EPILOGO

12K 908 105
                                    

-Ha sido una ceremonia preciosa -le dijo María en un momento en que consiguieron

estar las dos mujeres a solas.

Se encontraban en el dormitorio de matrimonio de la casa de Bendelin. Habían subido para que Leslie se pudiera quitar el vestido de novia y ponerse algo más cómodo, bolo faltaba allí Rosanna, que había ido un momento al servicio.

-Sí -respondió muy contenta. La boda se había celebrado en el jardín, con pocos invitados. Entre los cuales se encontraba Carlos y los chicos del pueblo. Muy contentos por la celebración y orgullosos, por que decían que aquello era gracias a ellos.

-¿En dónde se encuentra Bendelin? -preguntó María, mientras le sacaba el vestido.

-Cambiándose en otro dormitorio -respondió Rosanna, que entraba en aquel momento-. Está deseando de marcharse de luna de miel.

-¿Qué por cierto, sabes ha dónde vais?

-Si, nos vamos a su finca de Granada en España -respondió muy ilusionada.

-Oh, es un lugar maravilloso -acabó por decir María.

Todos estaban contentos. Las cosas entre Leslie y Bendelin ya hacía tiempo que se habían arreglado, haciendo que pudieran respirar tranquilamente. Dos golpes en la puerta y entró en el dormitorio el hombre de su vida, vestido de forma cómoda con téjanos y camisa fina para el mes de Junio y llevando en sus brazos a su querida hija Lilian.

-Habéis acabado ya -dijo con una enorme sonrisa en el rostro.

-¡Bendelin hijo! No debes entrar en el cuarto cuando... -se quejó su madre.

-Por que no -protestó-. Ya somos marido y mujer, y además no hace falta que tenga que venir aquí para poder ver el cuerpo de mi mujer sin ropa... -dijo riéndose.

-Bendelin -volvió a refunfuñar su madre.

-Déjalo mujer -salió en su defensa Rosanna-. Seguro que tu marido también se conocía el tuyo y tú el de él...

-Rosanna -la miró sorprendida María, pero no pudiendo esconder una sonrisa-. Claro, tú puedes decir eso por que Henry es ya tu querido marido...

-Me tienes envidia -se burló.

-Quien de ese loco -se rió -. Anda vámonos, que me parece que estos dos tortolitos quieren estar ha solas. Y eso que van ha estarlo durante un mes bien lejos

Las dos mujeres se fueron riéndose, dejando a la pareja sola.

-Necesitas ayuda para vestirte -sugirió con voz sensual.

-No, puedo yo sólita -sonrió-. Además, si me ayudaras no creo que llegáramos ha tiempo de coger el avión.

-Pero sería divertido intentarlo, no crees -dijo acercándose y besándole el cuello.

-Bendelin, por favor... -dijo soltando un profundo gemido-. Tengo que acabar de cambiarme.

-Está bien, pero no sabes lo que te pierdes mi amor -en aquel momento, Lilian quiso tomar protagonismo chapurreando unos sonidos extraños.

-Creo que la mimas demasiado -dijo Leslie, mientras se ponía una camisa.

-Pero si es muy pequeña, para saber lo que significa chantajear a sus padres con tonterías para conseguir las cosas que quieras...

-Me refiero que no es bueno que siempre la tengas en brazos. -No pasa nada mujer -dijo mirando a su encantadora hija.

-Ya te lo diré cuando sea más grande y pese mucho más –Lo advirtió sonriendo.

-Pero si tu ya eres un poco más grande y te cojo muchas veces, y ha que no me quejo –Se burló divertido.

-Eso es por que todavía no eres un abuelo, pero poco te falta...

-Estoy completamente seguro que ni en la cama todavía soy un abuelo, verdad cariño –Dijo bajando sus labios a los de ella y mordisqueándoselos con sensual delicadeza.

-No, eres todo un galán muy salvaje. -Vaya, me gustan tus cumplidos....

Se rió al pensar que haría muy pocos meses, ella no se atrevía a volver ha decirle aquellas cosas. Por que no sabía nada de cómo era en la cama, pero ahora...

-¿En qué piensas? -preguntó curioso su marido-. No me lo digas, lo adivino por el rubor de tus mejillas.

-Gracioso...

-Por cierto cariño, ahora que somos marido y mujer creo que debemos retomar una conversación que tuvimos hace mucho tiempo...

-¿Cual? -preguntó extrañada.

-Te acuerdas de cuando decíamos que un matrimonio no debía ocultar secretos... -soltó con tono inquisidor.

-Si, pero de aquello hace...

-¿Y bien? -se rió-. Creo que te falta por contarme una cosa...

-Ah, ya recuerdo -dijo repentinamente y sonriendo divertidamente.

-Resulta que yo invité a una persona, pero esa persona no ha venido ha nuestra boda

-Tal vez no podía.

-Sí, la verdad es que no podía venir como invitado por que esa persona tenía que venir como la novia...

-¡Lo sabes! -exclamó sorprendida.

-Si, se que eres E. K. -la miró divertido.

-¿Desde cuándo?

-Desde que enviaste aquel último escrito y yo me encontraba en Madrid -Leslie rió-.Le pregunté a Helen si había venido algún hombre y me dijo que no, entonces empecé a deducir cosas y bueno ya lo ves...

-¿Estás enfadado?,

-No, pero he de reconocer que estaba celoso de él -reconoció con sonrisa torcida.

-Pero cariño, si sabes que no tienes que tener celos de nadie -lo abrazó, como pudo con la niña en brazos.

-Lo sé -la besó-. ¿Seguirás escribiendo?

-Puede que si...

-Bien, por que me gusta tener a una revoltosa periodista en la cama...

-Ah, que simpático que eres.

-Y tu preciosa -le dijo con voz dulce.

-Te quiero, Ben -este soltó un gemido.

-Me encanta como pronuncias mi nombre...

-Lo sé -se rió.

-Te quiero -confesó orgulloso.

-¿Para siempre?-preguntó inocentemente.

-Si, para siempre mi amor...

FIN

Para Siempre  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora