Capítulo 15

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Capítulo

XV

Choromatsu

Ichimatsu y Takeo sacudieron sus cabellos en la entrada después de llegar casi a medio día. La nieve seguía cayendo y al parecer, ayer les había sido imposible venir a casa de Tata por culpa de la tormenta. Desde donde estaba, cruzado de brazos detrás de mis hermanos, podía notar cuantas miradas le echaba Takeo a mi hermano, y lo detestaba, pero Ichimatsu solo seguía hablando con Tata sobre una extraña pelea contra un insecto en la casa del anciano a la que fue ayer.

Papá comenzaba a fastidiarme cuando volvía a soltarse llorando porque uno de sus hijos se encontraba por fin trabajando, e incluso mamá tenía que callarlo cada cierto tiempo para suprimir su emoción. Aunque Tata parecía no darle importancia a ese asunto.

—¿Estaremos toda la semana encerrados aquí? —Se quejó Todomatsu desde la sala una vez entramos. Mamá y Tata volvieron a la cocina y podíamos escuchar sus pláticas aun contando anécdotas de la preparatoria con papá. —No ha dejado de nevar ni un solo día.

—Se supone que esta semana es de festivales. —Takeo se quitó su suéter y lo colgó en el perchero que sostenía una buena cantidad de sombreros y abrigos. Ichimatsu simplemente se lanzó al sillón en medio de Jyushimatsu y Todomatsu. —Sé que están esperando a la primera noche sin nieve para comenzar a armar los puestos. Tata también tiene uno. —Le sonrió.

—Hoy está tranquilo. —Dijo Ichimatsu. Parecía tener frío porque su cuerpo temblaba de repente, además de que no se quitó la bufanda a pesar de que ésta cubría la mitad de su rostro. Me dedicó una mirada, sorprendiéndome un poco y luego volteó a ver a Takeo. —Quizás para mañana tengamos suerte.

—¡Ojalá que sí! —Sonrió Takeo. Ichimatsu volteó de nuevo a verme de nuevo, y como antes, retiró su vista rápido. Fruncí el ceño, confundido por sus miradas, pero no le tomé mucha importancia.

—¡Ichi! —Tata gritó de repente y deslizó la puerta que dividía la cocina de la sala como si fuera una hoja de papel; me pregunté cuántas veces habrá roto una puerta por su brusquedad. —¡Necesito que hagas otro pedido!

—Creo que enfermé. —Confesó casi de inmediato y aspiró por su nariz. Bajó la bufanda y suspiró después de recostarse aún más en el sillón. —Hágalo usted mismo.

—¿Eh? —Tata caminó hasta Ichimatsu, inclinándose para colocar su mano sobre su frente. Después de unos segundos, se enderezó. Takeo también se acercó a donde estaban con un gesto preocupado. —¿No te dije que te abrigaras bien ayer? Takeo, es tu culpa.

—Oiga, yo le di una cama y comida, no me eche la culpa de sus errores. —Se quejó Takeo. Entre los cuerpos de los dos, alcancé a notar que Ichimatsu me veía fijamente y luego retiraba la mirada. Pero, para jugar el mismo juego, yo no lo dejé de observar. —Yo haré el encargo, de todas formas tengo que regresar a casa hoy. Solo acompañé a Ichimatsu.

—Tonterías, Ichimatsu no está tan mal. —Dijo Tata y el otro comenzó a fingir tos; puso una mano sobre su frente, como signo de dramatismo, y se recostó en el hombro de Jyushimatsu.

—¡Ah! Creo que moriré. —Ichimatsu estaba casi en el suelo después de deslizarse por todo el sillón, aún con su mano en su frente y fingiendo una mala cara. Jyushimatsu comenzó a reírse y Todomatsu le miró curioso, como si el dramatismo de Ichimatsu fuera algo muy raro de ver. —¡Mamá! ¡Tata abusa de mí! ¡Mamá! ¡Mamááááááá! ¡Mamá! —Estaba seguro que todos teníamos escrito "dramático" en la cara, con excepción de Jyushimatsu que seguía riendo. Mamá no se molestó en responder.

La clara diferencia || Osomatsu-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora