1944 – Normandía
Para desgracia de todos los involucrados, la batalla en las costas francesas se extendió por un insufrible período de tiempo. Mientras la Unión Soviética ayudaba a los desembarcos a emparedar a Alemania Nazi hacia el centro de Europa, los soldados tomando parte en las múltiples operaciones no veían la hora de irse a casa de una vez por todas.
La batalla en Cherburgo duró solo hasta el treinta de junio, pero por supuesto que las cosas no terminaron ahí. Casi borrando Saint-Lô del mapa y tras las batallas de La Haye-du-Puits y Carentan, la Batalla de los Setos finalizó el veinticuatro de junio, sirviendo de predecesor a la Operación Cobra.
La cual se extendería hasta el treinta y uno de julio, de modo que el pobre Alfred estuvo bastante ocupado en las filas del frente.Las trifulcas en Caen se prolongaron hasta el seis de agosto, tiempo en el que Arthur era movido de un lado a otro por los informantes. Habiendo hecho votos de permanecer en las filas de atrás, lo único bueno que podía apreciar era el hecho de que sus habilidades de primeros auxilios se estaban disparando por los cielos.
Sin embargo, antes de poder ver la Batalla de Caen llegar a su conclusión, el inglés recibió noticias de parte de Matthew que le fueron entregadas por uno de los cuatro hermanos informantes.
-¿Qué es esto?- había preguntado Arthur al tomar la carta que le alcanzaba el Stravishka de pie frente a él.
-Es una carta, Kirkland.- había bromeado Zafhir, para disgusto del cejón.
-Eso sí lo sé, pero... ¿de quién?- preguntó mientras la examinaba, girándola y encontrando el destinatario.- "Para Arthur Kirkland, de Matthew Williams". ¿Matthew?- había levantado la vista hacia su interlocutor.- ¿Le pasó algo?
-No creo.- se había encogido de hombros el otro joven.- Para mí que se veía perfectamente en cuanto lo encontré. No he leído el contenido, por supuesto, pero su expresión me hizo pensar que era urgente.El rubio le había brindado una mirada desconfiada al joven frente a él, y había abierto la carta con algo de preocupación apareciendo en su ser.
¿Qué podía ser tan urgente?La carta resultó ser más importante de lo que el inglés había supuesto. Le informaba que, al parecer, Matthew había conseguido hacerse con una lista de los paracaidistas de la Operación Cooney que volvieron.
En la cual no estaba el nombre de Francis por ningún lado, ni tampoco algún tipo de alias que podría haber usado.Para empeorar la gravedad de la situación, el canadiense había decidido investigar al respecto. Descubrió que los paracaidistas que faltaban se habían quedado en las bases que armaron los de las operaciones Samwest y Dingson, y que habían vuelto con ellos al cabo de unos días.
Pero, lamentablemente, el francés no había aparecido en esos grupos tampoco.La carta finalizaba pidiéndole a Arthur que hiciera algo al respecto. Matthew estaba al tanto del desarrollo de gran parte de las operaciones, y quien se encontraba en la posición más estratégica para tomar cartas en el asunto era el inglés. Le decía que los Stravishka debían estar al corriente de la situación, y que además sabían que no podían costearse que algo le sucediera al francés, por lo que no debería haber problema si les pedía algo de ayuda de algún tipo.
Firmaba deseándole buena suerte y pidiéndole que por favor encontrase a Francis, y que él haría todo lo posible por ir a acompañarle en cuanto se quitara un par de responsabilidades de encima.Arthur Kirkland estaba, por supuesto, muy preocupado.
Estaba preocupado en el momento en el que le pidió a Zafhir que lo llevase a Bretaña y que le consiguiera un cambio de ropa; y seguía preocupado cuando dejó atrás al informante un día después en una noche lluviosa y oscura, vestido con el traje que solía usar cuando hacía de agente de espionaje y cargado con varias armas bajo su saco.No tenía idea de lo que podría haber pasado, pero tenía la pequeña esperanza de encontrar algún tipo de pista si recorría las zonas de aterrizaje de los paracaidistas.
Caminando bajo la lluvia con una mano aferrada firmemente al paraguas y con la otra escondida en el bolsillo de su saco, el inglés avanzó por las veredas a la débil luz de las farolas en un pobre intento de ubicarse en el lugar. No es que no hubiera estado ahí antes, pero de noche y tras todo lo ocurrido ahí, apenas podía reconocer el área.
Parte de la Operación Cobra debía liberar el lugar para el treinta y uno de julio, pero las zonas rodeando Saint-Nazaire y Lorient no parecían ir a ser soltadas por los alemanes en un buen tiempo.
Arthur supuso que, de haber capturado al francés, los soldados se lo habrían llevado a esas áreas hasta tener alguna idea de qué hacer con él.
Dudaba mucho que una palabra de aquello llegase a Ludwig o a Gilbert, por cierto.El inglés sabía que la Operación Dingson había apuntado al sur de Bretaña, la Operación Samwest había apuntado al norte, y que la Operación Cooney se había encargado de acabar con objetivos a lo largo de la vía de ferrocarriles y ralentizar la respuesta alemana a los desembarcos en las playas.
Pero no sabía en qué punto se había quedado el imbécil barbudo.Para empezar, no se le ocurría cómo es que se había quedado atrás. Sabía que era medio idiota, pero también sabía que podía ser serio cuando le daba la reverenda gana (casi nunca). Además, si parte de los paracaidistas habían vuelto, y el resto había tomado refugio y regresado al cabo de unos días, ¿por qué el único que faltaba era él?
No le entraba en la cabeza, y la única respuesta posible que se le ocurría era que la rana se hubiera quedado como señuelo para ayudar a los demás a escapar.
O tenía simplemente muy mala suerte, lo cual (Arthur sabía) no era el caso.Sí se imaginaba, por otro lado, en qué condiciones lo tenían en caso le hubieran capturado. Debían haberle golpeado hasta la inconsciencia y, al darse cuenta de que el bastardo no moría, los soldados habrían entrado en pánico y habrían tratado de contactar con sus superiores para preguntarles qué hacer con el maldito.
Por supuesto que no habían recibido respuestas, ya que la operación de la que lo habían sacado estaba interrumpiendo sus comunicaciones. Y aunque eso no pasara, Arthur dudaba que los alemanes tuvieran tiempo para preocuparse por un prisionero de guerra duro de matar y unos captores asustados mientras los Aliados desembarcaban a través del Muro Atlántico y la Unión Soviética evitaba que consiguieran recursos.De modo que el inglés caminó por las vacías y destruidas calles con ocasionales farolas a los costados hasta salir del pueblo.
Anduvo en medio de la noche sin un rumbo fijo, hasta que a la distancia distinguió algo extraño.No fue hasta que se acercó que pudo ver qué eran.
Y resultaron ser varios paracaídas usados. Rebuscó entre las telas y pitas hasta encontrar alguna insignia, y por suerte halló dos tipos. Unas eran una espada con alas apuntando hacia abajo con la inscripción de "Who Dares Wins", que reconoció inmediatamente como perteneciente a los del 4to Servicio Especial Aéreo; y las otras eran simplemente la Cruz de Lorraine, muy probablemente pertenecientes a los de Francia Libre.
Ambos participantes de la Operación Cooney.
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Bueno, ahora sí que me tomé un poco más de un mes xD
Créanme que estuve muy tentada a esperar hasta la noche del 24 para publicarlo, como un regalo inesperado de navidad~ (??Pero bueno, aquí está. Si mis cálculos no me fallan, este sería el penúltimo capítulo, de modo que el que sigue sería el final.
Claro que luego siguen los dos epílogos, el de USUK y el de FrUK <3 pero saben a lo que me refiero.
Supongo que ya lo habrán notado, pero a partir de aquí me voy a desviar un poco del "casi exactamente como pasó" que era el motto de los caps anteriores. Digo, hasta donde yo sé, en la realidad [SPOILER (??] la Operación Cooney no tuvo ningún soldado capturado.
Así que lo que va a pasar a partir de ahora es pura invención mía.
Espero les guste x3Les loveo~
-Gray
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Overlord (USUk/FrUk)
AksiArthur, conocido como el resto de países y sus superiores como la representación de Inglaterra, se encuentra tomando parte en la Batalla de Normandía. Junto con Alfred, Matthew, y algunos otros soldados, tienen como objetivo expulsar a Alemania Nazi...