Capítulo 11

76 10 2
                                    


13 de Junio de 1944 – Villers-Bocage

La milicia británica sabía que debía controlar Villers-Bocage para cerrar el espacio vacío entre las fuerzas. Y para controlar el área, debían pasar a través de la villa y ocupar la zona más alta de la cresta en el Punto 213.

Ya habían asignado a las unidades que se encargarían de tomar la villa, así como a las que se encargarían de tomar Maisoncelles-Pelvey al suroeste del pueblo y los cuarteles estratégicos en Amayé-sur-Seulles. Tenían también asignados a un par de regimientos que debían proveerles de protección en los flancos.
Livry ya había sido establecido como base, así que tenían un lugar a dónde ir.

El informante le contó a Arthur en el camino, ya por la madrugada, que el área rodeando Villers-Bocage había recibido denso fuego naval durante la noche del 12. La Segunda Compañía se había movido dos veces, y estaban planeando una revisión mecánica por la mañana.

Zafhir dejó al inglés entre los de la Primera Brigada de Rifles a eso de las 5:00 de la mañana, advirtiendo que volvería y dejando a Arthur con un mal presentimiento por el resto del día.

Caminando entre los soldados, el rubio se enteró de que acababan de regresar de hacer un reconocimiento de terreno a 800 metros de la ruta que debían tomar. Parecían aliviados de confirmar que Livry estaba limpia de alemanes, y fueron indicados que se prepararan para avanzar.

Arthur miró a los soldados a su alrededor. Todos parecían tan jóvenes y cansados de la guerra, y él también lo estaba. Pero comprendía que no podía simplemente pedir que se desentendieran del conflicto y dejaran a Canadá, Estados Unidos, Francia Libre y los demás aliados a que simplemente pelearan por su cuenta. Ellos mismos, los británicos, habían estado resistiendo como pudieron a solas hasta el evento en Pearl Harbor en que los estadounidenses dejaron su neutralidad y comenzaron a apoyarlos.
Debían liberar a la Francia Ocupada y quitarle las posiciones de ventaja a Alemania Nazi sobre Normandía y las costas. Debían liberar Europa, y para evitar que la oposición se concentrara solo en ellos habían logrado que la Unión Soviética iniciara campañas militares del otro lado del continente.
No podían tirarse para atrás ahora.

A las 5:30 de la mañana el avance fue reasumido en dirección a la villa. En el camino se encontraron con alegres civiles franceses, relajando a todos los soldados de la columna.

Caminaron por tres horas, y a las 8:30, habiendo cubierto 8 kilómetros, el grupo armado entró en el pueblo. Los recibieron residentes que celebraban su llegada. Caminaron por las calles, cierta tensión levantada de sus hombros, hasta que Arthur sintió que eran observados y los dos que iban tras él se percataron, mirando en su dirección.
Pero a lo lejos divisaron otra cosa.

-¡Debemos contactar con los regimientos!- exclamó uno de ellos en un susurro.- ¡Acabo de ver un par de soldados alemanes huyendo en un Volkswagen!

No mucho después de la alerta, los dos regimientos de húsares se encontraron con fuerzas alemanas en ambos lados de la ruta de la infantería.
También reportaron tanques enemigos dirigiéndose a Villers-Bocage.

Con la villa ocupada, un escuadrón motorizado fue ordenado a avanzar sin reconocimiento directamente hacia el Punto 213. Arthur y la brigada en la que se encontraba fueron subidos a carros para transportarlos hacia el objetivo, pasando al lado de un Kübelwagen destruido.
Los tanques se movieron a la posición baja para establecer un perímetro de defensa.

Dentro del carro, uno de los soldados tarareaba una melodía que le resultaba familiar al inglés, pero no era capaz de recalcar en ese momento cuál era exactamente.
No sería hasta bastante tiempo después, recordando lo que había pasado, que se percató que había sido "El puente de Londres se va a caer".

Una vez llegaron al Punto 213, el lugarteniente llamó una conferencia de los altos mandos que se encontraban ahí en ese momento y se retiraron a los puestos, dejando a los soldados a las afueras.
Debían ser cerca de las 9:00 para cuando el silencio en su señal de radio fue interrumpido por algún mensaje de los que aún estaban en camino.
Era una alarma de una emboscada alemana.

Tras esa única señal, una fuerza de tanques Tiger aparecieron desde sus puestos en cubierto y acabaron con uno de los tanques que estaban al final de las filas.

Arthur corrió con los demás soldados fuera de los vehículos para tomar los tanques, mientras las fuerzas alemanas se acercaban por detrás.
En algún momento se escuchó una explosión y pudieron ver como uno de sus carros armados especiales se encendía y bloqueaba la vía, evitando que la compañía que estaba en camino los apoyasen.

Subido en uno de los tanques junto con otros dos soldados jóvenes, el inglés avanzó a través del campo en busca de los vehículos enemigos. Condujeron como pudieron, disparando a lo que veían e intentando que no les dispararan a ellos.
Estaban dando media vuelta para volver al centro para cuando se dieron cuenta que un par de carros enemigos los estaban siguiendo.

Arthur aceleró todo lo que pudo, girando como podía el tanque mientras los otros dos rotaban el cañón para defenderse.
De todas formas les dispararon, y el cejón se arrojó sobre ambos jóvenes en el segundo en el que la bala impactó contra los motores y su vehículo explotó.

Una vez impulsados fuera, y con ambos muchachos petrificados del miedo y de lo que sea que acababa de pasar, el inglés los cargó a sus hombros como sacos de papas y puso pies en polvorosa en dirección a los puestos.

Para cuando los alemanes se retiraron hacia Villers-Bocage, los soldados que permanecían de pie se juntaron para recapitular. A un lado sacaron los botiquines, y Arthur dejó a ambos muchachos ahí.
Pero lo obligaron a quedarse, pues no se había dado cuenta que la explosión le había dejado heridas y quemaduras en su espalda ahora descubierta.
Fabuloso.

Como no podía negarse, el inglés se sentó sobre una roca mientras lo vendaban, preguntándose qué no le dejarían hacer ahora por estar herido, o qué tanto tiempo les tomaría a los demás olvidarse de lo que tenía en su espalda para que pueda escurrirse dentro de las filas de asalto.
De momento solo podía esperar y oír a sus compañeros aún medio alterados agradecerle por haberles salvado.

Mientras esperaba, los demás soldados se pasaron las noticias de lo que estaba pasando en el pueblo.
Sucedía que las tropas que acababan de atacarles habían dado media vuelta hacia Villers-Bocage y las zonas cercanas y estaban atacando la villa. Contaron algo de un par de generales muertos y muchos tanques destruidos en poco tiempo, pero como se habían quedado solos en la cresta no podían saber mucho más.

Ya más avanzada la mañana, y mientras esperaban a que el resto volvieran, los soldados comenzaron a escuchar ruidos extraños a los alrededores.
Se habían separado en dos grupos, y estaban apostados en sus posiciones sin tener a dónde ir, con la mayoría de ellos heridos. En el grupo en el que se encontraba el inglés también estaba uno de los dos muchachos que había salvado, además de otros cuarenta hombres.

Permanecieron en silencio, no muy seguros de qué exactamente estaba pasando. Los sonidos se siguieron escuchando por un buen rato, hasta que a las 10:00 pudieron entender lo que sucedía.
Los alemanes los estaban rodeando, y muy probablemente pretendían tomar la cresta y el Punto 213.
Junto con ellos como prisioneros.


~~~~~~~~~~~

Hey, holi c:

Antes que nada, no me maten ;--; sé que me tomó mucho subir este cap, así que voy a compensarlo ewe
Este capítulo va a ser doble, o sea que en una hora o algo, tal vez menos, subo el cap que sigue~

Supongo que voy a anunciar aquí: Advertencia, el capítulo que sigue podría contener insultos o palabras fuertes.

Solo por si acaso ^^~

-Gray

Overlord (USUk/FrUk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora