El nuevo Seigaku

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Era una mañana fría en la escuela Seigaku, mientras un ambarino entraba a su salón de clases arrastrando los pies y bostezando con cansancio. Era el primero en llegar al salón, por lo que se dirigió a su asiento y recostó su cabeza entre sus brazos para tomar una pequeña siesta.

Después de un rato Sakuno entro al aula, aún faltaban unos cuantos minutos para que llegara la profesora de lengua japonesa, se acercó a su lugar para dejar sus pertenencias y observo que su príncipe ya estaba en el aula, se acercó con cautela al verlo profundamente dormido.

-Ryoma- le dijo con delicadeza.

El ambarino no dio respuesta por lo que Sakuno poso una de sus manos con suavidad en la cabeza del ambarino y lo acaricio con lentitud para luego susurrar su nombre cerca de su oído.

-Ryoma-

El mencionado reacciono al llamado y abrió los ojos con lentitud al reconocer la voz, diciendo –Buenos días, bonita- con voz soñolienta, mientras se incorporaba en su asiento y la miraba fijamente.

-Buenos días, es raro que llegues temprano- le dijo la cobriza dedicándole una sonrisa dulce.

-Lo sé, recuerdas que ayer te dije que mi madre me castigo con la limpieza del templo, pues hoy inicio la tortura y me despertó a las seis de la mañana para que comenzara la limpieza, a las siete ya había terminado y no te imaginas lo que me hizo, me obligo a venir a la escuela 30 minutos antes- le dijo con molestia.

-Ya veo, parece ser que tu castigo es más duro de lo que pensabas- le dijo con ternura.

-Sí, es un fastidio- le dijo obstinado.

-Yo podría ayudarte- le ofreció Sakuno con una dulce sonrisa.

-No creo que mi madre te deje- dijo el ambarino con amargura.

-Sí, tienes razón- coincidió con pesar.

-Pero no deberías preocuparte por eso bonita- le dijo tomando una de sus manos. –Me alegro mucho que estuvieras ayer en mi casa- le dijo con suavidad.

-A mí me alegro conocer a tu prima y a tu madre, pero me hubiera gustado conocer a tu hermano y a tu padre - le dijo con tranquilidad.

-Te aseguro que no te pierdes de nada- le dijo con frialdad.

-¿Acaso no te llevas bien con ellos?- le pregunto con calma.

-Mmm, no es eso, solo son un par de fastidiosos- le dijo con sinceridad. –Además no hubiéramos podido disfrutar del día si ellos hubieran estado- le dijo con una pequeña sonrisa.

-¿Por qué lo dices?- pregunto con inocencia.

Ryoma se acercó a su oído y le susurro con picardía –Hubiera sido más difícil besarte como lo hice en mi habitación-

Sakuno se sonrojo al recordar el beso, Ryoma feliz con el sonrojo de su novia, se levantó un poco de su asiento y la beso en la frente, sin percatarse que la profesora estaba entrando al salón de clases.

-Sr. Echizen podría dejar las escenas amorosas para más tarde- lo reprendió la maestra. –Y usted señorita Ryuzaki, que yo recuerde su asiento es delante del Sr. Echizen no con él- le dijo con molestia.

Toda la clase comenzó a reír. Mientras Sakuno corrió a su asiento avergonzada y escondía su rostro entre sus manos. Por otro lado Ryoma ignoro lo sucedido volviendo la mirada hacia la ventana.

La profesora llamo la atención a la clase y así poder explicar lo que haría en la lección.

-Muy bien, como hoy se fusiona la segundaria con la preparatoria las clases no serán igual que siempre, recibirán solo las materias de la mañana, luego de la hora de almuerzo, cada uno se dirigirá al club que le corresponda, ya que tienen mucho que organizar - dijo la profesora con severidad. –Bueno comenzaremos con la lección, saquen su libro de texto y lean de la pagino 12 a la 32- ordeno la profesora.

Unidos mas que por el tenis-parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora