15

10.5K 636 25
                                    


El arrancar de un coche y voces de gente, fue lo que la despertó. Tardó un poco en desperezarse y acordarse de que Bendelin se marchaba de viaje. Salió corriendo a la ventana y vio como Helen y Pedro hablaban con él. Las maletas se encontraban en el suelo al lado del coche... Subiría a despedirse o tal vez, el beso de la noche fue su despedida.

No sabía que hacer, si bajar y despedirse o quedarse allí viendo como se marchaba. A lo mejor se enfadaba si la veía levantada de la cama, por que tan solo eran las siete de la mañana. Pero es que le gustaría mucho hablar un momento con él, antes de que desapareciera durante casi un mes.

Pedro cogió las maletas y las introdujo en el coche, para acercarse después a Bendelin y estrecharle la mano. En cambio Helen lo abrazo mientras le decía algunas cosas... Parecían sus padres, pero era normal ya que lo cuidaban desde que era apenas un bebé. El matrimonio acabó de despedirse y entraron en la casa cuando Bendelin abría la puerta del coche, pero antes de entrar éste se detuvo un momento y miró hacia la ventana de su habitación pillándola por sorpresa y haciendo que diera un salto hacia atrás alejándose de la ventana para que no la viera allí. Pero sabía que había sido demasiado tarde por que él la había visto ya que había aparecido una sonrisa en sus labios. Volvió acercarse con un poco de temor y se lo encontró allí de pie mirando hacia ella con seriedad. Sus ojos se encontraron. Luego él levantó la mano como saludo y entró en el coche alejándose de allí.

Una vez más, había parecido una niña tonta al apartarse de la ventana como si hubiera hecho algo malo. Le había gustado despertarse y ver como se marchaba. Por su mirada quería pensar que Bendelin no había subido ha despedirse, para no molestarla tan temprano.

Lo iba ha echar de menos al quedarse sola en la gran casa. Al menos como distracción tenía su trabajo y los escritos de E. K., que tenía que entregar para los meses siguientes. Solo esperaba que Bendelin no les hubiera dado órdenes estrictas a Helen y Pedro y que no la dejaran salir de la casa, sino iba a tener un mes muy aburrido.

Decidió arreglarse para bajar a desayunar y trabajar un poco en el despacho, antes de que viniera Laura a visitarla.

Bendelin aparcaba el coche en el aparcamiento de aeropuerto con una gran sonrisa en los labios. A las seis de la mañana había entrado sin hacer ruido, en la habitación de Leslie. La joven se encontraba durmiendo abrazada a la almohada con una sonrisa en los labios... Estaba preciosa. Y después antes de entrar en el coche, algo le había hecho mirar arriba y se había llevado una sorpresa grata al encontrársela allí mirándolo ha hurtadillas. Había sentido un gran vacío al tener que dejarla allí sola...

Se encontraba leyendo el periódico en la sala de espera, mientras esperaba a que llamaran los pasajeros del vuelo dirección a España, cuando una mujer se sentó a su lado y se abrazó a su brazo dándole un pequeño susto.

¡Mierda! Qué hacía allí Verónica. Aquello le indicaba que si iba también a España iba a tener una estancia un poco agobiante. Seguro que su padre había comentado alguna cosa de aquel viaje y ella al saber que él iba, decidió ir para acompañar a su padre. Esperaba que no le trajera ningún problema ...

-¡Bendelin cariño qué haces aquí! -dijo mientras se acercaba más a él, aplastando sus senos contra su brazo y agarrándole la cara con sus manos llenas de pulseras de oro y las uñas largas y pintadas de color rojo, le plantó un beso en los labios. Consiguiendo que le entraran ganas de levantarse y dejarla allí plantada antes de decirle un par de cosillas, pero tenía que aguantarse y ir aquella reunión.

-Tú sabes perfectamente que es lo que hago aquí -soltó en un gruñido.

-¿Te ocurre alguna cosa? -preguntó al ver en la forma en que le contestó.

Para Siempre  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora