Epílogo

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-¿Cómo está?- preguntó Jimin preocupado. 

Tres años después de iniciar con su noviazgo con Suni, Namjoon se había graduado de la facultad de medicina. Hasta ese día, había mantenido la especialización que había escogido en secreto, para luego dar la noticia de que quería ser cirujano. Al preguntarle los motivos de esto, el chico, sumamente apenado, confesó que desde pequeño había soñado con ser cirujano para ayudar a su hermana a volver a ver.

Ahora, cuatro años después de haberse graduado y de haber perfeccionado su investigación y su técnica, había decidido que estaba listo para hacerle la operación a Suni. No era algo riesgoso, pero sin embargo, tenía altas probabilidades de no salir de acuerdo a lo esperado.

-Esta bien. No te preocupes por eso.- le respondió Namjoon mientras se quitaba el barbijo. -Ahora solo resta esperar a que pueda abrir los ojos para que nos diga si puede ver, lo cual será en un poco más de una semana.- 

Se quedaron hablando un rato más hasta que una de las enfermeras informó que la paciente había despertado. Ambos se dirigieron hacia la sala en donde se encontraba y entraron luego de golpear tres veces. Sentada en la camilla, con una aguja incrustada en el brazo izquierdo y una venda al rededor de los ojos, se encontraba su ahora prometida. 

-¿Cómo te sientes, cariño?- le preguntó él. Se sentó a su lado y tomó su mano derecha con delicadeza, procurando no hacerle ningún daño.

-Estoy bien,  Min. No te preocupes.- le sonrió ella.

Namjoon le hizo las preguntas que le haría un médico cualquiera, y se fue luego de darle un beso en la frente. 

-Min.- preguntó ella una vez solos.

-Dime.- 

-¿Qué pasa si, ya sabes, la operación no funciona?- le preguntó con temor. ¿D e qué estaba tan asustada?

-¿Qué podría llegar a pasar? Si la operación no funciona, seguiremos con nuestra vida como antes. Te amo como eres, no importa si no recuperas tu visión.- le dijo él. Cuando ella se tocó el pecho y suspiró, supo que había dado justo en el clavo. -¿Pensaste que no iba a quererte más? Pequeña tonta.- rió. Suni podría tener veinticuatro años, pero seguía siendo la misma niña que el día en que la conoció.

-Sólo olvídalo.- murmuró ella. -Te amo.- 

-Yo también te amo.- sonrió Jimin. 

(...)

-Todavía no abras los ojos.- le pidió Namjoon mientras le quitaba la venda. Seguían en el hospital, puesto que aunque ella aseguraba que estaba bien, su hermano quería tenerla bajo observación constante. Jimin tomaba su mano, mientras que el mas grande de los tres la ayudaba a deshacerse de sus vendajes. Además, apoyados en la pared frente a su cama se encontraban su tía, Yoongi, Jungkook y las dos gemelas. Una vez que limpió su cara, Namjoon le ordenó que abriese los ojos con lentitud ya que la luz podía afectarle luego de la cirugía. 

Suni fue levantando los párpados con lentitud, tal y como su hermano le había pedido, y una vez completamente abiertos, bajó su mirada hacia sus manos. Las movió un poco y, con la vista todavía puesta en ellas, una lágrima se resbaló por su mejilla. 

-¿Qué pasa?- preguntó Jimin asustado. Suni, quien seguía absorta en sus manos, salió de su trance y lo miró.

Sus facciones eran iguales a como las había descrito el primer día, sólo que ahora se veían mucho más agudas y masculinas a causa del paso de los años. Se tomó su tiempo mirándolo, apreciando con asombro sus rasgos y pensando que era mucho más hermoso de lo que había imaginado.

-Suni...- murmuró él, pensando lo peor. Suni seguía llorando, pero la gente a su alrededor confundía sus lágrimas de felicidad con tristeza.

-¿Te he dicho que me gustan tus descripciones? Son más acertadas de lo que había pensado.- le sonrió ella. Sin poder creerlo, Jimin sonrió y la atrajo a su pecho. Sus lágrimas comenzaron a mezclarse con las de la chica, y todos en la habitación contemplaban la escena de igual manera. 

Luego de varios minutos de llanto, Suni se separó del pecho de su futuro marido para apreciar sus alrededores. Todos estaban completamente diferentes a como los recordaba a excepción de su tía. Y Jungkook, uno de sus nuevos amigos cercanos, era muy parecido a la descripción que Yangmi le había dado sobre él. 

A tientas se bajó de la cama, todavía con la bata de hospital, y abrazó a su hermano con fuerza. En cuanto se separaron, todos fueron a apretujarla en  un abrazo grupal, el cual por poco la dejó sin aire. Sin embargo, esto no le importó. Había recuperado lo único que podía volver de todo lo que había perdido ese día, y ahora podía compartirlo con gente especial para ella. 

Finalmente volvió a acercarse a Jimin, quien corrió un mechón de cabello de su frente y la atrajo a su cuerpo por la cintura. 

-Te amo.- le repitió ella por enésima vez, todavía con lágrimas cayendo de sus ojos.

-También yo.- le respondió él con los ojos llorosos. 

Ambos se unieron en un beso dulce, lleno de amor. Un beso que tenía mucho más significado que todos los que anteriormente se habían dado. Un beso mediante el cual se expresaban que, sin importar las circunstancias, su amor iba a permanecer vigente. 

Blind | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora