CAPITULO 4

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¿Quién diablos estaba golpeando a su puerta así? Naruto tendría que enseñar a sus amigos buenos modales. Se dio cuenta de que estaba lloviendo a cántaros, pero eso no les daba el derecho de dañar su puerta. Ellos lo lamentarían en segundos. El ya se encontraba de mal humor y el que llegarán tocando como bárbaros, no le hacía gracia.

El abrió la puerta de un tirón, y dijo:

—¡Dejen de joder!

Una pequeña figura con el cabello mojado y con la ropa empapada cayó en sus brazos y dijo.

—¡Ayúdeme, por favor!

La voz femenina tenía una aflicción que no podía ignorar. Instintivamente, la metió dentro y cerro la puerta de golpe.

— Gracias —. El suave murmuro era casi inaudible, pero mezclado  con verdadero alivio.
Ella levantó la cabeza y lo miró. Tenía grandes ojos color perla hermosos, pestañas espesas y largas, y suculentos labios rojos. Su blusa blanca estaba empapada, y podría haber ganado cualquier concurso de camisetas mojadas sin ningún problema. No es que él nunca haya visto uno, pero su sostén de encaje negro, mostraba sus prominentes pechos: 34C, supuso.

¡LA STRIPPER!

Claro, ella tenía que ser la stripper. así que los chicos le habían conseguido una stripper que hiciera pasar como una damisela en apuros. Era diferente de lo habitual mujer policía o la enfermera, pero aún así, no funcionaria.
La última vez que sus amigos lo habían sorprendido con una stripper oficial indecente, la misma había tratado de hacerle un registro al desnudo, el cual no había causado efecto en él.
Ni siquiera la atención de un poco sadomasoquismo. Había logrado hacer que su miembro se levantara de su sueño mortal. ¿Qué hizo pensar a Sai que una damisela en apuros podía ser mejor?
Se veía suficientemente bonita, casi inocente. Por lo menos le podía seguir la corriente por unos minutos, para ver si algo ocurría. Claro, sin tener mucha esperanza.

—¿Qué pasó?—, le preguntó.

Ella olía como un perro mojado y algo más, pero no podía saber que era.

—Un tipo me atacó —, se detuvo para recobrar el aliento, y prosiguió 😌—Tengo que llamar a la policía.

Ella se estremeció y sonó creíble. Obviamente la mujer había tomado algunas clases de actuación.
            Un buen detalle
—Bueno, ¿por qué no hacemos que entres en calor primero y nos deshacemos de tu ropa mojada?—Esa seguramente era la idea de la stripper tendría en mente. ¿Qué mejor razón para quitarse la ropa que el tenerla mojada? A él no le importaría calentarla con su cuerpo.

Ella inmediatamente frunció el ceño.—Solo una llamada, por favor, y me puedo cambiar en casa, gracias —. Su voz se entre cortó como si estuviese molesta.

Ah, así que quería jugar a la tímida. Para él estaba bien. La dirigió a la sala de estar, donde ardía un pequeño fuego en la chimenea. Ella se puso justo enfrente de ella estiró las manos hacia el calor. Su ropa mojada se aferró a su cuerpo, enfatizando sus curvas tentadoras. Las proporciones perfectas. No era demasiado delgada, suficiente carne para que él tuviera algo que agarrar. Por lo menos Sai había escogido a alguien que físicamente le gustaba. Era un buen comienzo.

—Te dará un resfriado con esa ropa mojada—, le susurra atrás de ella.

Sus hombros se levantaron con evidente tensión. Ella obviamente no le había sentido acercarse. ¿Qué pasaba con sus sentidos? A medida que le tomó los hombros con sus manos.

—!Aaah¡—Grito y se dio la vuelta. El reconoció que la mirada en sus ojos era una mezcla de ira y miedo.

—Me  tengo que ir—, le dijo ella.

Mi Amada Mortal (Vampiros De Scanguard's # 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora