Por favor no

33 6 0
                                    

Temía por lo peor, sabía que Sarah no estaba bien, era algo muy notable en el ambiente y también su aspecto, pero no podíamos hacer nada, solo debíamos ser fuertes ante esa situación, todos, tanto ella para superarlo y nosotros para apoyarla.

Es algo muy difícil porque sus heridas son profundas, tiene unas cuantas hemorragias internas que solo ciertos cirujanos pueden operar, esta tarde llegará uno para intentar hacer un milagro.

Destaco el hecho de que ella esté consciente, es bueno por lo menos poder hablar y hacerle saber que estoy allí para lo que necesite, dejé en el pasado nuestro problema, seguir recordando eso es cosa de niños.

Finalmente me dejaron entrar a su habitación y pude tener una conversación amable, pero algo andaba mal, estaba muy seria y parecía que tenía algo importante para decirme, espero que no sean las noticias que menos espero porque voy a abrir una ventana y terminar con mi vida.

Nunca me gustó hacerme ilusiones en base a las cosas que me pueden pasar, antes de comenzar con Austin, pensaba que podía llegar a ser algo duradero, un amor para toda la vida, formando una hermosa familia con niños, pero, ¿Qué pasó con mis ideas? Se desplomaron más rápido que una persona desmayada, el maldito me golpeaba sin parar, día y noche. No quiero una vida basada en castillos en el cielo, porque cuando las nubes se van, éstos se derrumban.

Ahí la veo a ella, recostada y con una cara que daba lástima, su sufrimiento era totalmente notable, sigo admirada de su fuerza de voluntad para salir, entonces tenía que conversar con ella.
- Sarah, sé que la pregunta puede resultar demasiado idiota, pero, ¿Cómo estás?
- Voy a serte sincera, me siento muy mal, los dolores son cada vez más intensos y los diagnósticos empeoran, el médico me dijo que no voy a pasar de las dos semanas.
- Ésto tiene que ser una broma, Sarah, por favor dime que esto es una maldita broma, te lo ruego.
- Lo siento Ri, voy a morir en el lugar que me vio nacer como doctora, ya estoy condenada y nada me va a salvar.
- Pero -me quiebro en llanto- no lo puedo creer, ésto tiene que ser una pesadilla.
- Tranquila Ri, sólo quiero pedirte una cosa, mañana vendrán los abogados y el resto de todos los hombres de traje que se encargan de los problemas legales, quiero que seas la nueva jefa y tomar mi lugar, tú debes dirigir ésto. Nuestra relación no fue la mejor éste último tiempo pero siempre fuimos excelentes compañeras, he visto tu capacidad, conducta y responsabilidad, es la suficiente para que estés a cargo de toda ésta institución. Sé que es algo confuso y muy difícil de pensar, pero ese es mi deseo, entiendo cuál sea tu decisión.
- Sarah, no sé qué decir, todo lo que me dices me está matando, vine con la maldita ilusión de verte y recibir buenas noticias, ahora me dices que vas a morir en dos semanas y yo debo heredar tu cargo, esto es...
- Te comprendo, yo también me siento decepcionada por no poder salir con vida de ésto, pero no tenemos la capacidad de elegir lo que nos pasa, sólo debemos responder a ello, es lo único que queda en nuestras manos. A partir de la semana que viene quiero que empieces, así por lo menos el poco tiempo que me quede, pueda asesorarte en algunos detalles que se te presenten, a lo largo de los años te vas a dar cuenta que es una tarea muy fácil de desempeñar, solamente si amas lo que haces.
- Sarah... -suspira- te aprecio mucho, eres una de las mejores personas que conocí a lo largo de mi vida, pero, no me siento preparada para tomar el cargo que ahora representas tú.
- Nadie lo está, ninguno de tus compañeros tiene la capacidad, piensa que cuando ibas a la secundaria no estabas preparada para ser pediatra, pero aún así lo practicaste y aquí estás. Ahora serás jefa del hospital, tu sueldo irá en aumento, tu tareas son menores y se reducen tus horas de trabajo, pero la exigencia a la hora de accionar, es mucho mayor, estás preparada, debes asumirlo nada más.
- Es un verdadero honor todo lo que me dices, tomaré el cargo y cumpliré con todo tal cuál lo deba hacer, prometo dar lo mejor de mí para desempeñarme en esto, pero solicito la ayuda que me ofreciste para saber como iniciarme, aunque no quería llegar a este puesto de la manera en la que lo hice, salgo ganando yo sola.
- El destino es una maldita perra, por un lado te da y por el otro te quita, bienvenida a la vida, deberías disfrutarla, mírame a mí, estoy en mi lecho de muerte y dejé muchas cosas pendientes por hacer. Nunca dudes en hacer algo, solo hazlo, de los errores se aprende pero sin ellos no sabrás nada. Es mejor sentir culpa por una acción, a tener un arrepentimiento por no realizarla cuando tuvo la oportunidad. Perdona que me ponga en anciana filosófica, pero siento que no disfruté mi vida lo suficiente y no quiero que te pase lo mismo a ti, eres muy buena persona y quiero lo mejor para vos.

No podía parar de llorar, hace días la odiaba pero ahora su muerte me iba a doler más que cualquier otra, ella me enseñó más de la mitad de las cosas que sé, me instruyó en cómo ser una doctora, cómo lidiar con los niños, cómo lidiar con los ancianos, todo se lo debo a ella.

- Sarah, disculpa que sea tan llorona, no pensaba venir a darte lástima pero no puedo creer todo lo que está pasando.
- No te preocupes, te comprendo, me alegra saber que aceptarás el puesto y seguirás mi trabajo, sé que lo dejé en buenas manos.
- Muchas gracias, no sé qué decirte, siento que nada de lo que pueda hablar va a ayudarte en ésta situación. Mañana volveré a verte temprano, y me quedaré contigo todo el día.
- Está bien, ahora si quieres eres libre de irte, no quiero seguir provocándote una pérdida de tiempo en mí, debes ir con Luke que de seguro ya te extraña. -se ríe con ironía-
- De acuerdo, mañana a primera voy a estar aquí, cuídate, te quiero Sarah.
- Y yo a ti Ri, y yo a ti...

Dime que me amas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora