Capítulo 5

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Capítulo 5


Ichimatsu

-¡Corran, corran! -Osomatsu seguía huyendo del grandulón de la escuela, con todos nosotros detrás, después de haberle dado una paliza por habernos robado nuestros jugos de las loncheras. Siempre era la misma historia; repartir golpizas contra aquellos que nos hacían un daño insignificante, aunque en realidad, era realmente divertido pasar el rato con mis hermanos aunque fuera sólo andar buscando problemas. -¡Al que lo atrape lo dejaremos atrás! -Gritó soltando carcajadas.

-¡Vengan aquí, sextillizos idiotas! -Gritó el pelirrojo detrás de todos nosotros notándose bofeado. Me giré un poco para verlo, y sonreí victorioso de que ya lo habíamos perdido.

-¡Ya se ha quedado atrás el muy...! -Me giré al momento en que choqué contra un poste de luz. Escuché las carcajadas de los chicos alejarse y gritar "Suerte, Ichimatsu". Toqué mi nariz adolorida y me apoyé en el suelo para ponerme de pie.

Escuché las bobas respiraciones del gordo pelirrojo detrás, y justo cuando iba a comenzar a correr de nuevo, sostuvo el cuello de mi camisa y me haló hacia atrás, haciéndome caer en el suelo sobre el trasero. Me cubrí como instinto y recibí una fuerte patada contra mis brazos.

-¡Estúpidos sextillizos! -Gritó y recibí otro golpe. Intenté retroceder para levantarme pero el gordo volvió a empujarme contra el suelo y se sentó sobre mi estómago sacándome el aire. -¡Todos ustedes son unos patanes! Sólo por haber robado una estúpida caja de jugo.

-¡Fueron seis cajas de jugo, gordo seboso de mierda! -Le grité y recibí un puñetazo en mi rostro. -¡Seguro que no llenas tu estómago ni con... -Otro puñetazo. -...las loncheras de los niños de primaria! -Otro más.

-Ustedes sólo hablan pura mierda, yo te enseñaré a quedarte callado. -Tomó mi cuello y comenzó a apretarlo. Moví los pies intentando patearlo, y tomé sus manos tratando se aflojar sus dedos gordos.

-Estúpido sebo... -Mencioné con la voz cortada. El chico aflojó sus agarre al momento de que recibió un golpe en su cabeza. Se giró, olvidándose de mi y aproveché para darle un empujón, pero era tan gordo que no podía quitármelo de encima.

-No puedo creer que te hayas atrevido a tocar a uno de mis hermanos, sucia bola andante, creí que eras más inteligente. -Osomatsu estaba de pie con una roca en la mano, Karamatsu y Choromatsu tenían una mirada de odio y los otros dos miraban desde detrás de los mayores con notoria preocupación, pero también con rocas en sus manos. -Te gusta que te den una paliza, ¿no, imbécil?

-Tú y tu estúpida familia pueden irse al infierno. -El gordo se levantó, subiéndose los pantalones del trasero, y me escupió encima. Aproveché para tirarle una patada en el muslo, pero sólo recibí otra patada de su parte y comenzó a correr.

-Vamos, Karamatsu. -Dijo Osomatsu y comenzaron a correr detrás del pelirrojo. -¡Regresa aquí, obeso de culo apestoso!

Comencé a levantarme, adolorido del rostro y un poco mareado. Sentí como Jyushimatsu y Todomatsu me ayudaban a ponerme de pie y apoyaban mis brazos en sus hombros.

-Niisan, tú eres el menos apto para pelear. -Dijo Todomatsu que tiró la piedra a un lado.

-¡Ha, ha, ha! Niisan, no vuelvas a chocar así. -Dijo esta vez Jyushimatsu.

-No habría pasado eso si no hubieran corrido todos cuando me quedé en el suelo. Fue un desliz. -Los repudié.

-Bueno, es que no debiste haber volteado justo cuando cruzábamos la acera. -Choromatsu se encogió de hombros. -Si lo subimos a mi espalda llegaremos más rápido a casa.

La clara diferencia || Osomatsu-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora