38. Un jodido idiota.

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Y así pasé toda la tarde junto a mi mejor amiga cotilleando del bochorno que había pasado en la fiesta. De seguro ya me encuentro en la boca de todos y no me quiero imaginar como me observarán mañana. Las ganas de matarme no me faltan sin duda. Marie en todo el transcurso del tiempo solía mantener su mirada fija al celular, lo que era demasiado raro y la duda me comía por dentro por saber a que se debia tanto misterio.

La noche ya había llegado, Marie se fue casi antes de las 9. Cenamos pizza, subí a la habitación para bañarme e irme a dormir porque no tenia ánimo de ver televisión o mucho menos andar en el celular. Me duché, me coloque la pijama y obviamente me cepillé los dientes. Por mi mente empiezan a pasar muchas ideas y la que aparece constantemente es la escena del rechazo de Cameron. Sigo sin entender porque su comportamiento es que tengo demasiadas hipótesis que ya hasta dolor de cabeza me estaba empezando a dar. Decidí no seguir dándole rodeos a ese tema y me dispuse a dormir.

***
Lunes

Cada mañana de los Lunes deseo lanzarme balcón abajo y el día de hoy es mucho más fuerte ese impulso. Es que de solo a ponerme a pensar que debo mirar el rostro de Cameron me pone los pelos de punta.

—Lisa, hora de alistarse.—Menciona mi madre desde las escaleras.

—Ya estoy despierta mamá.—Anuncio mientras ingreso a la ducha despojándome de la pijama.

—Bien no demores, hice tostadas.

—Claro mamá.—Respondo y me dedico a ducharme tratando de no tardar demasiado.

Enrollo mi cuerpo con la toalla, y camino hacia el armario. El sol el día de hoy estaba demasiado fuerte y la idea de ponerme jean no me ponía contenta. Así que decido colocarme un vestido que me llega hasta casi a la altura de las rodillas y es de color negro. También saco una chaqueta color negro y los botines del mismo color. Pues si, mi corazón hoy anda de luto. Me pongo la ropa interior y luego el resto de prendas por último cepillo mi cabello, me coloco una pequeña cadena. Y de maquillaje solo rimel, colorete y un labial de tono sutil, para que no me confundan con alguna momia andante.

Agarro mi maleta y bajo para dirigirme a la cocina.

—Buen día.— Me acerco donde mi madre y le planto un beso en la mejilla.

—Buen día Lisa, aquí están tus tostadas y el jugo.—Me coloca la comida en el mesón y me siento para deleitarme del desayuno preparado por Loraine.

Al terminar de comer, subo para cepillarme los dientes, me rocío perfume y finalmente bajo para despedirme de mi madre y caminar hacia la cárcel.

El camino fue ambientado con la música de Sia, la voz de esta mujer es la gloria.

Llego al colegio y ya puedo sentir una que otra mirada curiosa. Trato de identificar a Marie pero no veía a ninguna rubia loca por ningún lado.

Saco mi celular para enviarle un mensaje a Marie, Dylan, Luke y Alice. Porque lo que menos quiero es estar sola .

Obtengo una respuesta inmediata de Dylan y lo amo mucho más. Camino hacia donde él se encuentra y tiene a su lado a Alice.

—Hola chicos.—Los saludo a ambos en la mejilla.

—Que linda te ves.—Comenta Alice.

—Cuidado y esa bonita nariz se hace gigante de tantas mentiras.—Bromeo.

Alice golpea mi hombro suavemente y yo solo me río.

—Tienes algunas cosas que contarnos Lisa.— Dice Dylan mirándome fijamente. Alice concuerda con Dylan.

Nunca te enamores de Cameron Dallas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora