Capitulo 8:

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Discusiones, humillaciones y demás tuve que pasar por verlo sonreír.
No hubo día que no pasará por una discusión con los demás desde que empecé a cuidar de él.
No sé si me arrepiento, pero la verdad es que estaba cegada por eso a lo que llaman "amor".
Tenía un futuro asegurado y con él se fue al carajo cada sueño, cada meta, mis ilusiones se fueron a la basura.
Posiblemente a última hora me arrepienta de ésto, pero ya es tarde y como él una vez me dijo "no vale la pena salvar".
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Me olvidé que Jeff aún estaba en casa.
Para mi sorpresa Lee subió con él, supongo que porque no me vieron en mi habitación, preguntarían a Oliver.

Él estaba abrazando mi pequeño cuerpo, recargando su cabeza en mi pecho, tranquilizando su llanto.
Jeff en cuanto nos vio, gritó.

-¿Que carajos?, suéltala, no tienes porque abrazar a mi chica.
-Calmate Jeff, esto tiene explicación.
-No, tú cállate, ¿por esto me dejaste sólo? ~dijo viendo a Oliver.
-Ya basta Jeff ~grité~ No tienes idea de lo que en verdad esta pasando.
-¿No? Y entonces porque aún te sigue abrazando, que la sueltes mierda.

Empujó a Oliver, éste cayó de la cama, me levanté y rápido fui a ayudarle a levantar.
En cuanto estubo de pie, le soltó un golpe en la quijada a mi novio.
Su mirada neutra cambio radicalmente a una de enojo, estaba furioso, se le notaba hasta en la forma de respirar.

Jeff le devolvió el golpe, trate de separarlos pero no podía, cometí un error, meterme en medio de los dos para tratar de que las cosas se calmaran.
Me dieron un golpe en la nariz, está sangraba y los chicos subieron asustados por los gritos que había soltado.

Dolía mucho, pero me concentraba más en separarlos. Oliver en cuanto vio sangre escurrir de mi nariz, paró. Jeff seguía haciendo lo posible por seguir la pelea, lo golpeaba.

Oliver simplemente gritó y le dió varios golpes en la cabeza, lo dejó inconsiente.
Lee me llevo al hospital, no supe que pasó con Jeff, pues, al regresar, ya no había rastro de él.

Me recosté en mi cama y traté de dormir un poco, a los minutos entró Oliver y me abrazó.
Se sentía extraño todo esto, ¿en tan poco tiempo me cogió tanta confianza?, o ¿porque es así?

-Perdón por todo, me deje llevar.
-No tienes la culpa de nada Oliver, simplemente te defendías.
-Tu nariz esta rota, todo por mi culpa ~susurro llorando.
-No, no es así, fue mi culpa, pensé que si me metía entre los dos, así pararían pero vi que no ~reí~ tu trataste de ayudar y eso no se me olvida.

Se quedó callado, observando fijamente por la ventana.
Afuera nevaba, el ambiente poco a poco se iba poniendo mas frío.

Oliver temblaba, me levante y fuí por unas mantas, encendí el aire acondicionado y me acosté a su lado.
Supongo que tendría que acostumbrarme a tenerlo todas las noches durmiendo en mi habitación.

Me despertó porque me jalaba mucho del brazo, pensé que había despertado, me volteé y lo vi con los ojos cerrados, "esta fingiendo" -pensé.
Pero vi sus expresiones y supe que estaba teniendo una pesadilla.

Susurraba un nombre y unas cuantas palabras, quería que alguien regresara.
-Hannah, Hannah, Hannah, no me dejes por favor, te necesito más que a nada, no te vayas ~gritó.

¿Hannah? Supongo que fue la chica que lo destrozo, tengo que saber exactamente que sucedió con ella.

-No te vayas, no me dejes, vuelve conmigo, te necesito Hannah ~dijo llorando.
-Oliver tranquilo, Hannah no está, despierta, todo estará bien.

Toque sus mejillas, estaba helado, fui dando suaves caricias a su rostro, mientras le decía que todo ya había pasado y secaba sus lágrimas.

Lentamente fue abriendo sus ojos, me vió desconcertado y después me abrazó. Lloró una vez más en mi pecho y susurro: "ella no regresará"

-Oliver, ¿quien es Hannah?
-No quiero hablar de eso ~desvío la vista al suelo.
-Si no me dices no podré ayudar.
-Ya has echo lo suficiente.
-No, aún estás mal.
-Yo me las arreglo solo, adiós.

Se levantó de la cama y caminó.

-Oliver espera ~grité~ lo siento, yo no quería incomodarte, solo quiero ayudar, quiero verte bien.
-Todo a su tiempo ~sonrió viéndome.
-Quédate esta noche ~susurre.
-¿Para qué? ~enarco una de sus cejas.
-Hace frío, afuera hay una tormenta y no quiero pasar la noche sola.

Solo sonrió mostrando una blanca hilera y regresó a la cama, ahora fuí yo quien abrace su delgado cuerpo.
Tendré que hacerlo comer un poco más, mas bien, tendría que hacer muchas cosas para ayudarlo.

No Me Dejes AhogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora