Capitulo 28: Capullo marchito

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"¿Te acuerdas de cuando aprendimos cómo volar? Jugábamos de fantasía; éramos jóvenes y teníamos todo el tiempo de nuestro lado. Estás atrapado en el suelo, perdido, sin poder ser encontrado, sólo recuerda que todavía estás vivo. Yo te llevaré a casa, no, no estás solo cariño, continúa marchando, por esto vale la pena luchar, tú sabes que todos tenemos heridas de batalla. Ya has tenido suficiente; pero aún así no te rindas, adhiérete a tus armas, vale la pena luchar. Tú sabes que todos tenemos heridas de batalla, continúa marchando..."



"La felicidad es compañera inseparable del sufrimiento, cuando ella aparece, él espera su turno..."



Atención: El siguiente capítulo contiene material que puede llegar a perturbarlo. Se recomienda discreción.



SeHun había perdido a ChanYeol y BaekHyun entre el gran acumulamiento de estudiantes que se apresuraba por salir del instituto por aquel extenso pasillo, pero no le dió demasiada importancia. Después de todo, se había alejado a próposito de ambos. No era porque no quisiera pasar tiempo con ellos ni mucho menos, pero ahora la impaciencia por ver a su novio hacía cosquillas en su ser en una cantidad descomunal. Necesitaba verlo y besarlo. Necesitaba besar aquellos carnosos labios que sabían a eden, necesitaba tomar aquella mano pálida y suave, necesitaba esa mirada reluciente de inocencia puesta sobre él.


Los orbes oscuros llenos de ilusión poco a poco perdieron el brillo al momento en que llegó a la vereda de la institución pero no encontró a ningún par de orbes avellanas que le devolvieran la mirada, ninguna boca rosada y ancha que le sonriera cálidamente. LuHan no estaba allí.



Una extraña mezcla de desilusión, extrañeza, y preocupación comenzó a brotar dentro del estómago del pelinegro, formando una sensación pesada parecida al miedo. Quiso creer que, quizás, el jovencito castaño  no sentía ganas de una salida ese día y por tal razón, había ido a completar su rutinario trabajo de cuidar a MinHyung.


Entonces a paso presuroso, SeHun volvió al vecindario, y antes de ir hacía su casa, se dirigió a aquella distintiva y conocida vivienda cubierta de enredadera frondosa. Lo primero que notó el joven fue la ausencia de la Van deteriorada de HyeMi, y aquello no fue nada raro pues la mujer trabajaba en la florería de la ciudad a esas horas, y no era sino hasta la noche en que regresaba a casa nuevamente. Lo segundo que SeHun notó, fueron todas las persianas de las ventanas cerradas, y ante eso frunció el ceño. Comúnmente LuHan las abría por completo ni bien arribaba de la escuela, y el que estuviesen cerradas aún sólo significaba que nunca había llegado.


Ante aquel detalle, la rara sensación dentro del estómago de SeHun se incrementó. Sus manos comenzaron a sudar, y el nerviosismo se apoderó de su ser, e intentó convencerse a sí mismo que sólo era su mente la que le estaba haciendo pasar malas jugadas, y que LuHan estaba bien.


Turbado y desconcertado caminó con premura los pocos pasos que separaban la casa del ojiavellana de la suya. Entró con apuro esperando encontrarlo tumbado en el sillón y sosteniendo a MinHyung como de costumbre, quizás alimentándolo o jugando con él. Pero LuHan tampoco estaba allí.

As happened to Cinderella  [HUNHAN]Where stories live. Discover now