"Libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. "
1 Pedro 2.16
Las aguas con Mauricio se habían calmado, y me sentía mas tranquila saber que ya no le había tomado importancia a nuestra conversación tan incomoda que habíamos tenido por teléfono.
Una noche, decidimos salir a bailar a algún lugar mas moderno y ostentoso. Así que Diana y yo nos dimos a la tarea de ir de compras, con lo que odiaba ir de compras pero esto lo ameritaba, decía ella. Fuimos a la plaza, paseando y buscando el vestido perfecto para esa noche. La verdad es que me sentía muy bien, me iba a gastar mi dinero por trabajar de hosttes en un restaurante de un conocido de Mauricio; me consiguió el trabajo temporal en lo que mama se calmaba. Mi madre me había amenazado con no pagarme la colegiatura durante medio año, por lo que Mauricio me ayudo a poder encontrar un trabajo estable y honrado. Entramos a Shasa y encontramos cierta variedad de vestidos, micro vestidos,faldas asimétricas,vestidos ajustados......bueno gran variedad. La verdad me estaba divirtiendo, me estaba olvidando del problema que me esperaba en casa; ya que no le había pedido permiso a mi madre de salir. Primero fui yo quien entro a probarme los vestidos.
-No, te ves demasiado delgada amiga. De por si lo estas.... imagínate-me dice torciendo la boca.
Yo me miraba al espejo, modelando para poder ver la simetría de mi cuerpo. El vestido era demasiado holgado, color rojo carmín. Entre a cambiarme. Fueron varias veces que entre y salí, sin dar con una. Hasta que una de las vendedoras de la tienda me recomendó una que iba para la ocasión y la forma de mi cuerpo, según ella. Era un vestido entallado de rayas, que me descubría los hombros y mostraba potencial en mis piernas. Me lo probé con unas zapatillas blancas extremadamente altas, apenas y podía caminar.
-No puedo, es en serio. Siento que haré el ridículo-le digo a Diana con desaprobación, esas zapatillas me estaban picando los pies.
-Nena, necesitas cambiar tu forma de vestir si es que quieres impresionar a tu novio. No quieras que salga tras las faldas de otra chica.
-Si me quiere como el dice quererme, no tiene necesidad de voltear a otro lado-le digo sacandole la lengua al final, viéndome al espejo.
Diana pone los ojos en blanco y suspira. Ella ya estaba lista, basto con que viera un vestido con escotado "V" para que se lo comprara, todo le quedaba perfecto; es mas ella era perfecta. Yo simplemente necesitaba cien kilos de maquillaje para tapar ojeras, y hacer embellecer con un buen vestido mis piernas de popotitos.
-Te ves hermosa-me dice la vendedora sonriendo
-Gracias, pero es que esto no va conmigo-le digo hecha un desastre
Al final, termine por comprarme el vestido rayado y las zapatillas. Puse los ojos como plato cuando me dijeron que eran ochocientos noventa pesos, jamas había gastado tanto dinero en ropa. Siempre compraba lo mas básico ya sea camisetas o jeans ajustados y unos converse. Mi armario no era como las de las barbies; repletas de vestidos, zapatillas y bolsos de moda.
En la tarde, Diana y yo fuimos a la casa de Elena para terminar de arreglarnos. Ellas hicieron milagros conmigo:me depilaron las cejas, me pusieron pestañas, maquillaron y limaron mis uñas. Termine como toda una de las del montón. A pesar de sentirme incomoda, tenia la necesidad de querer ver la cara de Mauricio cuando notara el cambiazo que daba con todo lo que me había hecho solo para el.
-Te ves como toda una perra-me dice Elena cuando bajo los escalones
-Ya no tarda en llegar, escóndete -me dice Diana empujándome a la cocina
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Esperar merece la pena ( TRILOGIA )
SpiritualeAurora nunca imagino que una desicion podría marcar eternamente su vida. Cautivada por las costumbres, tentaciones y las modas del mundo, Aurora cuelga su vida de un hilo al dejarse llevar por deseos y amistades que liberan en ella lo peor. Entre su...