No me obligues

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¿Hasta dónde podemos llegar con el fin de vengarnos? Creemos que tenemos la capacidad de razonar, es decir, poseemos esa aptitud, pero, ¿Sabemos usarla? Sarah tiene una excelente carrera tanto de estudiante como de profesora y actualmente médica, ama lo que hace y está tan abocada que eligió enseñar para que más personas sean como ella. Todo eso quedó en su olvido al ver a Austin entrar con heridas profundas, lo único que cruzaba por su mente era destrozar mi carrera o incluso quitarme la vida porque me tendió una trampa que va en contra de todos los principios legales y éticos de ésta institución, perdió los estribos y le está a punto de costar toda su elaborada carrera, no voy a pasar por alto lo que haya intentado hacer, podría haber muerto en esa habitación en manos de mi ex novio, pero a mi adorable jefa igual le parece buena idea tenerme allí. Lo mínimo que debo hacer por el acto valiente de Matt, es invitarlo a cenar, Luke no tiene porque enojarse, somos compañeros de trabajo y prácticamente lo estoy recompensando por su buen acto de hoy.
Mientras voy por los pasillos no paro de saludar a la gente que pasa, soy casi una celebridad aquí, pero como todo famoso siempre hay inconvenientes, la traidora viene de frente y su sonrisa indica que me está buscando, maldita perra, no quiero perder mi cordura porque tiraré años de carrera por la borda.
- A mi oficina, en este momento.
Desde el fondo me observaba Matt, él sabía que ésto no iba para bien pero no podía hacer nada por mí en este momento, intenté sonreírle como dando una aviso de que yo iba a estar bien y al parecer me vio, es todo un caballero él.
- Tenías que atender a Zakis tú sola.
- ¿Esto es una puta broma? Si no era por Matt, seguramente esa basura me hubiera matado y encima te das el lujo de reprocharme que fui acompañada, hay una parte dentro de nuestras cabezas que solemos llamar materia gris, parece que te está quedando poco últimamente, me quisiste encerrar con un posible asesino, él está resentido porque ya no tiene a una esclava en su casa, o seguro ya me reemplazaste y ahora la golpeada eres tú, te debe gustar que te azoten, por eso lo amas, estás haciendo todo lo posible para defenderlo a costa de perder tu carrera, no vas a salir fácil de lo que has hecho, sinceramente cuando salga de mi jornada laboral, cumpliendo con horas extra para recuperar mi atraso, tendré una cita con mi abogado para comenzar un juicio contra tí. No te lo tomes personal, pero un buen sistema funciona si dejamos de lado la vida personal de la laboral, adentro tenemos relaciones pero afuera no existen, de esa manera podríamos estar pacíficamente en un mismo lugar sin querer matarnos, si no te hubieras metido en mis asuntos con Austin, no estaríamos teniendo ésta discusión en tu oficina ni me tendrías que haber obligado a faltarte el respeto.
- Estás disfrutando todo ese sufrimiento, no deberías hacerte la víctima en todo este asunto, mandaste a tu nuevo macho a darle una golpiza a ese pobre hombre que intentaba ser tu novio, casi lo matan por tu culpa y andás mostrando esos cortecitos para hacerte la heroína, para mí no eres nada y simplemente no pretendo que las cosas cambien, no voy a hacer tu vida imposible en el trabajo porque en eso eres excelente, pero como humana esperaba mucho más de tí.
- Parece que estás bastante enamorada de él, ciega en tu propio camino sin fijar la vista para un costado, ese paciente preferido que tienes en un de esas camillas es un golpeador machista que no tiene incorporadas en su vida las lecciones de caballerosidad o respeto, me tenía como esclava en mi propia casa, no sé qué te habrá contado o qué rayos pasó entre ustedes, ni me interesa. No me arrepiento de nada de lo que hice y espero no sentirme obligada a hacerlo otra vez porque no tendré remordimientos en absoluto, ni por él, ni por tí, estás avisada, no es una amenaza, es una notificación.
- Nunca pensé que una persona como tú me podría haber traído tantos problemas, lástima que Austin no te mató mientras pudo.
No aguanté más, me estaba hartando, no podía creer lo que estaba escuchando, en mi contra y deseando mi muerte, mi furia ya no se podía contener y cerré mi puño, apreté mis nudillos, di un paso atrás y le di un golpe que no se va a olvidar en su vida, tengo una ventaja que implica saber dónde pegar, puedo quedarme tres horas repitiendo esa acción y no le quedarán marcas, entonces no tiene con qué inculparme, fue una jugada inteligente para sacármela de encima y no perder mi trabajo.
A esta altura ya ni siquiera sé a dónde tengo que ir para hacer mi trabajo, todo esto me está haciendo perder, metieron mis problemas personales en mi consultorio y eso es intolerable, tengo que dar una solución final a todo el problema porque voy a terminar muerta o sin trabajo, no sé qué puede llegar a ser peor, tengo algo bien en claro, Austin me seguirá buscando cuando salga del hospital, sabe dónde trabajo y tiene libre acceso, soy mucho más que vulnerable, tengo que tomar medidas al respecto pero por suerte falta un tiempo para eso.
Hay algo que no debo olvidar, tengo una cena con Matt, le avisaré a Luke que llego tarde para que no me espere, ojalá no se preocupe, estaré bien acompañada, aunque siempre me siento más segura con mi Lu.
Mi último paciente del día es Gary, es un niño gordito, bajito pero con un gran carisma, siempre tiene una sonrisa y un chiste para contarme.
- ¿Qué es amarillo con rayas verticales negras?
- No lo sé.
- Un pollito en prisión.
Ese niño es un amor, mis días podrían ser terribles pero él siempre tendrá algo para hacerme salir una sonrisa de mi cara, su alegría es contagiosa, adoro ese nene.
Mis carcajadas salen, y él también, mi turno ha terminado y me tengo que preparar para cenar, será una noche interesante porque debo contarle bastantes cosas a Matt respecto a todo lo que pasó, creo que se merece algunas explicaciones después de lo que hizo, así que por lo que veo se puso bastante guapo y me espera en la puerta, allá vamos, mi vida sigue floreciendo...

Dime que me amas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora