Capitulo 3:

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-¿Creías que podías arreglarme?, ______. Que ilusa -rió burlón.

Esas malditas palabras rondan cada jodido día en mi mente, no puedo olvidarle, ¿como carajos olvidas a la persona que tanto has amado? A esa persona que también te ha echo daño.
Ahora de cierta forma entiendo a Oliver, pero yo no tengo la culpa de que lo lastimaran en un pasado.
Simplemente quería recoger los pedazos de su corazón y volver a armarlo.
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Me había encerrado en la habitación una vez más, tenía miedo, estaba pensando seriamente en irme, buscar un pequeño departamento y trabajar horas extras para poder pagarlo.

Eran las 2 de la madrugada si no mal recuerdo cuando escuche un grito en la habitación de al lado.
Después un llanto, de esos que hasta te dan escalofríos por la tristeza y dolor que emiten.

Escuche como algo caía, un vidrio roto y seguido de un grito desgarrador.
Me levanté asustada, tome mi celular y encendí la lamparita, salí de mi habitación y me guíe por el sonido del llanto hasta la habitación de Oliver.

Suspire y trague saliva un par de veces, gire lentamente la perilla hasta que abrió la puerta, lo vi de rodillas frente a su cama, sangre corría por sus muñecas.
Se golpeaba la cabeza con sus puños, ni siquiera se dio cuenta que había entrado, el pánico me invadió, no sabía que hacer.

Recuerdo que me acerque a él casí temblando, tome sus manos y él solo soltó gritos, ¿quién no?, lo estaba lastimando.

-Oliver tranquilo, déjeme ayudarlo.
-Vete, no tienes que estar haciendo esto, no tienes porque ayudarme.
-Oliver me preocupa el estado en el que se encuentra, no aceptaré un no, iré por el botiquín.

Me levanté y fui al baño de abajo.
Al llegar lo hice levantar y entrar a su baño, lave sus heridas y las seque, vende sus manos.
Limpie su rostro y busque unos analgésicos para que los tomara.
Estaba a punto de darselos cuando veo una botella de whisky casí vacía. Decidí mejor llevarlo a su cama.

Lo recosté y arrope con unas mantas.

-Que pase linda noche Oliver, si necesita algo no dude en llamarme.
-No te vayas ~dijo llorando~ no me dejes sólo, te necesito demasiado.
-Oliver solo necesita dormir.
-No puedo vivir conmigo mismo, así que quédate conmigo esta noche.

Recuerdo también que tomó mi mano, me atrajo hacía él y me abrazó, su contacto con mi piel hizo que me estremeciera, que los escalofríos se hicieran presentes continuamente.

Me recosté a su lado y a los minutos se quedó dormido mientras me abrazaba, el sueño me venció finalmente y me dormí entre sus cálidos brazos.

Desperté porque él gritaba, tenía los ojos cerrados y parecía que se ahogaba. Estaba teniendo una pesadilla, le hablé lo más calmada posible, traté de tranquilizarlo.

Comenzó a llorar aún dormido, parecía como si estuviera luchando con algo o alguien.
Estaba desesperada ¿ahora que hago?, pensaba.

Me subí en él y tome sus brazos, comencé a gritarle que todo estaba bien, que solo era un mal sueño.

A los minutos se calmo, abrió los ojos, su mirada reflejaba horror.
Me abrazo fuertemente y lloró, me dio pena verlo así, tan débil.

-Sálvame de los que me persiguen por la noche ~susurró llorando.

No Me Dejes AhogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora