As happened to Cinderella [HUNHAN]

Capítulo 5: Príncipe, princesa, y la bruja malvada.

Los días continuaban pasando con rapidez en la pintoresca ciudad de Seúl. La rutina en la escuela del pequeño SeHun se había tornado un poco más llevadera gracias a que SeHun lo cuidaba, protegía y no lo abandonaba ni un minuto durante los recesos. Por supuesto que el castaño estaba más que feliz con eso, caso contrario a los compinches amigos del pelinegro; BaekHyun y ChanYeol, quiénes aún no se acostumbraran al nuevo amiguito que su pelinegro amigo había hecho.

LuHan también había hecho un nuevo amigo en su curso de segundo año, este era un niño simpático, alegre y quizás demasiado risueño. El morocho niño soltaba estruendosas carcajadas cada vez que el ojiavellana contaba uno de sus chistes.  LuHan sabía perfectamente que sus bromas no tenían gracia alguna y eran quizás, las peores del mundo, pero JongIn parecía disfrutarlas y el castaño estaba satisfecho con eso.

Ambos niños se complementaban muy bien. Cada día, luego de regresar de la escuela, LuHan comía su respectivo almuerzo y luego subía con entusiasmo a su habitación en dónde aguardaba con impaciencia por las conocidas piedritas de SeHun hacía su ventana, dándole la señal para que la abriera y así poder ingresar dentro.

Era un día de esos, uno cálido y sofocante que no encajaba en nada con la estación en la que se encontraban. Estaba simplemente agobiante, y el pequeño castaño estaba tumbado con fatiga en el piso de su dormitorio, buscando la frialdad que sólo la cerámica podía brindarle.

SoHun también estaba a su lado, la muñeca lucía uno de los tantos vestidos que el castaño había hecho para ella con mucho esfuerzo y algo de ayuda de su tía HyeMin.

- Hace demasiado calor...- Se quejó mientras se daba la vuelta en el suelo para quedar de barriga en éste.

Un pequeño "toc", sonó en el cristal de la ventana, y LuHan se levantó rápidamente a sabiendas de quién sería. Abrió la ventana con entusiasmo y con una ancha sonrisa en su rostro, y allí, parado abajo del árbol de manzanas estaba SeHun, luciendo una bermuda de Jean, una playera blanca, y una gorra con visera que cubría sus oscuros cabellos.

- Lu, baja hasta aquí, hoy haremos algo diferente.- SeHun espetó sonriente y LuHan lo observó con confusión ¿A qué se refería con algo diferente?

Sin poder contener más su curiosidad, bajó apresuradamente las escaleras, y fue hasta la vereda de su casa a la espera del pelinegro. El sol de las dos de la tarde picaba con fuerza sobre la delicada piel lechosa del castaño, hacía demasiado calor. Los potentes rayos del sol hacían que su vista ardiera y el pequeño sólo quería trasladarse hacía la Antártida en ese momento.

Un chorro de agua pegó con brusquedad sobre una de las mejillas del menor, haciéndolo exaltar más de lo debido. Luego la carcajada conocida de SeHun llegó hasta sus oídos. El ojiavellana buscó con su mirada de reproche por la silueta del pelinegro y lo halló a tan sólo unos cuantos pasos de él, sosteniendo dos pistolas de agua en sus manos.