Once

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En un abrir y cerrar de ojos, la salida con Yoongi había terminado. La había llevado al cine y luego a tomar un helado, y Suni se había divertido como nunca. Suga era muy atento y divertido, y en todo el día no tuvo un respiro para parar de reír. 

-Basta, por favor.- se carcajeó. De vuelta a su casa, Yoongi decidió hacer una ronda de chistes.

-¿Por qué?- se rió él. Amaba ver a Suni reír, pero le gustaba más saber que él era el causante de esa risa.

-Porque voy a hacerme pipí en tu auto si sigues haciéndome reír.- amenazó divertida.

-Si te orinas en mi auto voy a dejarte tirada, ¿Escuchaste?- ella volvió a reírse y apoyó la cabeza en el asiento.

-Vale, no me río más. No quiero quedar tirada en medio de la calle.- 

-Pero, ¿Sabes por qué las películas de Chaplin eran mudas?- 

-¡Yoongi!- sonrió. -Estoy a punto de golpearte, lo juro.- 

-Está bien. No mas chistes.- aseguró el chico a su lado. -Llegamos.- Su acompañante se desabrochó su cinturón, y él trató de tomar valor para decirle lo que sentía, pero todo ese valor se esfumó en cuanto vio a Park Jimin parado en la puerta de su casa. Yoongi suspiró y apretó con fuerza el volante. -Creo  que tienes visita.- le informó.

-¿Visita?¿Quién?- preguntó Suni confundida. No se le ocurría nadie que quisiera ir a visitarla. De pronto, un nombre pasó por su cabeza.

-Vamos a saludar. Ya lo comprobarás por ti misma.- 

Ambos bajaron del auto y caminaron hacia la casa de la Kim pequeña. Jimin al ver a Suni soltó una sonrisa, la cual se apagó por unos instantes al ver que iba de la mano de su mejor amigo de la infancia, Min Yoongi. Sin embargo y tratando de ocultar los celos que sentía, volvió a sonreír y se acercó a ellos.

-Chicos.- saludó amable. Al escuchar su voz, el rostro de Suni se iluminó. 

-Jimin.- dijeron la chica y su acompañante al unísono. La primera con una felicidad extrema, y el segundo con amabilidad fingida. 

-¿Se conocen?- preguntó Suni confundida. Ellos asintieron, olvidando por un segundo su discapacidad, y luego Yoongi comenzó a hablar.

-Sí. Jimin era mi vecino cuando éramos pequeños, así que somos algo así como mejores amigos.- 

-Oh, eso es fantástico.- comentó Suni feliz. Le gustaba que dos de las personas más importantes para ella se llevasen bien, aunque ellos no opinaban lo mismo. Jimin y Suga se conocían de pies a cabeza, y sabían perfectamente lo que el otro sentía por la chica. Sin embargo, al ver el entusiasmo de la pelinegra y la inocencia que teñía su rostro, no pudieron evitar sonreír. 

Los tres quedaron en un silencio incómodo, siendo Suni la única que no lo sentía. 

-¿Qué haces aquí, Jimin?- preguntó ella luego de un rato, todavía sonriendo.

-Vine a disculparme con tu hermano.- explicó. -Creo que con lo de ayer te he dado problemas, y no me gustaría que te pelearas con tu familia por mi culpa.- 

-Nam está en la universidad a esta hora, pero no debe tardar en llegar.- sonrió ella. -Igualmente solo se enojó por un rato, luego se fue a dormir y se le pasó. Así que no te preocupes.-

-Bueno, creo que entonces me voy.- dijo Jimin. Suni no quería que se fuera, así que lo invitó a pasar. Sin pensárselo dos veces, el castaño aceptó su invitación. 

Suni abrió la puerta de su casa y el mayor desapareció. Yoongi, al ver que no era invitado y sentirse de más, soltó la mano de la chica y se dio media vuelta. Ésta, al sentir la falta de calor de su mano, volvió a buscarla y la tomó con fuerza. Suga la miró extrañado y esta le sonrió con dulzura.

-¿Pensaste que te iba a dejar afuera?- rió. -Tonto.- depositó un beso en su mejilla y entraron juntos a la casa. 




Blind | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora