As happened to Cinderella [HUNHAN]

Capítulo 1: El comienzo del para siempre

-¡LuHan, regresa!- 

Un niño de cabellos castaños  salía corriendo de la habitación de hospital con lágrimas en sus ojos. Había recibido la noticia de que ambos de sus padres habían muerto en el accidente automovilístico que habían tenido y ahora debía irse a vivir con su tía. 

-¡No quiero, no iré contigo! ¡Quiero a mi mamá y a mi papá!- 

El pequeño chilló con dificultad mientras se alejaba corriendo de la escena en busca de un lugar en dónde poder descargar todas sus lágrimas. Sus pequeños pies descalzos pegaban con fuerza en las frías y grandes baldosas del hospital haciéndole doler, pero no se detuvo. Ingresó con velocidad al primer sanitario que observó y se encerró en uno de sus cubículos para tratar de escapar de su cruel realidad. Se sentó en el retrete y abrazo ambas de sus rodillas hundiendo su aniñado rostro entre estas.

 -... ¿Por qué se fueron mami y papi...? -Murmuró muy bajito entre lágrimas pesadas. -... ¿Por qué no me llevaron con ustedes...? ¿Es porque ya no me querían? Prometo no volver a usar cosas de niñas, lo prometo mami, prometo ser todo un niño y jugar con autitos y pelotas...-

 El pequeño castaño hipó mientras hacía vanas promesas, y él lo sabía muy bien. Sabía que sus padres ya estaban demasiado lejos como para regresar, sabía que no lo estaban escuchando,pero de todas formas continuaba hablándoles para no sentirse tan solo. 

No muy lejos del sanitario en dónde LuHan se encontraba, había una pequeña oficina de un respetable médico en dónde el panorama era muy diferente a lo que ocurría dentro de los baños; un padre renegaba con su pequeño hijo por su incontrolable inquietud. 

-Mis papeles no son para colorear SeHun, te he dicho cientos de veces que cuando vienes aquí debes quedarte quieto sin hacer escándalos y travesuras.- 

El hombre espetó en un tono hosco mientras recogía y ordenaba los papeles esparcidos por todo el suelo y el escritorio, el pequeño pelinegro  apenado bajó su vista ante los bramidos de su padre. 

-Lo siento papá, te prometo que no volverá a ocurrir...- 

-Por supuesto que no volverá a ocurrir porque ya mismo vas a salir de mi oficina y esperarás afuera hasta la hora de salida. Ve a jugar con las enfermeras o los hombres de la limpieza, no lo sé SeHun, pero vete.-El hombre tomó los hombros de su pequeño hijo mientras lo empujaba hacía la puerta. 

-P-pero, no quiero papi. Quiero quedarme aquí contigo- 

-Hubieses pensado eso antes de comportarte de la manera en que lo hiciste. Hablaré con tu madre y le diré que contrataremos una niñera. No vendrás más a mi trabajo SeHun. Estoy demasiado ocupado para también agregarle tus travesuras.- 

-P-pero...-El hombre lo sacó finalmente de la oficina y cerró la puerta en un fuerte y estruendoso golpe que hizo que los finos cabellos de SeHun se apartaran de su rostro. 

El pequeño pelinegro se apoyó contra la pared y poco a poco se dejó caer hasta el piso. Su padre nunca lo había tratado así, se veía enserio muy enojado y molesto con él. Pero él no tenía la culpa de eso, tan sólo quería un poco de amor de sus ocupados padres, un poco de cariño y atención, la que nunca recibió por parte de ninguno de los dos. 

-Te odio. Te odio te odio te odio te odio.-Las palabras de rencor salían quebradas de la garganta del pequeño, sus orbes pronto se llenaron de lágrimas las cuales limpió rápidamente al notarlas contra sus mejillas.