Prefacio

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Lo odiaba, lo odio literalmente

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Lo odiaba, lo odio literalmente. Lo odio, lo odio.... LO ODIO. Jamas en mi vida sentí este sentimiento tan vacío, tan desgarrante, que te carcoma cada una de las partes buenas de tu alma y de tu corazón.¿Donde estaba mi Dios del que tanto le ore? ¿Donde? Me siento sola y vacía sin querer tener un motivo para vivir.

Un día sin mas, después de darlo todo por el, de amarlo tanto; todo se fue a la basura.Ahora el amor con el que tanto lo defendí, se había convertido en un odio y desprecio que quería matarlo. Pero ya se, la culpa fue mía por dejarme llevar por cuentos de hadas y pensamientos superficiales que te llevan a esto. Ojala nunca lo hubiera conocido. Ojala nunca hubiera nacido.Ojala nunca me hubiera enamorado. Odio que me vea llorar. Lo odio porque siento que se ha llevado una parte de mi.

-Aurora, contéstame ¿estas bien?- me pregunta tomándome de la mano

- Vete ya- le digo y las lagrimas pronto empiezan a brotar sabiendo que esto no esta bien. Este sentimiento es tan desgarrador y venenoso que te carcome todo tu espíritu y tu alma.


NOTA: Esta historia contiene testimonios reales, lenguaje ligeramente vulgar y situaciones perturbadoras ya que me he apegado a lo que me ha sido compartido. Recomiendo la discreción del lector. ¡Si te gusta algún capitulo comenta y vota! Gracias por las personas que han abierto su corazón y se dan la oportunidad de conocer las muchas facetas en la que Dios obra en nuestras vidas. ¡Dios los bendiga a todos!


18. Cierto día, mientras JESÚS caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos. A Simón, también llamado Pedro, y a Andrés, que echaban la red del agua, porque vivían de la pesca.

19. JESÚS los llamo: <<Vengan, síganme, ¡y yo les enseñare como pescar personas!>>.

20. Y enseguida dejaron las redes y los siguieron.

                                                                                                                                    Mateo 4, 18:20







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