¿Aceptas a tu Hijo, Yoongi? → |YoonTae|

스물일곱

Yoongi salió de casa de Jimin decidido, no sin antes lavarse la cara y dar un fuerte abrazo a su mejor amigo por su apoyo y consejo.

Entró a su coche y antes de encenderlo suspiró pesado tres veces seguidas, para luego, encender motores y encaminarse a su propia casa.

Al llegar, volvió a suspirar, esta vez más pesado que antes y con el corazón a mil por segundo tocó la puerta levemente, sin embargo, nadie mostró señales de vida dentro de la propiedad.

«Qué tonto eres, YoonGi. ¡Tienes la maldita llave!» –se gritó a sí mismo mentalmente.

Al sacar la llave de su bolsillo, temblando y con torpeza adentró ésta en la cerradura, girandola con nerviosismo hacia la derecha y abrir la puerta por completo.

Antes de entrar a la casa observó brevemente la vista del pasillo desde la puerta, viendo así que todo estaba absolutamente como lo había dejado y en total oscuridad. Todo en silencio. Con la escena de una película de terror en mente, entró a la casa y cerró la puerta detrás de sí con cuidado, mirando a su alrededor, porque tal imagen le daba escalofríos.

Se armó de valor y rápidamente se dirigió a la habitación que comparte, más bien, compartía con su novio TaeHyung. La puerta permanece cerrada, como era de costumbre desde lo sucedido. Tocó la puerta con insistencia un par de veces.

—Deja la comida donde siempre, Jin-hyung —contesta una voz apagada desde el otro lado, el corazón de Yoongi revolotea—. ¿Jin-hyung? ¿Estás ahí?

—Tae... Soy yo, YoonGi —dice Min en un susurro, sin embargo, la persona al otro lado se mantiene callado, atónito por la repentina presencia de su Hyung.

—Debería de estar con su amigo ese —contesta, cortante.

—Tae, hablemos, ¿si? Solo un momento —pide en súplica.

La puerta, inesperadamente para Yoongi, se abre lentamente, dejando apreciar al rubio el semblante serio, lleno de ojeras y pálido de TaeHyung.

—Por dios, ¿estás bien? —Yoongi en un impulso se acercó a Tae y le tocó la frente—. ¡Tienes fiebre!

—Déjeme —de un manotazo, Tae aparta la mano de Yoongi de su frente ardiente—. ¿Qué quiere? ¿Quiere más ropa? Adelante, llévese todo lo que le pertenece y viva feliz de una maldita vez.

—Tae... —antes de decir nada, TaeHyung ríe irónico y se dirige a su cama, seguido de Yoongi, Tae se sienta en el borde y mira a su novio con molestia—. Lo siento, mucho.

—¿Que lo siente? —pregunta con sarcasmo—. ¿Qué siente?, ¡si lo que más quería en el mundo es que nuestra hija desapareciera de una buena vez para que se vaya de putas como antes solía hacer!

—¡No digas disparates! —enfadado, YoonGi no pudo evitar gritar a su novio, arrepintiendose después del acto—. Perdón...

—Ya —el menor mira el suelo, recordando nuevamente a su pequeña hija.

Min aprecia el rostro de su novio un momento. TaeHyung tiene los ojos rojos e inchados; piel pálida, seca; ropa que lleva puesta más de dos días, sucio de no haberse duchado en siglos; aliento asqueroso; ojeras enormes; labios secos y agrietados, también algo rotos por habérselo mordido.

Lamentable.

Yoongi suspiró levemente y se sentó al lado de Kim, guardandose dentro las enormes ganas de abrazarlo y decirle que a partir de ese momento todo saldría bien y que estarían juntos por la eternidad y con Sarang acompañándolos. Pero no es así, la cosa nunca será así, jamás.

—No tienes idea del amor que le tengo a alguien que..., ni siquiera pude ver —dice, con brillos en los ojos que significan que pronto se le caerían las lágrimas. TaeHyung giró su cabeza hacia él para mirarlo, melancólico, al igual que Min—. Amé a esa niña más que a mi propia y vida y..., me la arrebatan.

Y esa última palabra hizo que la primera gota de lágrima cayera de su almendrado ojo izquierdo, seguidos por más de parte de los dos ojos.

—La seguiré amando y seguiré creyendo que estará a nuestro lado, siempre —finalizó, mirando a Kim penetrante—. También te amaré a ti de la misma forma, porque también aprendí que eres el mejor hombre que pude haber tenido a mi lado, TaeHyung.

A ambos chicos se le caían las lágrimas a chorros, se miraban a los ojos con insistencia, sin ganas de apartarlas. Demostrando amor y sinceridad a través de ellos.

—Te extrañé —murmura Kim, en un hilo de voz.

—Yo también, mi amor —dice, con una pequeña sonrisa el de cabellos dorados, abrazando luego con fuerza a su adorable novio, quien correspondió de inmediato—. Lo siento mucho, lo siento muchísimo, Tae. Realmente no te mereces todo ésto... Es mi culpa —exclama entre lágrimas desesperadas, siendo imitado por Kim.

—No llores, amor —pide Tae, siendo ignorado por Yoon, ya que eso no pasará, aún no.

—Te he dejado solo en una situación tan triste y difícil... No merezco tu perdón —ambos chicos aún siguen abrazados, no se soltarán. El abrazo se sigue haciendo más fuerte a medida que sueltan cada palabra—. ¡Siento mucho haberte dejado!

—No pasa nada —solloza el menor, sin saber qué decir ante tal situación, es la primera vez que ve a su Hyung de esa forma—. Lo importante es que has vuelto.

—Y no me iré jamás —murmura, apartando a Kim del abrazo para agarrarle la cara y mirarlo atentamente a los ojos—. Te lo prometo.

—También te prometo que nunca te dejaré —dice Tae, aparentemente más alegre que los últimos días, al igual que Yoongi—. Sarang debe de estar contenta, ¿verdad?

—Sí, mucho —Yoongi rodea a Kim con su brazo y mira al techo junto con el castaño—. Papá siente mucho haber dejado a papi solo, amor.

—Y papi siente mucho haber actuado de mala manera con papá —ambos sonríen, por fin las lágrimas cesaron y se volvieron a mirar a los ojos.

—Te amo, papi —dice un sonriente Min.

—También te amo, papá —Tae siente la respiración algo agitada por los llantos de Min acercándose a él, sin embargo, para el rumbo de los labios ajenos contra los suyos avergonzado—. Lo siento, es que no me lavé los dientes, más bien, desde hace un tiempito —sonrojado, miró al suelo.

—No importa, tu me besaste después de haber vomitado —sonríe Min, besando despreocupado los labios agrietados de su novio, quien correspondió gustoso.

Se dice que el verdadero amor se hace más fuerte a medida que pasa el tiempo... ¿Será éste el ejemplo de tal sentimiento?

[To be continued...]