CAPÍTULO 24

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"Sasuke"

Sucedía con frecuencia que Sasuke pasaba tiempo en una cama que no era la suya, pero en general por otras razones que las de esta ocasión.

Para el momento en que él y Naruto dejaron de trabajar ayudando a Hinata, estaba demasiado cerca la salida del sol para que se arriesgara a irse a su casa. Por mucho que odiara entrometerse entre los dos amantes, no tenía más remedio que permanecer en la habitación de invitados.

La cual, por desgracia, compartía una pared con el dormitorio principal. Su sensibilidad auditiva escuchó más de lo que quería saber o ser parte, por lo que él hizo unos tapones improvisados de bolas de algodón, que encontró en el cuarto de baño. Ayudó un poco. Por lo menos no podría oír más sus voces. Era un solo asunto, entre el bombardeo que escuchaba de esas emociones, el que lo golpeó.

Ellos habían hecho virtualmente imposible que Sasuke pudiera desconectarse y dormir. Al parecer, el sexo de reconciliación iba bien. En todos sus años como un vampiro, nunca había conocido a una mujer que lo hubiese movido tanto como Hinata había afectado a Naruto.

Sasuke era mucho mayor que su amigo por casi 200 años, y lo había probado todo. ¿Cómo había sobrevivido tanto tiempo?, él realmente no estaba muy seguro, sobre todo porque había hecho suficientes enemigos entre los humanos y los vampiros. Había vivido tiempos difíciles en los años mil quinientos y mil seiscientos en su nativa Francia, antes de sentir que era hora de tener un comienzo fresco en un nuevo continente, donde su reputación como un sinvergüenza y mujeriego no le precediera. Además, había pasado por todas las mujeres de, entre quince hasta cincuenta años, y fue quedándose poco a poco sin compañeras dispuestas a compartir su cama.

Era más prolífico que Don Juan o Casanova, a pesar que su nombre no llegó a los libros de historia. Mejor aún, no necesitaba ninguna publicidad.
La habitación de huéspedes era bastante cómoda, pero sus pesadillas personales lo despertaron muy temprano, una hora antes del atardecer.

Las pesadillas eran familiares y no habían cambiado mucho en los últimos cientos de años. A pesar de trabajar con el Dr. Orochimaru en la culpa que lo atormentaba, no podía librarse de las imágenes que atormentaban su sueño cada noche. No había necesidad de quedarse en la cama si no podía volver a dormir. Una ducha rápida fue refrescante y también lo era la sangre que encontró en el refrigerador de la despensa, cuya combinación no era ningún secreto para él. Se había quedado en la casa de Naruto lo suficiente, como para estar familiarizado con todos los armarios de la despensa, y por ahora no tenía tiempo suficiente para ir a la caza de una comida fresca. ¿Cómo podía vivir Naruto de material empaquetado? Para él no tenía sentido.

Sasuke prefería el líquido rojo cálido y sabroso, directamente de una persona con vida. Preferentemente de una mujer con la que podría satisfacer dos deseos a la vez, dos pájaros de un tiro. Y francamente, sus deseos carnales necesitarían un gran alivio pronto. Rara vez pasaba una noche sin ello. Él no se encontraba en una relación con alguna mujer en particular. En su lugar, tomaba todo lo que podía obtener de cualquier mujer dispuesta. Gracias a su buena apariencia, siempre había mujeres suficientemente interesadas en un revolcón sobre el heno.

Bueno, en estos días, ya no era sobre el heno, ya que en realidad prefería un suave colchón con sábanas de algodón egipcio de alta calidad. Integrarse tenía sus lujos. Él se adentró en el periódico que Shikamaru había llevado al principio del día. No había señales de él en la casa ahora, en cambio, Gaara se estaría reportando pronto, poco después del atardecer.

Minutos después de profundizar en el periódico, oyó pasos en las escaleras. No eran los pasos pesados de Naruto, sino los pasos mucho más ligeros de Hinata, que se acercaban. Ella apareció en la cocina segundos más tarde, tenía un cálido resplandor.

Mi Amada Mortal (Vampiros De Scanguard's # 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora