Capitulo 7:

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Desde el primer momento que me di cuenta de lo inestable que era ese chico me juré nunca más dejarlo solo en sus peores momentos.
Quería sacarlo del propio agujero que él mismo había creado, sentía que podía lograr lo que nunca antes alguien había echo... Mis intentos fueron en vano.
Cada que él sufría una recaída siempre estuve ahí, deje de hacer muchas cosas por tener toda mi atención en él y solo para que al último me botara, me dejara sola y rota.
Tan jodida estaba a su lado.
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Llamaron a la puerta, baje corriendo las escaleras para encontrarme con la sorpresa de que Oliver estaba corriendo a mi querido novio.

-Lárgate de aquí, no eres bien recibido.
-¡Hey! ~grité~ ¿Que esta pasando aquí?, Oliver, él es Jeff.
-Con mayor razón, que se largué no lo quiero en mi casa.

Lee y los chicos tuvieron que tomarlo por los brazos y llevarlo hasta su habitación, yo mientras moría de la verguenza por lo que había pasado.

De rato mi hermano y los chicos bajaron (sin Oliver) y comenzaron a hablar con mi pareja.
Mientras yo subí corriendo por que mi celular estaba sonando.
Llegue cuando ya había terminado la llamada, era Amanda, una compañera, le devolví la llamada y justo cuando estaba pasando por la habitación de Oliver, escuche su llanto, me preocupe y decidí entrar.

Recuerdo que ver la imágen de ese pobre chico de rodillas, mordiendo su almohada para tratar de que su llanto no fuera escuchado, juro que me partió el alma.

Me acerque lentamente hasta él, tome su mano y pude sentir lo fría que estaba, tome su rostro y vi su mirada, perdida y llena de tristeza.

Él estaba mal, y eso a mi no me gustaba, acepto que desde que lo conocí algo en él me incomodaba, pero eso no me limitaba el poder ayudarle. Quería saber el porque de sus cambios de humor tan repentinos, quería su confianza.

-Oliver, ¿que te ha puesto tan mal?
-Vete, déjame sólo, esto es solo cosa mía, no quiero que me veas sufir, que pienses que soy débil.
-Por la misma razón de que no te quiero ver sufrir, te ofrezco mi ayuda, déjame ayudarte Oliver.
-Tu no entenderías.
-Tal vez si me dices que sucede, pueda entender ~susurre abrazandolo.
-Cuando el corte es tan profundo, es difícil encontrar una manera de respirar ~susurró.

Me quede callada, no sabía que responder por el simple echo de que no tenía idea que era lo que pasaba dentro de la mente de este hombre.
Se muestra fuerte, frío, arrogante y valiente, cuando por dentro está buscando un poco de cariño, una forma de seguir adelante, aunque este muriendo lentamente.

-Si me dejas, estaré siempre que me necesites, cuidaré de tí y no dejaré que nada malo te suceda.
-Te irás, me dejarás morir como los demás, nadie soporta mis jodidos cambios, nadie ~gritó ésto último.
-Tranquilo Oliver, yo no soy como los demás, yo cuando prometo algo en verdad lo cumplo.
-No sé si creerte, me han dañado tanto en el pasado que ya no confío en las palabras de los demás.
-Bien, si no confías en palabras, haré que confies en mi por mis echos. ~tome su mano~ Prometo que te cuidaré Oliver ~sonreí viéndolo.

Él llorando me abrazo, su contacto con mi piel me hizo estremecer, verlo llorar me dolía, a pesar de todo lo que había sucedido entre él y yo (hablo de las discusiones y esas cosas) le había cogido cierto cariño.

Sabía que Oliver era bueno, solo que era desconfiado. Y ¿quien no? Digo, nadie confiaría después de todo lo que había pasado a lo largo de su corta vida.

No Me Dejes AhogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora