Capítulo 14

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26 de Junio de 1944 – Octeville

-¿Té?- preguntó el estadounidense a su lado.
-Earl Grey.- corrigió el inglés, aún sin voltear a verle.- ¿Chocolate caliente?
-Yep, los demás se acabaron en café, de nuevo.- se quejó divertido el otro.

Arthur sonrió para sí mismo, admirando como la gente podía permanecer tan calmada. Quería preguntar cómo le había ido, pero no sabía cómo lanzar la pregunta.
Terminó por decir cualquier otra cosa.

-Me encontré con Matthew.- le contó.
-Really?- se giró a verle el de lentes, aliviado de que hubieran noticias de su hermano.

El inglés le contó sus encuentros con el canadiense, cómo parecía estar calmado y tranquilo con la situación y que también se había enterado de lo de Francis.

-Yeah, hablando de Francis...- comenzó a decir Alfred, no le gustaba sacar el tema pero sentía que debía decirle, su tono cambiando a uno más serio.
-Sí me enteré.- lo interrumpió él.- Un grupo de los paracaidistas no han vuelto, lo sé. Ojalá no esté entre ellos.

Arthur miró al piso, perdiéndose en sus pensamientos, imaginando el peor caso si el francés fuera descubierto por los alemanes.
¿Le perderían? ¿Iría él a bailar sobre su tumba y tirarle todo en cara, acerca de lo idiota que había sido y un "yo te advertí"?
¿O iría con rosas e irises a arrodillarse y llorar la pérdida del imbécil con el que pasó la mayor parte de su vida, quisiera o no?
Estaba seguro de que llegaría, haría lo primero y, en cuanto todos se hubieran retirado, haría lo segundo. Porque no importaba que fueran inmortales, si Alemania nazi anexaba Francia tras capturar a su representación, nadie sabía qué podía ser de Francis.
Su gobierno podría separarse o disolverse en varios estados, y entonces, ¿qué sería del idiota de la barba?

El estadounidense, por otro lado, se limitó a observar a su compañero e intentar adivinar lo que pasaba por su mente. Aunque no necesitaba una habilidad especial pasa saber en qué pensaba.

Apretó su mano libre en un puño, no sabiendo cómo reaccionar o qué hacer para sacar al cejón de sus pensamientos.
No quería que pensara en el francés, es decir diablos, él estaba ahí ahora, ¿no podía dedicarle dos segundos de su vida? ¿O es que no podía hacer otra cosa que no fuera pensar en ese amante del vino?
Le irritaba. Sentía algo muy extraño dentro de él que necesitaba que Arthur le prestase atención a él y no a alguien que ni siquiera estaba ahí y a quien supuestamente detestaba.
¿Verdad? Porque el inglés y el francés se detestaban, ¿no era así?

-¿Qué tal todo aquí en la península?- preguntó el inglés, sacando al estadounidense de sus pensamientos, aún sin girarse a verle.
-Ah, bueno... complicado. Tuvimos que hacer una gran cantidad de cosas en poco tiempo.- dijo el de ojos azules, algo sorprendido de que preguntara.- Capturamos cerca de treinta mil alemanes y perdimos menos soldados que ellos, pero aun así fue difícil.
-Lo supongo, así es la guerra.- murmuró el de ojos verdes para volver a tomar su té.

Alfred bebió de su propia taza y lo miró, confundido.
Solo entonces se percató de todas las vendas que tenía. Aún llevaba la cabeza vendada, tal y como había estado al salir del ataque al búnker en Port-en-Bessin, y ahora también tenía las manos vendadas y no estaba apoyando uno de sus pies correctamente.

Él, por otro lado, tenía banditas en su mejilla por raspones y unas cuantas vendas en su brazo derecho por el rose de una bala.
Había tenido mucha suerte, a decir verdad.

-¿Cómo es que aún llevas la cabeza vendada? ¿Eso no fue por un ladrillo en Port-en-lo que sea?- preguntó, confundido.
-Sí, pero tuvieron que renovar los vendajes tras la huida del 13 en el Punto 213.- respondió el inglés, aún sin voltearse.
-What?
-Los alemanes iban a capturar la cresta, así que un grupo y yo decidimos salir de ahí antes que nos tomaran prisioneros.- explicó, girando su cabeza con una sonrisa cansada, mirando al piso y luego a los ojos del estadounidense por apenas unos instantes.
-Ya veo...- murmuró el otro, perdiéndose en los ojos esmeraldas por unos instantes.- ¿Y tu pie?

El inglés se sorprendió, retrocediendo por instinto su tobillo herido para ocultarlo tras su otra pierna. ¿Cómo sabía eso? Él no había estado presente en ninguna de las ocasiones en que tuvo la desgracia de torcérselo, y ni siquiera le había visto caminar.

Pero un momento, tal vez no lo sabía. Tal vez lo había preguntado al azar.
Arthur disimuló su expresión de asombro lo mejor que pudo, aunque no le salió demasiado bien. Desvió su mirada al piso.

-¿Qué hay con mi pie?- preguntó, fallando en ocultar su nerviosismo.
-No lo estás apoyando como siempre.- indicó el estadounidense en un tono serio.- ¿Cuándo te torciste el tobillo?
-Hace dos semanas la primera vez, y la segunda...- comenzó a hablar, maldiciendo en su mente el tener que contarle eso.
-¿Te lo torciste dos veces? ¿Y has estado peleando en la primera fila con un tobillo torcido?- cuestionó el de lentes, interrumpiéndolo con un tono de reprimenda.
-Si les decía algo, no me hubieran dejado, ¿o sí?- lo miró.- Igual solo fue durante el 13, de ahí me pasé a las filas de atrás.
-Pero, ¿no me contaste hace un rato que ese día fue la huida del Punto 213?- se quejó el estadounidense, parecía irritado.
-Well, yes...- Arthur volvió a maldecir en su mente.
-Y hoy estuviste con los Indios Rojos, ¿verdad? Ellos lideraron un asalto, tengo entendido que las últimas filas estaban encargadas de las armas pesadas y de recoger a los heridos...- al ver que el inglés desviaba la mirada, Alfred continuó.- ¿Pasó algo entonces? Si han pasado dos semanas desde que te lo torciste, ya debería haber sanado.
-Te iba a decir que me lo volví a torcer hoy antes de que me interrumpieras.- protestó, mirándolo.

El silencio cayó entre ambos y mantuvieron sus miradas en los ojos del otro, como si compitieran por ver quién se incomodaba primero y apartaba la vista.
Arthur bebió de su té sin dejar de mirar los ojos azules del estadounidense, frunciendo el ceño. ¿Por qué tenía la costumbre de entrometerse en sus asuntos? No es que esconder lo que estaba mal para que la gente no se preocupara fuera algo que solo el inglés hiciera, sabía que Alfred solía hacerlo.
Sabía que tenía vendas en un brazo por una herida reciente que, leve o no, le molestaba todavía. Lo sabía, se había percatado al ver cómo evitaba mover ese hombro y solo movía del codo para abajo, pero no había dicho nada. Había preferido hacer como si no lo supiera para poder usar eso luego como factor sorpresa, pero al fin y al cabo no había dicho nada.

Tras un par de minutos de competencia de miradas acusadoras, la expresión del estadounidense se suavizó, y se transformó en una mueca de vergüenza.
Bebiendo de su taza de chocolate caliente, apartó la mirada y admiró el suelo, suspirando.
¿Por qué Arthur era tan difícil?


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¿Sorprendidos por la actualización en menos de dos semanas?

¿No? ¿Nadie? Ok TwT~

Les traigo algo de USUk en este cap, y también noticias~

Overlord debería estar llegando a sus últimos capítulos.
((eso quiere decir que se viene el FrUk ewe))

Nos vemos en el siguiente cap~

Les loveo <3

-Gray

Overlord (USUk/FrUk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora