-Mi nombre es Park Jimin. Tengo veintiún años y nací aquí, en Busan. Tengo un hermano menor, como de tu edad, y me gusta mucho la música. Ehh, ¿Qué más puedo decir?- de pronto, se había olvidado todo lo que tenía que decir. Suni miraba su rostro con atención, como si de verdad pudiese verlo. Y su mirada, tan penetrante y a la vez tan dulce, lo ponía nervioso. -Pues, me gusta mucho bailar y hacer deportes, además de cantar.-
-¿Tienes veintiuno?- preguntó ella interesada. Él hizo un ruido afirmativo y Suni rió leve. -No me lo esperaba.-
-¿Es un problema?- indagó temeroso. No quería que la chica dejara de hablarle sólo porque era mayor que ella.
-No, para nada. Sólo me sorprendió. Tienes voz de ser más pequeño, ¿Sabes?- él sonrió aliviado.
-¿De cuanto?- jugó.
-¿Diecinueve, tal vez? No sabría decirlo.- ella se quedó un rato en silencio, como pensando algo, y luego volvió a hablar. -Si tienes veintiuno, ¿Qué haces?-
Jimin quiso golpearse por obviar un dato tan importante.
-Oh, estudio abogacía.-
-Eso es genial.- sonrió Suni.
(...)
Siguieron hablando de cualquier cosa hasta que el sol comenzó a ocultarse. Ambos estaban tan felices con la presencia del otro que no se habían percatado de la hora. Let Me Love You, de Justin Bieber, comenzó a sonar en el celular de Suni, y por el tono de llamada supo reconocer a Namjoon.
Le pidió a Jimin que la disculpase un momento y contestó la llamada.
-Nam.- sonrió la chica.
-Suni.- habló éste al otro lado. Su voz tenía un tono no muy amigable, lo cual indicaba que estaba enojado con ella. -¿Dónde rayos estás?-
Jimin, quien estaba lo suficientemente cerca como para escuchar la conversación entre la chica y su hermano, tomó su celular y miró la hora. Eran las siete y media de la tarde, y Suni había salido del instituto a las dos. Al igual que la otra vez, el tiempo a su lado se le había pasado volando. Se complementaban tan bien entre ellos que parecía como si las agujas se detuvieran cada vez que estaban juntos.
-Lo siento.- se disculpó ella. -Estaba con Jimin y no me di cuenta de...-
-¿Con quién?- interrumpió el joven.
-Con Jimin. Youngmi y Yangmi mi dijeron que iban a avisarte.- se excusó.
-Me dijeron que ibas a estar con ellas, no con un tal Jumin.- informó él.
-Es Jimin. Esfuérzate un poco más, Namjoon.- le reprochó Suni con severidad. Jimin no pudo evitar reír por lo bajo. Era tan linda cuando se enojaba.
-No me importa como se llame. Te quiero en casa ahora.- dicho esto, la llamada se acabó.
-Lo siento mucho.- se disculpó Suni realmente apenada. Bajó su cabeza hacia el suelo y Jimin la tomó de las mejillas, haciendo que vuelva a mirarlo.
-No te preocupes, no es problema. Voy a llevarte a casa.- ella asintió triste y se dejó encaminar por él.
Suni le dio su dirección, subieron al auto, y realizaron el viaje en silencio. Ninguno de los dos quería que la salida acabara, pero no había alternativa. Namjoon iba a enojarse mucho con ella si no volvía a la casa, y Jimin no quería causarle problemas con su familia.
Luego de veinte minutos, el auto estacionó en la mano de enfrente a su casa. Él miró su rostro, sereno y cubierto por un deje de decepción y tristeza. Sin saber muy bien si lo que hacía iba a ser correspondido, posó su mano en una de las mejillas de la chica e hizo que lo mirara. Dirigió sus ojos a los de ella, para luego mirar sus rosados labios.
¿A qué sabrán? Se preguntó. Y con esto en mente, acercó su rostro al suyo sin pensárselo dos veces. Sus bocas chocaron y él comenzó a moverse, mientras ella seguía estática en el lugar. Cuando estaba por separarse, resignado a que Suni no le contestara, sintió unas manos en su pecho. Abrió los ojos para ver como ella cerraba los suyos y movía lentamente los labios a su compás.
Jimin no pudo evitar soltar una sonrisa. Se notaba que era su primer beso por la forma nerviosa en la que le correspondía, pero para él fue el mejor beso que había dado nunca. Sus labios eran dulces y tibios, y encajaban a la perfección con los suyos.
Luego de un rato, ambos tuvieron que separarse por falta de aire. La vista de la chica se dirigió inmediatamente a sus rodillas, muerta de vergüenza. Al ver este gesto, él la abrazó y acomodó su cabeza en su pecho. Estaba feliz.
Recordó más tarde que Suni debía irse, así que la soltó con pesar. Se despidieron de forma incómoda y ella entró a su casa, con los labios todavía rojos por aquel primer beso.
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Blind | Park Jimin
FanfictionKim Suni, una adolescente de diecisiete años, queda ciega luego de un accidente automovilístico. En este accidente del que pasaron ya muchos años, la chica no solo pierde su visión, sino también a sus padres, quedando huérfana y a cargo de su tía...