TaeHyung, quien se hallaba en su primera fiesta por alcanzar la mayoría de edad, sin darse cuenta, cegado de tanto alcohol bebido, se había acostado con un chico la misma noche, pero algo inesperado hizo que TaeHyung se preguntara una y mil veces: ¿...
El trío, agarrados de las manos, van corriendo hacia la orilla del mar que sube y baja junto el viento y el hermoso atardecer acompañándolos.
Entre risas se sumergen al mar cristalino, YoonGi decide agarrar en brazos a su pequeño hijo y subirlo a sus hombros, recibiendo como respuesta unas agudas risas de su pequeño, quien agarra la cabeza de su padre para no caer de espaldas al mar.
TaeHyung por su parte decide adentrar todo su cuerpo al cálido mar, en donde se aprecian pequeños peces que comen levemente los cayos de los pies de Yoongi, quien se mueve para espantarlos.
—¡Es un día magnífico! —exclama Tae, con sonrisa cuadrada en el rostro y agarrando de la mano a su hijo, quien aún se mantiene en el hombro del padre.
—¡Lo es! —exclama en respuesta Yoon, bajando a su hijo de sus hombros, llevándolo a los brazos de su madre, quien lo agarra y empieza a hacerle cosquillas, inundando la playa de sus sonoras carcajadas.
La gente quienes están sumergidos en el agua los mira con sonrisas en el rostro, otros sacan fotos, ya que el atardecer detrás de ellos y dos padres, hombres, junto con un pequeño es algo hermoso, principalmente en Corea del Sur. Los turistas adoran estos pequeños gestos “fuera de lugar”.
—Bueno, necesito tomar un poco el sol —dice Min, levantándose del agua para empezar a caminar a pasos forzados, ya que en el mar es algo complicado.
—Nosotros también nos vamos —dice Tae, agarrando la mano de su novio para irse al pareo que dejaron en la arena junto con sus cosas.
—Appa —murmura Kook con las mejillas rojas por el sol, después de haber llegado a la orilla. Yoongi lo mira y le sonríe con ternura—. Quiero estar en el agua un poco más —hace un puchero enternecedor, su parde asiente y le da un salvavidas.
—Solo puedes estar en la orilla —se arrodilla para estar a su altura—. Ahí, donde pueda verte —apunta frente a ellos, bien cerca del puesto en donde se encuentran. El pequeño Kook asiente sonriente—. Y tampoco te apartes del salvavidas; y si tienes algún problema grita y correré hacia ti, ¿entendido?
—¡Señor, sí, señor! —exclama el pequeño, mientras su parde sonríe y le despeina el mojado y áspero pelo debido al mar.
—Bien, diviértete —dice, mirando después a su pequeño, quien va corriendo con el salvavidas a su alrededor hacia el mar, saltando después al agua con alegría.
—Nuestro hijo es hermoso —murmura Kim, abrazando a su querido novio.
—Lo es —dice Min, besando los labios de su donsaeng.
Kim se levanta del pareo y se dirige hacia su hijo con cámara en mano, gritandole después que mire hacia él, para luego, capturar en una imagen a su pequeño y hermoso hijo.
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