"Un accidente que sí pasó"

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- ¿Ciel? -Pude preguntar nada más separarnos, todavía sorprendida ante lo ocurrido. Pero algo en mí estaba raro, me sentía extraña, no sentía asco o algo parecido, sino que me había gustado. Mi corazón iba a mil por hora y mis mejillas se tornaron de color carmesí.

¿Mi primer beso y mi primer amor ahora tras viajar dos siglos atrás en el tiempo? Eso no es posible, esto simplemente es una locura.

-Lo siento- Se levantó y se fue, dejándome sola entre tanta pregunta. Resumiendo, primero te besa y después se disculpa para largarse. ¿¡Cómo explico yo esto?!

No, no, no y más no. Él, quiera o no, me tendrá que explicar el porqué me ha besado. Es decir, tiene que haber una razón, ¿no?

Decidida me levanté de la cama, me puse un vestido (a los que ya me estaba acostumbrado) blanco en el excote con un poco de color rojo y botones de color oro, en la cintura una cinta de este color sujetada en un lazo. Me puse unas zapatillas de andar por casa parecidas a las de balet de color rojo y el pelo suelto, sin ningún maquillaje. Tampoco me iba a poner de gala para seguir metida en lo que sería ahora mi hogar.

Le dejé a Mayline o a Sebastian el  vestido que antes llevaba puesto en la cama y salí en busca del peli azabache con tonos azulados.

- ¿A quién busca, Gurin-sama? -Miré exaltada a Finnian.

-A Ciel, ¿lo has visto? -Asintió positivamente ante mi cuestión.

-Estaba yendo a su despacho, aunque se le notaba como si estuviese en otro mundo- Le di las gracias para seguir mi camino, recordando las palabras de Finnian. ¿Por qué le afectaría tanto si luego sale huyendo por patas?

Al llegar toqué dos veces, no respondió. Volví a tocar, igual. Toqué por tercera vez, algo más fuerte y enfadada.

-Pase... -Se le oía en el tono bastante cansado.

Entre y cerré la tras mía.

-Ciel, tenemos que-.

No me dejó ni terminar de hablar.

-Sí, tenemos que hablar. Debes de olvidarte de todo lo que ha pasado antes, ese beso no ocurrió y nunca ha ocurrido, ¿claro?

Lo miré sorprendida para llevar mi mirada al suelo y que mis manos apretasen la falda inconscientemente.

- ¿Y si no quiero olvidarlo? -Con la cabeza aún agachada lo miré y él a mí, sorprendido. -Tú... ¿Qué harías si no quisiera olvidar ese beso?

-Gurin... -Suspiró. -En esta época sabes que es imposible que esto llegue a funcionar. Si quiera algo empieza, claro- Apreté aún más la falda, como si la quisiera romper, para no deshacer el nudo de mi garganta y empezar a llorar. -Solo dejémoslo como algo nunca ocurrido, ¿sí? -Me miró de forma cálida, pero en el fondo sabía que lo hacía para que no le trajese más problemas.

Sin mirarle ni responderle me giré y me acerqué a la puerta. Al tener el pomo en mi derecha mano hablé.

-No lo pienso dejar como olvidado, Phantomhive. Siento causarte problemas- Salí sin oír su respuesta, creo que ni dejándole empezar a hablar.

Me fui a mi habitación directa, sin mirar atrás. Al estar sola me dejé deslizar por la puerta mientras soltaba todas las lágrimas que retenía dentro de mí. << ¿Cómo hemos acabado en esto? >>Pensé mientras me hacía una albóndiga. << ¿Por qué no pude solo decir que sí? >> 

-My lady, ¿se encuentra bien? -Sonó al otro lado de la puerta la voz de Sebastian, esta sonaba preocupada.

- ... -Al principio no respondí. -Sí. -Contesté más tarde.

-No lo parece, mi lady- Oí su voz ya dentro de mi cuarto.

Lo miré indiferente, sin sentimiento alguno.

- ¿Qué quieres?

Pasado muy presente (Ciel Phantomhive) [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora