Dieciséis (Final)

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-Estoy nerviosa.- le dijo Suni a su hermano, quien la sostenía del hombro mientras caminaban por el patio trasero del instituto.

-No va a pasarte nada, Suni. No seas paranoica.- le reprochó. 

-Pero, ¿Y si me caigo?¿Y si no me gradúo?- le preguntó ella. Todas las posibilidades de lo que podía llegar a pasar se arremolinaban en su cabeza. Sabía que no debía ser tan negativa, pero simplemente no podía evitarlo. 

-Basta.- la calló mientras la ayudaba a sentarse en la silla que tenía escrito su nombre. -Yo voy a estar aquí si algo pasa, así que no tienes por qué temer.- depositó un beso en su cabeza y acarició su mejilla izquierda.

-Te quiero, Nam.- le dijo Suni.

-Yo también te quiero, enana.- le respondió él. Dicho esto, su hermano mayo se alejó, dejándola sentada al lado de un chico que no conocía. 

(...)

La ceremonia de graduación había comenzado hacía un poco más de media hora. El director había dado su aburrido discurso anual y había comenzado a llamar a los alumnos por orden alfabético. 

-Kim Seokjin.- llamó. Un chico dos filas más adelante se paró, agradeció al público y volvió a sentarse en donde estaba.

-Kim Suni.- dijo esta vez. Con los nervios a flor de piel y las manos temblando, Suni se paró de su asiento y comenzó a caminar en línea recta. Era una de las primeras, así que no tenía mucho trayecto por recorrer. 

Sintió como un brazo se aferraba al suyo con cuidado, y por su tacto pudo reconocer a su hermanastro. Él la guió hasta arriba y se paró a su lado mientras le daban su diploma, el cual recibió con las manos sudorosas. Dijo unas palabras inventadas en el momento, agradeciendo a la escuela por haberla educado, a su tía, a su hermano y a sus amigos. Luego de esto, tomó otra vez el brazo de su hermano y volvió a sentarse en donde estaba. 

La ceremonia terminó, y todos los alumnos arrojaron sus sombreros y sus togas al aire. Después de atajar la suya, Suni caminó hasta donde Namjoon le dijo que estaría. 

-¿Nam?- preguntó al no sentir su presencia.

Unas manos pequeñas se enroscaron al rededor de sus ojos con delicadeza, y ella trató sin éxito de identificar de quien se trataba.

-Ahora no estoy usando perfume.- dijo la voz. -No puedes reconocerme.-

-Jimin.- sonrió ella. Él asintió y la volteó con suavidad. 

-Tengo algo para ti.- dijo mientras le tendía una caja miniatura rosada. Intrigada, suni tomó la caja y le quitó la tapa. Metió la mano dentro y sacó su contenido. Al palparlo bien, pudo darse cuenta de que era un collar con un dije de corazón.

-Min...- murmuró asombrada y apenada a la vez. Conociéndolo, Jimin había gastado mucho dinero en ese regalo. -No debiste.- 

-No seas tonta Sun, te lo mereces. Además, quería decirte algo.- 

-Te escucho.- le dijo ella.

-Bueno, sabes que me gustas.- comenzó. -Mucho. Así que, quería preguntarte algo muy importante.- desconcertada, Suni lo miró sin entender. Viéndola con ternura, Jimin acarició una de sus mejillas y se acercó a su rostro. -Kim Suni, ¿Te gustaría ser mi novia?- susurró. Su aliento a menta golpeó el rostro de la chica con calidez.

Sin siquiera responder a su pregunta, Suni se acercó a sus labios lentamente. Insegura de lo que estaba por hacer, dejó una distancia milimétrica entre ellos, la cual Jimin no tardó en eliminar. En un abrir y cerrar de ojos, sus bocas chocaron una con la otra. Se besaban lento y sin prisa, pero con una desesperación que ninguno de los dos era capaz de sentir. Sus labios se acoplaban a la perfección, como si estuviesen hechos a la medida, y donde sus manos tocaban el cuerpo del otro, sentían calidez. 

-Te quiero.- le confesó ella luego de separarse.

-Yo también te quiero. Mucho.- dicho esto, volvió a unir sus labios con los de la chica. 

Fin. 


Blind | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora