스물여덟

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Una semana después de la reconciliación, ambos se sentían las personas más felices, TaeHyung había vuelto a la normalidad, no tan bien como antes, pero la sonrisa que llevaba encima era totalmente suya, y eso alegra bastante al mayor, más aún a Jin.

—Bueno, Tae —la madre del chico observa sentado en el borde de la cama a un TaeHyung quien se maquilla en el gran espejo que porta su armario, contento—, ¿ya has pensado en qué ropa llevarte?

—No, aún no —responde concentrado en su trabajo, para luego, girarse hacia Jin—. ¿Las líneas están bien hechas?

—A ver —Jin se levanta de la cama y se dirige hacia su pequeño—. Cierra los ojos. Sí, están bien.

—Gracias~ —canta, alegre, girándose hacia el espejo para ponerse un labial de color de sus labios, para que no se notara.

—Aún no me has dicho dónde irás —dice Jin, sentándose nuevamente en la cama.

—Al médico —responde Tae, girándose hacia Jin con entusiasmo—. Vamos a ver si tengo posibilidades de volver a estar embarazado.

—¿Qué? —a Jin le brillan los ojos al oír tal cosa—. ¡Se me ha puesto los pelos de punta! ¡Estoy muy contento por vosotros!

—Bueno, Jin —dice Tae, abriendo su armario en donde guarda sus ropas más bonitas. Sí, Tae los separa para cuando haya alguna ocasión especial—. Ayúdame a vestirme.

—Eso ni se pide, bebé —dice un emocionado Jin.

|…|

—Doctor, ¿podré volver a estar embarazado? —pregunta Kim con los ojos iluminados por las lágrimas que intentan salir, agarrando con fuerza la mano de su esposo.

Ambos están sentados uno al lado del otro en las sillas negras que posan enfrente de la gran mesa del médico de TaeHyung, quien está enfrente de ambos chicos con la mirada perdida en su ordenador, más bien, preocupado.

El doctor suspiró con pesadez, agarrando los papeles entre sus delgadas y arrugadas manos por la vejez.

—De acuerdo con las pruebas —empezó, con la voz apagada por la decepción—, debido a que había tenido un aborto y es un hombre..., lastimosamente esa niña que había perdido era la única criatura que podía conceder —respondió, con la cabeza gacha por la tristeza y principalmente para no poder ver la desilusión en el rostro oscuro de Tae.

La oficina se inundó del llanto descontrolado y desesperado del joven, junto con su marido intentando acallarlo, consiguiendo llorar después de haber pensado en su futuro sin una familia con su amado.

—¿Por qué? —preguntó el menor entre lágrimas.

—Porque el “óvulo” que tenía dentro tuvo que haberse sacado, sino el aborto hubiera salido mal con dos personas muertas al instante —contesta con pesar, ganándose un chillido de parte de ambos chicos.

—¿Ya no tengo esa magia dentro que crea bebés? —pregunta Tae con pequeñas lágrimas aún cayendo de sus ojos, mientras el doctor niega en respuesta.
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Un mes después:
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Ambos chicos se dirigían con felicidad hacia la gran mansión, en donde les espera una larga tarde con niños y mujeres adultas, más bien, monjas.

Es el único orfanato del pueblo en donde vivían.

Al llegar al lugar, los chicos bajaron del coche y se agarraron las manos para luego entrar al local, las monjas los miraron con asco y recelo.

—No podéis estar aquí —les impidió el paso una mujer de unos cuarenta años de edad, con súplica, es la única que no llevaba el atuendo de cura en el lugar.

—¿Por qué? —pregunta el menor con tristeza y desilusión.

—Son cristianos, todos son iguales a cuanto la homosexualidad, Tae —contesta el mayor, jalando el brazo de su esposo hacia la salida del lugar.

Volvieron al coche, para luego, ser interrumpidos por la misma chica que los había “recibido” minutos atrás.

—He hablado con la monja principal, me ha dicho que sois totalmente bienvenidos —dice con felicidad.

|...|

Después de una ardua charla con unas diez monjas quienes preguntaban cosas totalmente personales y deseos de ambos chicos, la monja Kim Caroline, la encargada de acompañarles en todo momento y atender de ellos, les dirigió hacia donde el objetivo principal se encontraba.

—Aquí están los chicos —dice con una hermosa sonrisa, es la única de unos veinte años de edad en el lugar.

Abrió la gran puerta de madera decorada con imágenes de Jesús dejando apreciar a los novios los niños de cinco a ocho años que posaban en fila en la gran habitación.

Tae cruzó la mirada con un chico en especial que lo conquistó de inmediato, es verdaderamente hermoso, lo que más le sorprendió fue ver que Yoongi miraba al mismo. Ambos se sonrieron.

—Éste —se susurraron ambos al unisono, sonriendo con amplitud.

Los dos, con las manos entrelazadas, se dirigieron a pasos lentos hacia el niño, quien los miraba con timidez y las mejillas de color carmín.

—Hola —saludó Yoongi, sonriendo tierno, mientras le estrecha la mano, siendo correspondido de inmediato, como le habían educado.

El niño de siete años los miró con seriedad, sin poder evitar sonreír al ver a TaeHyung con su gran sonrisa cuadrada

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El niño de siete años los miró con seriedad, sin poder evitar sonreír al ver a TaeHyung con su gran sonrisa cuadrada. Le gustó.

—Me llamo Yoongi —dijo Min, siguiendo con la mirada estupefacta clavada en el pequeño, quien dirigió nuevamente su vista hacia él—, y él es mi novio TaeHyung —continuó, apuntando con la mirada al susodicho, quien saludó con su sonrisa, sacando una nuevamente al pequeño. A Yoongi y su novio les encantaron el gesto—. ¿Cómo te llamas tú?

—M-me llamo J-jungKook —contesta, más rojo que lo habitual.

—Hermoso nombre —dice Tae—. Al igual que tú.

Después de más cuestiones al niño, quien empezó a agarrar más confianza, siguieron con su recorrido analizando a más niños en la habitación, sin perder de vista al pequeño JungKook.

|...|

Ambos hicieron los papeleos de la adopción en la oficina de la monja principal llamada Ra On, quien, acompañada de una gran sonrisa, les brindó las palabras que tanto querían escuchar: «es un niño maravilloso, por supuesto que sus amigos les echarán mucho en falta, pero estoy segura de que lo vais a cuidar genial. Muy buena elección, JungKook es un niño espectacular».

Y el trío se fue del orfanato con un aura de felicidad. Tenían la oportunidad de ser una familia una vez más.



[To be continued...]

¿Aceptas a tu Hijo, Yoongi? → |YoonTae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora