Ocho

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Nota: Hola! Perdón por el capítulo tan malo, sinceramente no tenía mucha inspiración para escribir. Voy a subir otro en compensación por no haber subido ayer, y a partir de ahora voy a empezar a hacer eso; cada vez que no suba el día en que debería, voy a subir uno más por la tardanza. Como siempre, gracias por leer, votar y comentar!. 

Tal y como habían dicho, acomodaron el cabello de Suni en una hermosa trenza y, en un abrir y cerrar de ojos, las clases habían terminado. 

Las hermanas Lee acompañaron a su amiga a la salida y la ayudaron a buscar a Jimin, quien se encontraba esperando debajo de un árbol. En cuanto vio a la chica se acercó y tomó su mano. 

Por su aroma, el mismo a colonia y menta fresca de la noche anterior, Suni lo reconoció con facilidad. Ambos sonrieron abiertamente y se quedaron un rato sin decir nada. Él mirándola embobado, y ella carcomida por los nervios.

-Hola.- tartamudeó la chica. Levantó su cabeza y posó sus ojos en su rostro. Jimin era más alto que ella por unos cinco o seis centímetros.

-Suni.- habló él, saliendo del hipnotismo en que se encontraba. Depositó un beso en su mejilla y tomó su mano para dirigirla hacia su auto. 

-Espera. Debo avisar a Nam.- él asintió y soltó su mano, pero se arrepintió al instante. 

-No te preocupes, mocosa.- sonrió Youngmi. -Nosotras lo llamamos.- la chica, quien había olvidado que sus amigas seguían allí, les agradeció e intentó buscar la mano de Jimin otra vez. Él, al darse cuenta, tomó la suya y sonrió aún más.

Caminaron por el patio delantero hasta llegar al auto del joven, un lindo Bentley blanco, y éste le abrió la puerta. Suni se sentó, se puso el cinturón y el auto comenzó a andar. 

-¿A dónde vamos?- cuestionó.

-A comer algo.- respondió él. -¿Qué te gustaría?-

-Mmm...- pensó. -¿Nuggets?- él rió con su respuesta y asintió.

-Nuggets serán.- Jimin puso la radio y Eureka de Zico comenzó a sonar. Ambos comenzaron a tararear por lo bajo y, al darse cuenta de esto, rieron al unísono. Él le subió el volumen un poco más y comenzaron a cantar en voz alta.

Sin siquiera darse cuenta, habían llegado al restaurante. 

Él la ayudó a bajar, cerró el auto, y caminaron de la mano. Fueron al mostrador, pidieron la comida, y se quedaron esperando a que los llamaran. Una vez que esto sucedió, se sentaron en una mesa.

-Cuéntame de ti.- pidió él. Suni lo miró extrañada y él prosiguió. -No se casi nada sobre ti. No se donde vives, que te gusta. Ya sabes, lo básico.- 

-¿Qué quieres saber?- preguntó ella amable. 

Todo, pensó él. Pero no podía decirlo. Kim Suni lo traía loco desde ayer. Al llegar a su casa no había podido pegar un ojo pensando en ella. Hoy a la mañana, lo sacaron del salón por no prestar atención, y tuvo que fingir un fuerte dolor de cabeza. Ya en su casa, decidió llamar a la chica e invitarla a salir. 

-No lo sé.- disimuló. -Lo que quieras contarme, supongo.- ella rió y comenzó a hablar.

-Me llamo Kim Suni, tengo diecisiete años y, como ya sabes, soy huérfana.- aunque ella no podía verlo, Jimin asentía con cada cosa que decía. -Luego del accidente del que te hablé ayer, mi tía se hizo cargo de mí. Cuando yo era muy pequeña, creo que tenía sólo unos días de haber nacido, ella y su marido se separaron. Él se fue a vivir lejos, a Estados Unidos, y mi tía se quedó aquí con su hijo, Namjoon. Nam fue como un hermano para mí, y es por eso que hablo tanto de él y que lo aprecio tanto.- Suni sonrió con el recuerdo de su hermano adoptivo y siguió hablando. -No sé que más puedo contarte. Pues, veamos. Desde chica me gusta dibujar. Aunque no pueda ver lo que hago, dibujar es algo que me despeja mucho. Creo que tengo algo parecido a un complejo de Beethoven.- ambos rieron y ella prosiguió. -Me gusta mucho la música y los animales. Ahora es tu turno.-

Él asintió, contento de poder saber un poco más de aquella chica, y comenzó a contarle su vida. 



Blind | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora