스물 두

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|Inspirada en el comentario de @HHfalm112
Por esa razón, te la dedico, a ti a todxs lxs lectorxs ❤ Saranghae~|

Después de haber dormido en la incómoda cama del hospital unas tres horas junto con Jin, el doctor que le había recibido los despertó, diciendo que uno de los dos pueden entrar por fin en la habitación de Taehyung.

—Ve, Yoongi —dijo Jin, con los ojos semicerrados por el sueño, él no había dormido nada al estar cuidando los sollozos que daba Yoongi mientras dormía—. Estaré bien, no te preocupes.

—Está bien —Min asintió y dio un abrazo cargado de agradecimiento a Jin, para luego, dirigirse hacia el cuarto de Tae siguiendo al doctor.

—Bien, es mejor que no lo despierte, que lo haga él solo. No haga mucho ruido —advirtió el doctor con amabilidad, abriendo la puerta después de ver a Min asentir en respuesta, dejándolo pasar al cuarto del castaño—. Le dejé la silla allí —apuntó la silla color café con los ojos, que estaba justo al lado del cuerpo inmóvil de Taehyung—, siéntese a gusto.

El doctor dejó a ambos chicos a solas. Min se sentó en la silla anteriormente mencionada, acercándose más a la cama, mirando a Taehyung con tristeza, para luego, agarrar la mano fría de su amado con fuerza y llevarlo a su mejilla, sin evitar sollozar.

—Lo siento, amor —dijo en murmullo, al fijar su vista en las heridas de su contrario, Kim lleva la cara con tiritas color crema—. Lo siento muchísimo.

—Hm... —el corazón de Yoongi se aceleró con sorpresa al escuchar los quejidos casi inaudibles departe de su prometido, dando más fuerza al agarre sin darse cuenta.

—Tae... —murmuró, temiendo el matarlo por hablar demasiado alto—. Tae, ¿me oyes, amor?

—Yoo... Yoongi... —murmura, frunciendo su entrecejo aún con los ojos cerrados, apretandolos—. Sa-sarang...

Yoongi empezó a llorar con intensidad al oir el nombre de su hija salir de los labios de Tae, le dolía demasiado.

—¿Te recuerdas de ella? —preguntó Min con tristeza, pensó que se habría olvidado de cómo consiguieron el nombre de la pequeña—. ¿Te recuerdas de nuestra pequeña hija?

—Yoongi... No llores —Taehyung abrió sus ojos lentamente, deleitandose con los ojos rojos de su prometido, nunca lo había visto así. Sonrió.

—Siento mucho que me veas así, amor —dijo Yoongi, soltando la mano de V, posándola sobre su rostro junto con su otra mano para ocultar su rostro de la vista de su amado, quien suspiró con tranquilidad e intentó quitarle las manos de allí—. No Tae, no quiero que me veas así.

—Amor...

—Lo siento mucho —volvió a repetir, Yoongi, muy a su pesar, no sabía cómo decir a Tae que su pequeña hija tan deseada ahora ya no estaría con ellos, al menos no de forma física.

—¿Por qué? —preguntó con confusión, para luego, tocarse el estómago al recordarse de su hija—. Mi estómago...

Yoongi lloró con más fuerza al escuchar las palabras de Tae, quien se mantuvo en shock.

—Yoongi... —murmuró el castaño, sollozando levemente—. ¿Dónde está Sarang?

—Lo siento, yo...

—¡¿Dónde está?! —gritó Tae, logrando que Yoongi diera un pequeño salto en su asiento por el susto, llorando con fuerza, para luego, quitar sus manos de su rostro y mirar a su prometido con pena, quien estaba llorando con tristeza.

—Tae..., Sarang..., ella se fue de nuestro lado, se fue a un sitio mejor —dijo Min, agarrando la mano de Kim, quien le soltó de inmediato, llorando con intensidad, sin poder evitar gritar con furia.

—¿Cómo has podido, Yoongi? —susurró entre lágrimas, golpeando con sus pocas fuerzas el pecho de su amado, quien lloraba en silencio—. ¿Cómo has podido matar a nuestra hija?

—Tae...

—Sarang... —sollozó el castaño, quitando sollozos audibles a Min, quien no podía mirar a la cara a su amado—. ¡Debiste haberme matado a mí!

—Lo siento, Tae —dijo el mayor en murmullo, ganándose una mirada de asco de parte del menor.

—Nuestra Sarang... —dijo en murmullo, mirando el techo del lugar con tristeza y cegado de lágrimas—. ¡Nuestra Sarang!

—Tae, por favor —sollozó el mayor, agarrando la mano de Kim, dando fuerza al agarre mientas besa la mano ajena con desesperación—. Lo siento, lo siento mucho...

—Nuestra Sarang..., se ha ido...

|...|

—¿Qué tal ha ido dentro, Jin? —preguntó Yoongi, quien se levantó de la silla que está al lado de la puerta del cuarto de Tae, ya que le tocaba entrar a Jin a la habitación y él necesitaba un leve descanso: no soportaba oír los llantos desesperados de Taehyung pidiendo que Sarang vuelva a él.

—Por suerte se ha dormido —respondió Jin con cansancio, cerrando la puerta detrás de él, sentándose al lado de Min en la pequeña silla compartida color carmesí—. Fue muy difícil y duro tratar de hablar con él...

—Tenías razón, Jin —dijo Min en murmullo, logrando que el susodicho lo oyera perfectamente.

—¿Hm? —cuestiona Jin con confusión, mirando la expresión neutra y perdida de su contrario.

—Debí haber salvado a Sarang, sino Tae hubiera al menos descansado y no hubiera estado como ahora: llorando y deseando morir para estar con ella... —respondió, ganándose una pequeña lágrima de parte de Jin.

—No digas eso, Yoongi —fue lo único coherente que pudo decir en ese momento, acariciando con cariño la espalda de su menor, quien se palmeó el rostro con ambas manos con levedad.

—Espero que Sarang nos siga amando desde el cielo, tanto como la amaré yo a ella —murmuró Min, quitando luego sus manos de su cara, mirando a Jin con tristeza—. La familia perfecta: tú, la madre, abuela para ella, sobre-protectora; yo, el padre malhumorado pero que la ama con todo su corazón; Tae, mi amado Tae, la mami dulce y despistada que amo y siempre amaré..., y Sarang... —paró en seco, al pensar en su ausencia, logrando que Jin quite su sonrisa melancólica del rostro—, y Sarang, amando a su familia desde el cielo.

—Sí, Sarang estará en nuestros corazones siempre —concordó Jin, mirando la pared sin punto fijo—. Ella es nuestra apreciada bebé.

—Te amo, Sarang —dijo en murmullo Min, con la mirada perdida.








[To be continued...]

¿Aceptas a tu Hijo, Yoongi? → |YoonTae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora