Día cinco.

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Vaya, que tarde desperté. Son las 15:49. He dormido mucho. Pero es que es tan bello dormir, la vida es tan perfecta en el mundo de los sueños, donde puedes hacer lo que quieras y no eres juzgado por ello. No como en la vida real. Pero no me voy a poner de pesimista. La vida es fácil de vivir, somos nosotros mismos los que nos la complicados haciendo estupideces.

Como yo, por ejemplo. Me mandé tantas cagadas, que hice de mi vida una mierda.

Dije que no me iba a poner pesimista. Nunca cumplí mis promesas.

Cartas de un solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora