Capitulo 2:

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-Te prometo que siempre estaremos juntos mi linda bebé ~sonrió.
-No sabes cuanto te amo Oliver.

Lo besé tiernamente mientras me envolvía entre sus brazos, a su lado me sentía protegida, por él era fuerte, solo por él me mantenía a su lado, no quería verlo sufrir de nuevo.

Era una estúpida, una niña a la que simplemente manipulaba con palabras bonitas, que idiota, pero bueno, el amor te ciega, no lo creía hasta que me paso.
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-¿Que pasó _____? ~preguntó mi hermano preocupado.
-Tu amigo, es un jodido imbécil, Lee, tengo miedo, me da miedo la forma en la que me ve, en la que me habla.
-Tranquila pequeña, dale su tiempo, luego entenderás porque es así.
-Esta bien -suspiré.
-Lo dices por la estúpida esa, ¿verdad Lee? -gritó la chica brasileña.

Lee volteo a verla y solo nego varias veces, le hizo seña de que guardara silencio y siguio su camino.
Mientras yo fuí a recostarme a uno de los sofás del salón.

No me di cuenta de cuando me quede dormida, pero sí recuerdo que me desperte por sentir una mirada fija en mi, ya era tarde, estaba oscureciendo y al parecer no había nadie en casa porque ni un ruido se escuchaba.

Me senté y vi a Oliver en el otro sofá observandome detenidamente con el ceño fruncido.

-¿Que pasa? -dije rompiendo el incómodo silencio.
Su mirada era aún mas penetrante, me estaba poniendo muy nerviosa, comencé a jugar con mis manos y él soltó unas carcajadas fuertes.

Mi piel se erizo, quería salir corriendo, de tan sólo recordar, me dan escalofríos.

-Hannah -susurró.
- ¿Quién es ella?
-Nada que te importe, mierda -gritó.

El miedo me recorrió entera y salté, subí corriendo a mi habitación, cerre la puerta con pestillo y me tire en la cama, sólo escuchaba la sonora risa del ojimiel.

En verdad le tenía bastante miedo, cada vez que los chicos salían, me encerraba en la habitación y no salía hasta que llegarán ó me iba con ellos.

Su actitud cada vez fue mas brusca, violenta y desagradable conmigo.
Por eso símplemente si podía lo evitaba a toda costa.

Le conté todo lo que sentía a Jordan, él dijo que hablaría con Lee y Oliver, es que en verdad me incomodaba su actitud.

Recuerdo que fue un viernes, llegué de la universidad y deje mi mochila en la habitación, fuí a la cocina por un poco de agua y ver que había de comer, vi un hermoso cachorro.

Me agache a su altura y pude ver un collar, tenía el nombre de Oskar grabado. Comencé a acariciar al pequeño, lo tome en brazos y busque algo de alimento.

Le serví en un tazón agua y en otro comida, el comenzó a mover su rabo en forma de agradecimiento y yo solo sonrei, le acaricaba el lomo cuando...

-¿Que coño haces con mi perro? ~gritó arrebatándome a Oskar.
-No pensé que fuera suyo, lo siento.
-Cállate ~gritó~ lárgate de aquí zorra.
-Maldito idiota, no tiene porque tratarme así, ¿que le he echo yo para que sea una mierda conmigo?
-Parecerte a ella, ser idéntica en todo, joder ~dijo llorando.
-¿De que me habla? Yo no tengo la culpa de que lo hayan lastimado.
-Solo vete, no te quiero cerca de Oskar, el verte con él me hizo recordar tantas cosas -gritó- ¿porque me hiciste eso Hannah? -susurró.

Yo sólo salí de ahí y me encerre en la habitación de nuevo.

No Me Dejes AhogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora