Capítulo 7

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Aron

En verdad metí a Lizi en un gran problema. Mientras camino a la escuela no puedo evitar recordar la manera tan brusca en la que su mamá la trató ayer. Me pregunto si así es todo el tiempo. No me gusta nada pensar en que es así. Lizi se ve tan pequeña y frágil, solo imaginar a alguien lastimándola hace que me hierva la sangre. Pero también entiendo que es parte del proceso de los padres cuando están a punto de separarse. La mayoría de las veces solo uno de ellos se vuelve frío y cruel con sus hijos. Lo sé muy bien. Porque así se comportó mi madre cuando se divorció de mi padre.  

Mis padres se divorciaron cuando tenía catorce. Pasaron dos años gritándose y soportándose porque querían salvar algo de su horrible matrimonio, y lo querían hacer para que el pequeño Aron no tuviera una familia rota. Fueron los  peores años de mi vida. Gritaban, mi madre le lanzaba cosas, mi padre  la hería con sus palabras. Siempre fue un caballero, y nunca se atrevió a levantarle la mano a mi mamá. Yo estaba cansado de regresar de la escuela y ver a mi madre llorar y ver el rostro sombrío de mi padre. Con el fin de escapar de esa situación comencé a refugiarme en la música. Encontré unos vinilos en el sótano pertenecientes a mi padre y cuando escuché esos álbumes fue como entrar a un universo diferente. Las letras de muchas de esas canciones describían a la perfección mis sentimientos y todo lo que yo pensaba. Pero necesitaba más, quería sentir de una mejor manera la música, no solo escucharla sino también tocarla, crearla, hacerla mía. Así que me conseguí una guitarra usada con mis ahorros y me convertí en alguien totalmente nuevo.

La música logró alejarme de los problemas maritales de mis padres y a sobrellevar el divorcio. Pero también me llevó a encontrarme con personas para nada ejemplares. Me dejé llevar por sus influencias con tal de aprender más del mundo de la música. Me volví un problema para mi madre, quien se había quedado con mi custodia. No solo frecuentaba clubes donde los músicos urbanos demuestran sus habilidades, sino también clubes donde el tema principal no era la música sino la bebida, las drogas y las peleas. Yo peleaba mucho, demasiado. Llegué al punto de que ante la más mínima provocación yo lanzaba el primer golpe y el último. Para mí era lo máximo ser quien no se acobardaba, ser quien demostrara su fuerza y valor, ser quien siempre ganaba la pelea. Hasta que eso me metió en un serio problema que fue la gota que derramó el vaso y me obligaron a mudarme con mi tía Ingrid.

Aunque lo último me vino muy bien. No quiero que Lizi se refugie con las personas correctas, puede que yo no sea la mejor influencia del mundo, pero conozco las consecuencias de tomar malas decisiones solo para distraerte del mundo horrible en el que vives. Por eso quiero ayudarla, quiero que ella confíe en mí, quiero ser su escape. Tal vez no debería meterme como dijo la madre de Lizi, pero hay como un imán que siempre me obliga a ir hacia Lizi. Y no me quejo de eso.

 Y no me quejo de eso

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Te Amo en Silencio [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora