스물여섯

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Han pasado tres días desde que Yoongi se había mudado de su casa a la de su mejor amigo Jimin, ambos disfrutaban de la compañía mutua. Sin embargo, Jin fue esos tres días a dejarle comida a Tae a la casa, en donde su pequeño tan solo lloraba y seguía encerrado. El mayor, con pesar, alejó su sentimiento materno hacia él y se iba de la casa tan rápido como llegaba, entre lágrimas, pero lo hacía siempre. Cumpliendo con lo prometido.

Tae, en cambio, consiente de lo que había hecho, sí, de lo que él había provocado, no dejaba de culparse, y eso sumado a su tristeza de no haber sido padre como tanto deseaba lo dejaba en un mar de lágrimas y de depresión. Pero para él, no había nada peor que estar solo, que estar sin el amor de su vida. Siempre le daba ganas de salir corriendo de la habitación para ir a abrazar a Jin cada vez que éste iba a dejarle la comida en la mesa, decirle que lo siente y que llame a su querido novio. El pobre está demasiado celoso, tiene una mezcla de sentimientos dentro que lo dejan de peor humor cada día y cada hora que pasa solo en aquella habitación, sin luz y sin vida.

Pero..., parece ser que este día es la excepción de varias rutinas.

↩♥↪

Son las diez de la mañana y Yoongi se encuentra bebiendo café en la mesa del comedor junto a Jimin. Es el cuarto día en el que Yoongi amanece sin su pequeño castaño al lado.

Suspiró audible, inundando la sala con aquel ruido.

—Hyung... —el menor de la sala estuvo observando a su mayor durante unos pocos minutos, el cual, estaba con la mirada fija en su taza lleno de café negro—. Hyung.

—Dime, Jimin —responde el ahora pelinegro, fijando su vista en la del menor.

—Se le nota la tristeza a millones de kilómetros, no me lo niegue más —dijo el moreno, sonriendo cariñosamente hacia Min, quien hizo el mismo acto, pero con tristeza.

Jimin en los primeros tres días intentó llevar de fiesta al mayor, quien siempre se negaba, logrando que el menor fuera solo y ganándose la privacidad suficiente para llorar en aquella casa. Sin embargo, Jimin no era nada tonto, se dio cuenta de la pequeña depresión de su hyung apenas mirarlo, el pobre chico intentó hacer de todo para alegrar la pequeña cara sin luz ni vida de su mejor amigo, en cambio, recibía quejidos y deseos de desparecer del contrario, desanimandolo levemente.

—Siento que no le haya servido de nada estos días, hyung —dice el menor con tristeza—. Realmente he querido alegrarle tan solo un poquito.

—Lo siento, Jimin —dijo con la cabeza gacha el de cabellos azabache—. No era mi intención que estés así. No te preocupes por mi, estoy bien.

—¡No está bien, hyung! —gritó en forma de quejido el menor—. Deje de aparentar lo que no siente, o al menos, deje de intentarlo conmigo. Soy su mejor amigo.

Jimin no esperó que después de su última palabra el mayor cayera en lágrimas fugaces al instante. Sorprendido, Jimin fue hasta la silla en donde su hyung permanece sentado y lo abraza con fuerza, siendo correspondido de inmediato, con necesidad.

—Estoy aquí para lo que necesite, hyung —susurró en el oído ajeno, acariciando la espalda de su amigo—. Por favor, cuente conmigo para lo que sea, no se lo guarde nada jamás.

—Lo siento mucho —murmura el mayor, siguiendo con sus lágrimas y sollozos, manteniendo el abrazo firme y fuerte, aún no era momento de soltarse—. Realmente lo siento.

—Hyung... —Jimin se separó de Min, ganándose un quejido casi inaudible de su contrario, necesitaba más abrazo—. Debe ir con TaeHyung.

A Yoongi se le aceleró el corazón, hace cuatro días que no había oído el nombre de su novio más que en su mente y eso lo puso nervioso.

—No, aún no es el momento —dijo el mayor, secándose las lágrimas que aún seguían cayendo sin su consentimiento.

—Me da igual —dijo el menor con determinación—. Él lo necesita, seguro que estará sufriendo. ¿No se ha dado cuenta de que el pobre está totalmente solo en estos momentos?

—Yo... —Yoongi fue callado por la mirada asesina que le brindó Jimin a modo de: «no he acabado, cállate».

—Él perdió a su hija —empezó, mirando atentamente a los ojos almendrados de su amigo, quien, aún llorando, no las quiso apartar ni en lo más mínimo—, pero..., también ha hecho que pierda a su mejor amigo, bueno, como usted dice: su madre —dijo, con confusión, pero siguió con su firmeza del principio—, y lo peor de todo: usted. Ha hecho que pierda al padre de su hija, a su propio novio. No tiene a nadie, al menos, a nadie importante para él a su lado en los momentos más necesitados y difíciles de su pobre vida, hyung.

A Yoongi le entró un dolor incontrolable en el corazón con las palabras de su amigo, nunca había visto lo hecho desde esa perspectiva, y se siente una verdadera basura. Agradeció la dolorosa sinceridad de Jimin en sus adentros, pero tampoco pudo evitar llorar desconsolado en su asiento mientras aún mantenía su mirada en Jimin, quien lo mira con súplica, deseándole con ella su felicidad.

—Debe ir con su novio, hyung —dijo en susurro, abrazando nuevamente a su mayor, quien correspondió enseguida, llorando en el tonificado pecho de su menor—. Prometeme que irá nada más se tranquilice, por favor.

—Te prometo que iré a ver a mi TaeHyung —dijo Min, dándole más fuerza al abrazo al decir el nombre del que le quita los sueños cada noche en voz alta—. Te lo prometo.




[To be continued...]
Se llega lo interesante nenas —se va con sonrisa de oreja a oreja mientras baila en plan Tae—

¿Aceptas a tu Hijo, Yoongi? → |YoonTae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora