos con mis manos, aclarando mi vista lentamente. Fui a la cocina y dejé a las chicas tiradas en la habitación, ellas aún seguían dormidas y no se como. Tal vez tengan el sueño pesado, bien por ellas, yo no me puedo dar esos lujos.

Abrí la nevera y tome una botella de agua para llevarla a mi habitación. Me sorprendía saber que aún eran las seis de la mañana, solo dormí tres horas y yo estaba como nueva. Me duché en mi habitación y me vestí con ropa deportiva, tome mi reproductor y unos auriculares para salir a correr.

—¿A donde vas? —me preguntó Thomas recién pasé por el portón de el muro.

—A correr.

—Dentro hay una caminadora, hace frío aquí.

Él se acercó a mi, pero aún manteníamos nuestra distancia.

—Me gusta más el aire libre, correré si no te importa —le sonreí ligeramente —. Si quieres puedes acompañarme.

—Eso haré.

Los dos salimos del portón juntos y corrimos por un rato, aveces nos parábamos a hablar o a hacer cualquier estupides que se trataba de ejercitarse.

—¿Sabes? Lo del beso... —me tomo desprevenida que él hablara de eso, pero de inmediato lo interrumpí cuando entendí que camino tomaba nuestra conversación y me decepcione al imaginarme lo que diría, no lo esperaba de él pero esto es muy típico que no me sorprendió que mi boca hablara por sí sola.

—Si, lo se, no debió de ocurrir. Ahora todo está claro.

—No, no me refería a eso —¿Espera? ¿Que acaba de decir? —. Iba a decir que me gusto.

Me quede sin habla, algo que él no pasó por alto y siguió hablando para no hacer el momento aún más incómodo.

—Es... No se como explicarlo —tartamudeo, mientras se rascaba la nunca con nervios y pasaba el peso de su cuerpo de un pie a otro. No pude más ante tal imagen tan tierna y me lancé sobre él como tanto había deseado.

Él me acercó a él y de inmediato su cuerpo se relajó, como si estuviera esperando que esto sucediera. Sus labios recorrieron los míos como si fueran el mismo cielo, ya extrañaba esto, aunque hace menos de veinticuatro horas ya lo habíamos hecho. Yo seguí con lo mío mientras nuestra lenguas trataban de recorrer toda nuestras bocas, pase mi mano por su abdomen mientras que la otra estaba en su nuca, él tenía mis manos donde siempre como si pareciera su lugar favorito en el mundo.

—¿Te gusto? —pregunte después de recuperar el aire que había perdido en el beso, eso fue intenso.

El asintió mientras pasaba uno de sus dedos sobre sus labios, aún sin creer lo que había ocurrido.

Secretos no tan secretos © [𝐄𝐍 𝐄𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora