Capítulo 14

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En cuanto la luz del auto de mi madre nos da en la cara empujo a Aron con todas mis fuerzas y me asomo por la ventana para asegurarme de que es ella. Y sí, mi madre ha regresado. Me giro a ver a Aron con terror.

-Tranquila, saldré por la ventana. -toma mi rostro entre sus manos y me da un beso en la frente- Será para la próxima -asegura y yo me pongo roja como un tomate. 

Veo salir a Aron por la ventana y en cuanto me aseguro de que mi madre no lo vio, cierro la ventana y me meto al baño para encender la ducha. Justo escucho a mi madre entrar a mi habitación. 

-Eli, estoy en casa -avisa pegada a la puerta del baño- Prepararé la cena, cuando termines baja.

Dejo salir todo el aire que tenía retenido cuando escucho que cierra la puerta. Aprovecho para darme una ducha, necesito relajarme y aclarar mis pensamientos. Mientras el agua cae en mi cuerpo el recuerdo de Aron muy cerca mío invade mi mente. Su respiración, su mirada tan profunda, sus labios a centímetros de los míos. He visto demasiadas películas y he leído muchos libros como para saber que si mi madre no hubiera llegado en ese momento, él me hubiera besado. Solo de pensarlo siento mi cara caliente. Aron me gusta, y mucho. Pero me pregunto, qué tanto le gusto yo a él.

Bajo al comedor y un olor exquisito llega a mi nariz. Es raro que mi madre horneé pizza. Y se le ve contenta, incluso está tarareando una canción. A veces me preocupa mucho los cambios de ánimo de mi madre. Pero si eso la hace cocinar pizza, no me quejo. Luego de cenar subo a mi habitación totalmente agotada, pero aun así sonrío como tonta al pensar en Aron. Ojalá pudiera hablar con él ahora.

Es muy entrada la tarde cuando escucho a mi madre hablar con alguien, o más bien gritarle a alguien y reconozco la voz varonil que le responde

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Es muy entrada la tarde cuando escucho a mi madre hablar con alguien, o más bien gritarle a alguien y reconozco la voz varonil que le responde. ¡Es mi padre! Bajo las escaleras rápidamente, muy emocionada de poder ver a mi padre nuevamente.

-¡Admítelo! ¡La única razón por la que tienes encerrada a Eli es para que nadie se entere del accidente que ocasionaste! -le grita mi padre a mi mamá.

-¿Quieres bajar la voz? Y no saques ese tema en este momento. ¡Tú estuviste de acuedo! -le responde mi madre.

-¡Y fue el peor error de mi vida! En cuanto te vi con una bebé que no era nuestra debí acusarte con la policía.

-¡Y la hubieran enviado a un orfanato! ¡Y a mí a prisión!

-¡Ella hubiera estado mejor en un orfanato! No solo le quitaste a sus padres, también la posibilidad de encontrar una familia que la amara y le diera la vida que se merece.

-Eso no... -es en ese momento en el que mi madre se da cuenta de mi presencia. Siento que mi corazón se va a salir- Eli querida...

No la dejo terminar y corro de vuelta a mi habitación. Cierro con llave y me quedo apoyada en ella. Esto no puede ser posible, yo debí entender todo mal. Pero mientras más lo pienso algunas cosas tiene sentido ahora. El que ella no me deje salir, el que en ciertas épocas del año no me deje ver noticias, el que no me deje tener redes sociales. 

-Eli, mi niña. Es mamá -no es cierto- por favor, abre la puerta. Déjame explicarte todo. Por favor... -se queda en silencio unos momento, hasta que empieza a golpear la puerta con fuerza y a gritar- ¡ABRE LA MALDITA PUERTA! ¡ELIZBETH! -retrocedo asustada hasta que me tropiezo con la alfombra y caigo al suelo.

-¡Suficiente Sara! ¡No me hagas llamar a la policía! -escucho los pasos de mi madre alejarse y azotar la puerta de su habitación.- Eli, voy a entrar -mi padre abre la puerta con el juego de llaves que siempre carga. Me ayuda a ponerme de pie, y es en ese momento en el que lo veo a los ojos, en el que veo esa mirada de culpa que por fin mi mente entiende que todo es verdad- Escúchame, no es la manera en la que quería que te enteraras. Pero todo es cierto, te contaré todo con detalle pero no ahora. Ahora debes irte, tienes que salir de aquí y no dejar que Sara te encuentre. Toma -me da un juego de llaves- te compré un apartamento, ahí tendrás todo lo necesario, ropa, dinero, comida y un celular. Yo soy el único contacto, así que en cuanto llegues me llamas. Hay un taxi esperándote a cinco calles de aquí -se acerca y me da un beso en mi frente- Hazlo, Eli. Vete.

Mi mente no puede procesar tanto en este momento, así que me limito a obedecer. Salgo de prisa de mi casa, y paso por la cerca por segunda vez. Solo que en esta ocasión estoy huyendo. Corro con todas mis fuerzas, hasta dar con el taxi que mi padre me dijo.

-¿Señorita Elizabeth? -dice el conductor cuando abro la puerta, asiento como respuesta- Adelante.

Durante todo el camino solo puedo pensar que todo ha sido una mentira. Llego a un edificio pequeño de apartamentos muy alejado del vecindario donde vivía. Veo en las llaves que me dio mi padre el número 5. Subo las escaleras y solo veo un apartamento por piso, el mío está en el último. Entro y ni siquiera me detengo a ver con detalle el lugar. Solo me dejo caer al suelo, sintiendo las lágrimas llenar mis ojos, la realidad me está golpeando.  Esto no puede ser cierto. Luego de unos minutos, la puerta es golpeada con fuerza. Me levanto asustada y me alejo de la puerta. Tengo miedo de que sea mi madre.  Y entonces, esa voz.

-¡Lizi! ¿Estás ahí? ¡Abre por el amor a Dios! 

¡Aron!

Te Amo en Silencio [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora