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"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen"

Romanos 1.28

ꟷ ¿No te has preguntado si quiera si es mío?ꟷ le pregunto con un hilo de voz.

Entrecierra los ojos y me mira fijamente. Enfurecida avienta el paquete y empieza a gritar.

ꟷ ¡¿CRES QUE SOY ESTÚPIDA?! ¡ES OBVIO QUE ESO ES TUYO! ¡AHORA ENTIENDO PORQUE HAS ESTADO MAS NERVIOSA QUE ANTES!

Desvío la mirada furtiva y limpiándome las manos en el borde del pantalón. La ansiedad y la ira me abordan y yo exploto; trato de recoger el paquete pero mi madre lo coge antes y me empuja con fuerza. Forcejeamos una contra la otra, yo tratando de tomar el paquete de cocaína y ella de arrebatándomelo. Cuando siento que ya no tengo fuerzas, sin pensarlo la muerdo en el brazo y la empujo tomando el paquete y guardándolo en el pantalón. Bajo a toda prisa y ella me sigue.

ꟷ ¡Te llevare a un centro de rehabilitación! ¡Eres una adicta!ꟷ me grita desesperada

Me vuelvo a ella antes de salir de la casa.

ꟷ Ay madre, que ingenua eres. ¿Acaso no te has preguntado porque tomo estas mierdas? Tu ni siquiera estas aquí, te escondes en tu trabajo y en la iglesia, no tienes el valor de sufrir si quiera tantito porque papa nos dejó. Te haces la fuerte pero no eres más que una mujer egoísta e hipócrita, ¡por eso mi papa te dejo!

En eso siento su mano sobre mi mejilla y esta me tumba contra la puerta. Nos quedamos un momento en silencio y yo empiezo a llorar.

ꟷ Mañana te mandare al centro de rehabilitación y después veremos que haremos respecto a tu padre-me dice estirándome la manoꟷ Ven, levántate. No voy a ceder.

Siento como la ira me inunda y mi cuerpo empieza a calentarse. Sin quitarle la mirada fija y llena de odio me levanto, sobando mi mejilla lentamente. Sin darme cuenta he empezado a llorar y mi madre también se quiebra entonces se inclina para abrazarme. Las dos nos quedamos así hasta que nos calmamos y dejamos de llorar.

ꟷ Esto es una pruebaꟷ me dice mi madre con voz firmeꟷ .Quiero que entiendas que lo que haré es por tu bien. Perdóname, hija. Dios tiene el control de tu situación.

Yo suspiro, tratando de creerle a lo que dice.

ꟷ Fe es lo que ya no tengo. Ni siquiera puedo orar.... no tengo cara para pedirle a Dios algo. Le he falladoꟷ digo imaginando en que algún día esas fuerzas con las que yo buscaba de Dios regresen.

Mi madre se inclina y voltea mi rostro hacia ella.

ꟷ Todos le hemos fallado, pero si no nos arrepentimos no podremos avanzar de la mano con Él.

ꟷ ¿Crees que algún día... papá regrese?

Ella suspira. Sé que a pesar de su ardua fe en Dios e incluso en mi papa, duda que el regrese.

ꟷ No lo sé. Pero Dios me dijo hace años que tu padre lo adoraría, lo seguiría a donde quiera que vaya y él nunca se equivoca. Yo confío que será así.

Nos abrazamos y lloramos juntas a la otra.

(...)

Me siento vacía y hundida en un abismo oscuro, marchita y sin vida, da igual. Lo maté. Maté a ese bebé que con el tiempo me habría encariñado de tal forma que no importara cómo, pero nada le faltaría mientras estuviera en mis brazos. Me pregunto una y otra vez ¿cómo sería su carita? ¿Niño o niña? ¿De qué color iba a ser su cabello?. Es imposible no ver a las madres del parque jugando con sus hijos y tomándolos de las manos. Me siento totalmente culpable. Sufro en silencio para poder evadir las preguntas de los demás.

Esperar merece la pena ( TRILOGIA ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora