Como no me he cuidado. Me veo al espejo, y parezco un anciano, con mi barba algo canosa y mis enormes ojeras. Mi ropa ajada y sucia. Mis pies descalzos.
Soy un completo vagabundo.
Pero bueno, no tengo a nadie como para preocuparme por cómo me vea.
Ni siquiera a mi mismo.
ESTÁS LEYENDO
Cartas de un solitario
Ficción GeneralAlguien que se pasó mucho tiempo escribiendole cartas a la nada.