Capítulo III

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-No! No pienses eso. Todo lo contrario.

Malfoy actuaba raro. En su ojos no había rastro de esa mirada prepotente que siempre llevaba y en sus palabras no había sarcasmo.

-Querías verme? -dije incrédula. Me arrepentí segundos después.

-Verte? La verdad, si. -se llevó la mano al cabello. -Quería ver con mis propios ojos cual es ese poder del que tanto hablaban el año anterior. -Y la mirada de desprecio apareció.

Me sentí como una idiota, en serio, que estaba pensando? Que Malfoy cambiaría de opinión de una día para otro y querría ser mi amigo?

Lo miré con rabia.

-No soy un fenómeno de circo, Malfoy. Siento mucho decepcionarte pero no podrás contarle a tus amiguitos que viste.. "ese poder del que todos hablan" -dije haciendo comillas con mis manos.

-Ella, ya podemos irnos. -Hermione apareció y lo agradecí internamente. Si Malfoy quería hacerme sentir mal, lo consiguió. Quería irme ya de ahí.

Mi amiga se dio cuenta con quien había estado hablando y se quedó mirando a Malfoy con cara de pocos amigos.

- Yo no estaria tan seguro, D'frend. Pronto conseguiré verlo con mis propios ojos. -dijo el rubio a modo de despedida con desdén. Se dio la vuelta sin determinar a Hermione y salió del local.

Hermione me quedo mirando con sorpresa.

-De que habla?

-Quería ver el fenómeno que esta dentro de mí. -sentía mucha rabia.

-No le hagas caso. Es Malfoy, que esperabas. Seguro su padre le contó no se que cosas sobre los nefilim.

-Si? Pues todo es mentira. Nadie sabe nada acerca de ellos. Son muy reservados con sus cosas. Ni siquiera mi madre me cuenta nada.

-Con más razón aún! No hagas caso, ni que te importara. -me cogió del brazo y salimos.

Tenía razón, no me importaba lo que pensara él de mi. No debía afectarme. Aunque no se porqué me lo repetía como tratando de convencerme a mi misma de eso.

Llegamos al Caldero Chorreante. Todos estaban en una mesa con un plato de comida en frente. En una esquina pude distinguir a un chico de pelo azabache con unos anteojos algo torcidos. El chico nos miró y se paró a saludarnos.

-Harry! - me acerqué sonriente.

-Ella! Me alegro de verte! - el chico me devolvió la sonrisa y me abrazó.

Al momento de su abrazo, un dolor ya familiar se cruzó por mi cabeza. Mi vista se nubló.

Pude ver a Harry. Pero era como una sombra en medio de la noche. Luego vi un hombre, reconoci su rostro. Era el mismo que habia visto en los periódicos las ultimas semanas, el fugitivo de Azkaban. Lo vi reírse maliciosamente, o me pareció a mi. Harry entre sombras... y Black sonriente.》

-Ella..  estás bien? -vi a Harry, me veía asustado y me tenía entre sus brazos. -Tus ojos... que les pasó?

-Qué? Que tienen mis ojos? -me llevé las manos a la cara.

Hermione me miraba también asustada.

-Si... de repente estaban blancos..- la castaña hablo casi en un susurro. Incrédula de sus propias palabras.

-Tuve.. es que vi algo. Tuve una visión.
[Nota autor: cuando tiene una visión sus ojos cambian al igual que la imagen del encabezado de arriba. Aquí la dejo si no la pueden ver. ]

Para Siempre FredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora