San valentín

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Sakuno Ryuzaki caminaba por las calles de Tokio muy animada hacia el instituto Seigaku, mientras un chico de ojos ámbar planeaba sorprender a su querida novia antes de que llegara al colegio.

Sakuno caminando un poco distraída se llevó un susto de muerte al ser jalada con fuerza de uno de sus brazos quedando acorralada entre el muro de una casa y el cuerpo bien formado de un chico.

-Suéltame idiota- dijo Sakuno alterada levantando su mano para golpear al joven captor.

-Mmm no te conocía ese lado agresivo, bonita- le dijo de forma delatora, agarrando la mano con que la cobriza pensaba golpearlo.

Sakuno al reconocer la voz se sonrojo levemente. –Ryoma- susurro levantando su mirada para ver al ambarino. Al confirmar de quien se trataba, lo regaño mirándolo a los ojos con enfado –eres tonto o que, casi me matas de un infarto-

-Quería sorprenderte- le dijo el ambarino con inocencia fingida.

-Lo lograste- le contesto Sakuno sin dejar de míralo.

Ryoma no dijo nada más. Pegándose al cuerpo de Sakuno poniendo una de sus manos en la cintura y la otra colocarla en su cuello. Con delicadeza acerco su rostro al de su novia dejando sus labios a milímetros de los de ella. La cobriza se sonrojo un poco con la cercanía y espero ansiosa a recibir los labios de su amado príncipe.

Ryoma aproximó sus labios un poco más, casi rosando los de la cobriza. Sakuno sentía su corazón latir a mil y sentía vibrar en su cuerpo el deseo de besar a Ryoma, pero este en vez de besarla le susurro –Mejor lo dejamos para más tarde- sonriéndole con malicia, mientras le daba la espalda y comenzaba a caminar hacia la escuela con tranquilidad como si no hubiera hecho nada.

Sakuno lo miro sorprendida y a la vez molesta, la había provocado para nada, sin pensarlo saco su raqueta y una pelota de su bolso y disgustada se la lanzo a Ryoma para que le pegara en la cabeza. Ryoma fue rápido y con su raqueta en la mano detuvo la pelota, volteándose hacia Sakuno para verla asombrado.

-Vaya, hoy estas de mal humor pequeña- le dijo divertido al ver la cara de furia que tenía Sakuno.

Sakuno guardo su raqueta y se acercó a él sin quitar su cara de enojo. –Me devuelves mi pelota- le dijo tratando de sonar fría y distante.

Ryoma la pico suavemente para que ella la atrapara, Sakuno la guardo, luego hizo ademan de retomar su camino cuando empujo a Ryoma sorpresivamente, siendo ella quien lo acorralaba contra el muro. Ryoma sonrió con la acción de la chica.

-Me voy a vengar- le dijo Sakuno con voz juguetona.

-¿Qué harás?- la desafío Ryoma.

-¿Qué hare?, te hare sufrir- le respondió con un leve tono de seducción, colocando sus labios en uno de los oídos del ambarino, para luego descender con suavidad hasta su cuello.

Ryoma se estremeció, mientras su respiración se volvía pesada y agitada. Sakuno beso con delicadeza el cuello de Ryoma, para luego separarse con sumo cuidado y mirarlo con detenimiento. La mirada del ambarino era lujuriosa, y sin poder contener la pasión que sentía tomo el rostro de Sakuno entre sus manos y la beso con desesperación. Se besaron con fogosidad por unos minutos hasta que sus cuerpos pidieron aire, se separaron con lentitud y se miraron con detenimiento.

-Eres mala, ¿Sabias?- la acuso Ryoma con voz ronca, mientras trataba recuperarse.

Sakuno sonrió triunfante –Tu empezaste- se defendió haciendo un puchero.

-Lo acepto, pero yo solo esperaba provocarte un poco, en cambio tú no sé qué es lo que quieres, volviéndome loco de esa manera, un día de estos no voy a poder controlarme, y quien sabe que será lo que pase- le dijo Ryoma recuperando el aliento. –Aun pienso que es muy pronto para dar ese paso- le dijo con seriedad.

Unidos mas que por el tenis-parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora