Harry se hallaba en la enfermería, se había desmayado por la caída pero estaba intacto. Nadie se explicaba que había pasado.
Me encontraba en la enfermería, algunas camillas mas allá de Harry. Luego de lo que haya sido que paso conmigo allá afuera, me sentí tan agotada que me desmayé. Miraba mis manos, ahora no estaban heladas ni había nada que brillara, seguía sin entender lo que paso.
De pronto, entro Dumbledore a la enfermería con pasos rápidos y se veía enojado. Detrás de el venía la profesora McGonagall y el profesor Snape. Estos dos últimos se quedaron cerca de la camilla de Harry y solo Albus se acercó a donde me encontraba.
-¿Cómo te encuentras? -dijo con voz amable.
-No lo sé. Creo que bien... -susurré.
-¿Sabes que fue lo que pasó allá? -me indagó y yo solo negué con la cabeza- Yo solo traté de detener la caída de Harry con un hechizo, que debido a la velocidad a la que caía, me fue imposible hacerlo. -hablaba sin dejar de verme a los ojos- Pero de pronto, la velocidad disminuyó y el hechizo hizo su trabajo, pero que Harry haya salido ileso de aquella caída no fue solamente por el hechizo que utilicé.
-¿Qué tratas de decirme? -hasta ese momento note que estaba al borde de las lagrimas y no podía evitarlo, estaba exhausta.
-Algo me dice, que tu segundo don ha sido revelado, Ella.
Sentí que me faltó el aire. Algo en mi lo sabia, no quería aceptarlo, pero era obvio que lo que había pasado allá no era normal.
-Tengo miedo. -fue lo único que salió de mi boca y Dumbledore me miró con preocupación.
-¿Por qué lo dices?
-Albus, mi segundo don aparece cuando apenas puedo controlar el primero. Tu mismo me dijiste que es muy raro que una mestiza como yo tenga el don de la visión, y ahora aún mas raro que tenga otro, y tan rápido! Si el Ministerio casi acaba conmigo cuando se enteraron lo que podía hacer, ¿que harán conmigo ahora? -sollocé- Tengo miedo, esto... esto mucho más de lo que puedo controlar.
Me tapé el rosto con las manos y las lagrimas hicieron lo suyo.
Sentí que Albus me rodeaba con sus brazos y acariciaba mi cabello.
-No te pasará nada, mi niña. Mientras yo logre evitarlo tu aprenderás a manejar tus dones para ti, no para nadie más ni con ningún otro propósito que para tu propio bien.
Escucharlo me hizo sentir mejor, pero sabia que no sería tan fácil. Pronto se sabría de lo que era capás y no quería saber que pasaría conmigo.
Albus se aparto de mi y me dedicó una sonrisa.
-Ella, me tomé el atrevimiento de llamar a tu madre, creo que lo mejor es que ella esté contigo en estos momentos.
-No! Mamá no me puede ver así, se preocupará y no quiero eso. -sequé mis lagrimas con rapidez.
-No te preocupes, por qué no tomas un poco de aquella poción que llevas en el cuello para que te sientas mejor. No solo sana heridas del cuerpo. -sonrió y se alejó de mi camilla- Ah! Casi lo olvido. -se volteó a verme- El joven Malfoy está afuera de la enfermería. -me dedicó un rápido guiño y se alejó.
Sonreí. Con todos aquí adentro no creo que el entre.
Tome un pequeño sorbo de la poción y me recosté sobre las almohadas a esperar que hiciera efecto.
***
Dejé caer mi maleta en el asiento de la sala común y me deje caer sobre el. Ya había pasado una semana desde el partido y todo parecía haber vuelto a la normalidad, si así podía decirse. Era la última semana de clases y de ahí vendrían las vacaciones de Navidad; nunca antes lo había deseado tanto, los últimos días fueron muy largos, entre exámenes, ensayos para el concierto de Navidad, mis clases con la profesora Trelawney y ahora mis nuevas sesiones con Albus en donde leíamos e investigábamos acerca de mi nuevo don. Casi no tenia tiempo para nada más.
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Para Siempre Fred
FanfictionEstábamos ahí, sentados uno junto al otro tomados de la mano. Mientras un mago bajito situado frente a Bill y Fleur recitaba las palabras de compromiso para la unión de ellos dos, Fred las repetía en mi oído. Su voz y las palabras que decía me estre...