CAPÍTULO 28

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—Hinata, despierta —dijo la voz de Sasuke, a través de sus sueños. Ella trató de ignorarlo, pero no se detuvo. —Hinata. —Abrió los ojos y miró a Sasuke con un vaso del mismo líquido horrible que la había hecho beber dos veces. No tenía idea de lo que había en él y no tenía ninguna intención de saberlo. Por lo que sabía, sería estofado de sapo, o simplemente el sapo.

   —¿Otra vez? —Casi vomitó la última vez que lo bebió.

   —Lo siento, pero lo necesitas. Él ha estado tomando una gran cantidad de sangre de ti.— Bebió, tratando de ignorar el mal sabor. Entonces Hinata siguió la mirada de Sasuke, la cual descansaba sobre Naruto a su lado. Él se veía mejor. Sus heridas se habían cerrado, y la nueva piel estaba creciendo por encima de ellas. —¿Cuánto tiempo más?

   —Muy pronto. Mientras tanto, te necesitamos en la planta baja en su oficina. Hay alguien que quiere hablar contigo. Ella le lanzó una mirada inquisitiva.

   —¿Quién?

   —Ya lo verás—. Su mirada se desvió de nuevo a Naruto, no queriendo dejarlo. —¿Qué pasa si se despierta mientras no estoy?

   —Voy a estar aquí. Te llamo de inmediato. —De mala gana se levantó de la cama.

   Se sintió mareada cuando de pronto se puso de pie. Su cuerpo se balanceaba, y Sasuke inmediatamente la agarró. Un gruñido salió de la cama. Tanto ella como Sasuke volvieron la cabeza para mirar a Naruto. Él estaba aparentemente dormido, mostrando sus colmillos. Sasuke inmediatamente soltó el brazo de Hinata. Los colmillos de Naruto se retiraron y cerró los labios.

   —Puede sentirte, incluso en sus sueños. No le gusta que seas tocada por otro hombre.

   —Pero, sólo estabas tratando de ayudarme —protestó Hinata.

   —Cuando un vampiro ha encontrado a su pareja, es muy posesivo.

   Hinata le sonrió a Naruto. Incluso en su sueño, él estaba tratando de protegerla. —Estaré de vuelta en poco tiempo, mi amor. —Ella vio una forma de sonrisa alrededor de los labios de Naruto, como si él pudiera oírla.

   Gaara la esperaba en la oficina de Naruto.

   —Por favor, tome asiento aquí, delante de la computadora señorita Hinata.

   —Gaara.— Él la miró inquisitivamente. —Lo siento. ¿Lo metí en problemas con Naruto? Voy a hablar con él cuando esté mejor. No quiero que sea castigado por dejarme escapar —dijo con tristeza.

   —No importa lo que me pase, siempre y cuando el Sr. Uzumaki esté bien.

   —¿Qué te hará a ti?

   —Se me ordenó que la protegiera, y fallé. Todo lo que importa es que él llegó a usted a tiempo.

   —Pero fue mi culpa. Te engañé.

   —No importa, señorita, no debería haber dejado que me engañara. Si me permite decírselo, para ser un humano, es muy inteligente. —Él le dijo y le dio una leve sonrisa.

   —Y si me permites decirlo, para ser un vampiro, es usted muy amable. Él asintió con la cabeza.

   —El Sr. Uzumaki ha organizado una teleconferencia para usted. —Gaara señaló la pantalla de la computadora.

   La sentó en la silla que tenía para ella—. Una teleconferencia. ¿Para qué?— Gaara encendió el monitor.

   Una imagen de lo que parecía ser una habitación de hospital quedó a la vista. Se ajustó la pequeña cámara en la parte superior de la pantalla y apuntó directamente a Hinata.

Mi Amada Mortal (Vampiros De Scanguard's # 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora